No hay nada más incómodo, más molesto y preocupante para los padres que vieren que su bebé, después de una toma de leche o de una papilla, vomite todo lo que ha ingerido. El reflujo gastroesofágico, como es más conocida esta dolencia parece que ahora tiene una solución muy práctica: Una cuna diseñada especialmente para evitar que los bebés echen toda la comidita para fuera después de comer.
Mi hija tuvo reflujo hasta casi un año de edad. Ella solía vomitar todo lo que comía principalmente cuando tenía mocos. Todas las veces que tenía un
catarro o una
gripe, y siempre después de alimentarse, echaba todo para fuera. Eso la hacía llorar, tener
dificultad para dormir, toser, y lo que era peor, le quitaba las ganas de comer. Después de algunas pruebas, el pediatra nos dijo que el reflujo que presentaba mi hija era por la inmadurez de su sistema digestivo. Luego, supe que esta suele ser la causa principal del reflujo en los bebés y que se remite en algunos meses. Y así fue.
Para evitar que el reflujo cause pierda de peso al bebé u otros problemas, los pediatras suelen indicar tratamientos que van desde medicinas (casos más persistentes), hasta una dieta alimentaria baja en grasas, para suavizar los síntomas. También se recomienda mantener el bebé en posición vertical o suavemente incorporado después de su
alimentación, y hacerle eructar varias veces entre las tomas de leche o la papilla.
Para mantener el bebé incorporado en la
cuna, hasta ahora se ponían almohadas debajo del colchón, o un cojín debajo de la espalda del bebé. Pero ahora, unos investigadores del Hospital Universitario de Bruselas, Bélgica, han hallado la fórmula para que los bebés puedan dormir sin molestias. Es una cuna que permite a los bebés dormir sobre su espalda pero con una inclinación mínima de 40 grados. Esto evita que el ácido del estómago suba al esófago, a la faringe o la boca y le provoque los vómitos. La cuna ha sido probada con bebés de entre 3 semanas y 3 meses, que tenían
reflujo persistente, y se notó al cabo de apenas unos días que un 75 por ciento de sus molestias habían disminuido. El nuevo prototipo cuesta aproximadamente 1000 euros, pero los padres pueden alquilarlas en algunas farmacias belgas por menos de 2 euros al día. Ahora solo nos queda saber cuándo llegará a España y a los demás países.
Vilma Medina. Editora de GuiaInfantil.com
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