Gripe en los niños. ¿Cuándo acudir al pediatra? ¿Debo ir a urgencias?

Cuando nuestro hijo tiene síntomas de gripe ¿en qué casos debemos llevarle al doctor?

En este artículo
  1. Niños con gripe - ¿Cuándo llevarles al pediatra?
  2. ¿Cuándo ir a urgencias cuando nuestro hijo esté enfermo?

Por lo general, la gripe no es una enfermedad grave. Los niños tienen fiebre, mocos, tos, dolor de garganta, dolor de cabeza, dolores musculares, vómitos y/o diarrea. Pasan una semana regular, pero al final se curan sin problemas. Sin embargo, en ocasiones, la gripe infantil sí se puede complicar, sobre todo en los niños de menor edad, y en aquellos que presentan enfermedades crónicas de base, como por ejemplo asma o inmunodeficiencias. ¿Cuándo hay que acudir al pediatra por una gripe? ¿Y a urgencias?

Niños con gripe - ¿Cuándo llevarles al pediatra?

cuándo llevar al niño al pediatra por una gripe

En la gripe, la fiebre suele durar menos de una semana, mientras que otros síntomas como la tos o los mocos pueden durar hasta dos semanas. Por tanto, es habitual que los padres consulten en una o más ocasiones al doctor o a los servicios de urgencias hospitalarios.

En realidad, estas visitas médicas no suelen ser necesarias, y provocan colapsos en los sistemas de salud, aunque es comprensible que las familias se asusten y busquen soluciones (a pesar de que tratamiento como tal, no existe). Lo que debemos y podemos hacer es vigilar en casa una serie de signos y síntomas que nos deben alarmar y, en caso de aparecer, acudir al pediatra.

Estos signos y síntomas preocupantes ante la gripe infantil son los siguientes:

1. Fiebre de más de 5-7 días de evolución

Si la fiebre se mantiene durante más de 5-7 días, es conveniente explorar al niño y valorar la realización de algunas pruebas para descartar sobreinfección por bacterias. La fiebre no es más que un mecanismo de defensa de nuestro organismo, no es ningún signo de gravedad. Hay que valorar siempre el estado general del niño.

Si con fiebre está contento, no hay motivo de alarma (aunque la fiebre sea elevada). Si con fiebre está tristón, apagado, congestionado, arrugado en una manta, es lo esperable y normal (a los adultos también nos pasa). Si cuando está sin fiebre (o le está bajando) está contento, corriendo, jugando, citando el gran clásico de los padres: 'Doctor, no se lo va a creer. En casa estaba fatal pero aquí está tan contento, parece que no está malo', entonces tampoco hay motivo de preocupación.

Solo en el caso de que esté decaído, incluso en los periodos sin fiebre, es cuando sería conveniente acudir al pediatra. Este profesional hará una revisión de este y otros síntomas de gripe (o si se trata de un resfriado o catarro) para comprobar que la evolución de la enfermedad sea la esperada.

La gripe de los niños y sus síntomas más graves

2. Dificultad respiratoria

Es importante indicar que la dificultad para respirar no es que el niño tenga congestión nasal (es decir, mocos) y haga ruidos al respirar por la nariz. Esto es molesto y hace que los niños se encuentren incómodos, pero es normal, como en cualquier catarro o gripe.

Lo que debemos vigilar es que el niño no utilice musculatura accesoria para poder respirar: es decir, se le hunden o se le marcan las costillas o mueve mucho la tripa al respirar. Estos movimientos indican que su cuerpo necesita un sobreesfuerzo para poder mantener una buena ventilación, y esto puede sugerir algún tipo de complicación de la gripe, que debe ser valorada por un pediatra.

En general, cuando un niño tiene dificultad para respirar, no genera dudas en los padres, que saben que deben acudir a un doctor. Si hay dudas, es que el niño probablemente no tenga ningún problema provocado por un agravamiento de la gripe.

3. Deshidratación

Los signos que evidencian una buena hidratación, y nos deben tranquilizar, son aquellos que indican que 'el cuerpo tiene suficiente líquido como para malgastarlo en zonas donde su presencia no es vital'.

Es decir, un niño o bebé bien hidratado es aquel que tiene saliva en la boca, que babea, que llora con lágrima, que orina en cantidad normal y que tiene una piel elástica y turgente que al soltarla vuelve rápidamente a su sitio (no se queda arrugada tras un pellizco, como ocurre por ejemplo en los ancianos).

Por tanto, es conveniente acudir al pediatra en caso de que la boca de nuestro hijo esté seca (como si se hubiera tomado tres polvorones seguidos), que llora sin soltar una lágrima, cuya piel se empieza a quedar arrugada o que lleva más de 8-12 horas sin orinar.

¿Cuándo ir a urgencias cuando nuestro hijo esté enfermo?

Cuándo ir a urgencias con los niños

Más allá de la gripe o catarro, los padres a veces se sienten un poco perdidos sobre qué síntomas son tan graves para llevar a los bebés y los niños a urgencias, cuáles pueden esperar a la consulta del doctor al día siguiente y cuáles solo necesitan tener paciencia para que acaben desapareciendo.

Para ayudarles, recogemos algunas de las pautas de la guía (¿Debo acudir a Urgencias?) realizada por la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP) en forma de semáforo.

- ¿Cuándo ir a urgencias con los niños de forma inmediata?
Si la piel de los niños tiene mala coloración (palidez, moteada, azulada, grisácea); aparecen de forma súbita manchas en la piel, hinchazón de labios, párpados (lo que podría hacernos sospechar de una alergia); no responde a los estímulos, tiene irritabilidad, aparecen movimientos anómalos o convulsiones; tiene dificultad grave para respirar, ante atragantamiento, heridas profundas que no paran de sangrar, fracturas, golpes en la cabeza con pérdida de conocimiento...

- ¿Cuándo acudir a urgencias?
Aparecen manchas rojas que no desaparecen al presionar, hinchazón en labios o párpados, por fiebre mayor a 38 ºC en bebés menores de 3 meses o fiebre mayor a 40 ºC en niños mayores; ante mareo, pérdida de fuerza, pensamientos suicidas; dificultad para respirar y se le marcan las costillas o tienen 'pitidos'; traumatismo con deformidad aparente, herida profunda que necesita una sutura, tras la ingesta de productos tóxicos; bebé menor de 1 mese que rechaza las tomas de lactancia, vómitos persistentes o diarrea abundante más de 24 horas, ojos hundidos o falta de orina, dolor de garganta fuerte...

- ¿Cuándo pedir cita para ir al pediatra (sin urgencia)?
El bebé o niño tiene manchas en la piel que sí que desaparecen cuando presionamos; hay tos y mocos sin dificultad para respirar; el bebé 3 y 24 meses tiene fiebre (sin datos de alarma), si el niño tiene fiebre más de 5 días; hay dolor en el oído durante más de dos días o dolor ocular; vómitos o diarrea sin datos o dolor de barriga no muy intenso.

Este tipo de guías solo pretenden informar y tranquilizar a los padres, así como buscar su implicación en la salud de sus hijos. Por supuesto, si tienen dudas, miedos o están preocupados, lo más conveniente es visitar al pediatra, que para eso están.

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