¡Al rincón de pensar! Un castigo que no funciona

¿En qué consiste el castigo educativo?

En este artículo
  1. ¿Funciona castigar al niño al rincón de pensar?

Es uno de los castigos más clásicos: al rincón de pensar. Lo hacemos los padres y lo utilizan en muchos colegios cuando el niño no ha tenido un buen comportamiento. Sin embargo, los expertos nos advierten que este tipo de castigo no funciona.

¿Realmente los niños utilizará esos minutos de aislamiento para pensar en lo que hizo o para reflexionar sobre sus acciones? No, no lo harán. Se entretendrán con cualquier pequeño objeto que encuentren o harán volar su imaginación para llegar a su mundo de ensoñación.

¿Funciona castigar al niño al rincón de pensar?

El castigo del rincón de pensar

A los niños no les sirve de nada ir al rincón de pensar. No lo digo yo, lo dicen los expertos. Sólo sirve para que los padres tengamos unos minutos de descanso. La función educativa es nula, ya que el niño no va a utilizar ese tiempo en reflexionar o analizar su conducta.

Lo que además nos dicen los expertos es que es contraproducente, ya que ponemos a pensar al niño como fórmula de castigo. Pero el pensamiento, ese signo de inteligencia, de crítica o de reflexión se convierte en algo malo al utilizarlo como castigo. 

Los niños hasta los 6 años no son capaces de analizar realmente sus acciones, antes de esa edad sólo repetirán una y otra vez desde su rincón de pensar: 'ya he pensado, ¿puedo irme?' Es por ello, que los padres debemos adoptar otras fórmulas, tanto antes de los 6 años como después, como el diálogo o incluso el castigo, pero nunca el punitivo, sino el educativo.

¿En qué consiste el castigo educativo? Si el niño ha tirado aposta el vaso de agua, tendrá que recogerlo o si pinta una pared, tendrá que limpiarla. Es importante que seamos firmes a la hora de reprenderles, argumentarles por qué su conducta no fue la correcta y enseñarle a asumir las consecuencias. 

Los expertos recomiendan que el castigo se aplique siempre que el niño pueda tener una alternativa para reparar el error, es decir, si ha pegado a alguien, ha de pedir perdón, si cogió algo que no era suyo, tendrá que devolverlo...

Si les mandamos al rincón, no aprenderán por qué está mal lo que hicieron y no tendrán oportunidad de enmendar el fallo. Además, se acostumbrarán a ese castigo y lo esperarán con toda naturalidad, es posible incluso, que ellos mismos, vayan a la silla o al rincón de pensar sin que lo pidamos.

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