Los padres regordetes son mejores padres

Estefanía Esteban, Periodista
En este artículo
  1. Por qué los padres con más peso son mejores padres

Dime cuánto pesa tu padre... y te diré qué tal padre es. Es lo que viene a decir el antropólogo Richard Bribiescas, profesor y adjunto a decano en la Universidad de Yale (Connecticut, EEUU). Su teoría ha causado risas y también asombro, pero él se lo toma muy en serio, y explica cómo llegó a esa conclusión. De hecho, mantiene esta historia con bases bastante respetables.

Por qué los padres con más peso son mejores padres

Los padres gorditos son mejores padres

El antropólogo Richard Bribiescas ha escrito un libro en donde recoge este dato. El libro se llama 'How men age' ('Cómo envejecen los hombres'). 

Según dice, los hombres tienden a deteriorarse con los años, dejando de cuidar su aspecto físico. Desde el momento en que se convierten en padres, engordan con más facilidad ya que delegan sus prioridades en la crianza de los hijos, frente a la gran cantidad de horas que antes dedicaban a cuidar su imagen y su cuerpo. Los padres, dice, apuestan por un estado físico menos dado a restricciones, al que se le ha empezado a llamar 'fofisano'.

Lejos de ser un error, el antropólogo defiende esta hecho como algo que aporta a los padres más atractivo e incluso, una mayor esperanza de vida

¿Teorías paranoicas sin fundamento? Richard Bribiescas defiende sus hipótesis en base a varios experimentos. Gracias a ellos descubrió que al engordar, los hombres reducen sus niveles de testosterona, lo que les hace más propensos a volcarse en la crianza de los hijos. Por si eso fuera poco, al engordar (sólo unos kilos, no habla en ningún caso de obesidad), su metabolismo funciona más lento, lo que ayuda a ralentizar el envejecimiento, a fortalecer el sistema inmunológico y aumentar la esperanza de vida. El profesor en antropolgía logró demostrar que unos 'kilitos de más' protege a los hombres de los infartos de corazón y el cáncer de próstata... 

Polémicas, desde luego, las teorías de este hombre, ya que un buen padre, no se mide en ningún caso por el tiempo que se dediquen a los hijos, sino por la calidad con la que les atienda. ¿O no?

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