Por qué nos debe preocupar el contagio de la poliomielitis

Estefanía Esteban, Periodista
En este artículo
  1. Por qué nos preocupa el avance de la poliomielitis
  2. Cómo se contagia la poliomielitis
  3. Los síntomas de la poliomielitis
  4. Cómo se puede evitar la poliomielitis

Recuerdo perfectamente la imagen de aquel hombre cincuentón al que algunos niños llamaban 'el cojo' en el colegio. Una de sus piernas era más corta y necesitaba para caminar un zapato con un alza de unos 8 centímetros. Entonces mi madre me dijo que había tenído la polio de pequeño. ¿La polio? ¿qué enfemedad es esa? A partir de entonces no me dió miedo la vacuna. Entendí que era primordial para evitar enfermedades que dejan secuelas de por vida.

Por qué nos preocupa el avance de la poliomielitis

Bebé vacunándose

En España la poliomielitis se dió por erradicada en el año 2002 (el último brote en nuestro país afectó a niños entre 1950 y 1964). En la mayoría de países no se da ningún caso de esta enfermedad. Sin embargo la OMS (Organización Mundial de la Salud) alerta sobre el aumento de países que han visto incrementados los casos de polio. Y llega de nuevo el miedo, conscientes de que en nuestro mundo las fronteras son invisibles y las enfermedades se extienden con rapidez por todas partes. 

Cómo se contagia la poliomielitis

La poliomielitis es una enfermedad vírica, que se contagia y afecta al sistema nervioso. Es muy grave. Puede provocar la parálisis parcial en cuestion de horas  y llevar a la muerte. No tiene cura, pero sí se puede prevenir. Y la forma de hacerlo es mediante la vacuna. Es eficaz y tiene dos versiones: una mediante una inyección y otra, oral. La vacuna evita que el poliovirus ataque al sistema nervioso. El problema es que muchos países rechazan las campañas de vacunación y de esta forma contribuyen a que la enfermedad se propague.

Los síntomas de la poliomielitis

Los síntomas de la poliomielitis al principio se confunden con los de una gripe u otra enfermedad vírica: fiebre, malestar general o incluso vómitos o diarreas. Pero, lamentablemente, en la mayoría de los casos, la polio ataca al sistema nervioso central, afectando a las neuronas motoras, lo que hará que los músculos de las extremidades inferiores (las piernas) se atrofien, dejen de crecer o se produzca una malformación.

Cómo se puede evitar la poliomielitis

Debemos apuntarnos muy bien en el libro médico del niño cuándo debemos acudir al pediatra para la revisión. En este caso, la vacuna de la poliomielitis se suministra en una primera dosis a los dos meses, una segunda a los cuatro meses. La tercera dosis, a los seis meses y una dosis de refuerzo a los 18 meses. 

Por extraño que nos parezca, aún hoy en países como España hay padres que se niegan a vacunar a sus hijos (un 5%), sin entender que la futura salud de sus niños y de los nuestros, también está en sus manos. 

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