Cuando la desobediencia no es mala

A veces no es desobediencia, sino criterio u opinión propios del niño o de la niña

María José Roldán, Maestra y Psicopedagoga
En este artículo
  1. Los niños no desobedecen por maldad
  2. La desobediencia ciega sí lleva a la conducta inadecuada

Todos los padres sabemos en nuestro interior que los niños cuando son pequeños no desobedecen por hacernos rabiar ni porque quieran llevar la contraria y hacernos daño ¡ni mucho menos! Por ejemplo, un niño de dos años que no hace caso a sus padres cuando éstos le dicen algo, no es que no quiera, es que quiera los padres no ha formulado bien la orden.

O cuando el niño tiene dos o tres años que ya entienden mejor las órdenes, cuando están inmersos en explorar el mundo y los padres se lo prohíben pero ellos quieren seguir explorando, tampoco desobedecen por hacer daño, simplemente quieren seguir su instinto de curiosidad y aprendizaje ¡y esto no es malo!

Los niños no desobedecen por maldad

Niños sentados en sillas

Un niño pequeño no tiene maldad como para desobedecer a sus padres de tal manera que lo haga premeditamente, si desobedece es posible que lo haga porque algo en su interior le dice que siga aprendiendo.

No siempre hay que obligarles a obedecer, los niños también tienen que tener sus propias elecciones y decisiones (aunque tengan dos años) únicamente hay que darles opciones y guiarles por el camino más acertado. Pero guiar no es imponer algo en contra de su voluntad.

La desobediencia del niño muchas veces puede estar ligada a que los padres no formulan bien las propuestas u órdenes, quizá no tengan suficiente tolerancia para entender las necesidades de su hijo en ese momento. Y es que la desobediencia de un niño, en muchas ocasiones está más en la mente de los padres y en cómo tienen establecidas las normas que en realidad en el comportamiento del niño pequeño.

La desobediencia ciega sí lleva a la conducta inadecuada

La obediencia ciega seguida de una autoridad desmedida únicamente hará niños más desobedientes en el futuro, que no entenderán las normas que se les impone y que llegará un momento en el que se rebelarán. En cambio cuando los niños tienen opciones, podrán tomar sus decisiones en el camino correcto, bajo la guía de sus padres y lo que es mejor… serán las decisiones acertadas.

Si dejas a los hijos que sean capaces de tomar sus decisiones respecto a su actos y le ayudas a tomar el camino correcto, te darás cuenta como tus hijos crecerán con una mayor autoestima, sabrá tomar decisiones en el futuro y además, sabrá decir que “no” cuando deba, algo imprescindible en la adolescencia.

Por lo que te invito a que cuando pienses que tu hijo te está desobedeciendo, en lugar de recriminarle o dejarle hacer mirando hacia un lado, le preguntes por qué lo hace y le intentes entender. Y si sus actos no son los adecuados, le guíes hacia el camino correcto con tu comprensión y apoyo, pero si sus no son desmedidos sólo que a ti no te parecen correctos, hazte la siguiente pregunta; ¿Es un comportamiento realmente 'malo'? Y si tu respuesta es negativa, entonces… comprende su actitud.

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