Este viernes el mundo despide a una persona que hizo verdaderos "milagros" en una de las regiones más pobres y áridas de la India, Anantapur. Dedicó sus últimos 40 años de vida en construir escuelas, hospitales y viviendas para los más pobres. Fallece a los 89 años de edad dejando apadrinados a más de 135 mil niños, y un programa que ya ha beneficiado a casi diez mil personas.
Vicente Ferrer ha muerto rodeado de su familia y colaboradores, y sereno como era su deseo, en su casa de Anantapur, a consecuencia de una serie de problemas respiratorios y cardíacos que padecía desde el pasado mes de marzo, cuando sufrió un accidente vascular cerebral. Durante sus casi 90 años de vida, recibió diferentes reconocimientos a su labor: el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia (en 1998), la Creu de Sant Jordi de la Generalitar de Catalunya (en 2000), entre otros.
![Vicente Ferrer](data:image/png;base64,iVBORw0KGgoAAAANSUhEUgAAAAIAAAABCAYAAAD0In+KAAAAEUlEQVQImWO8e/fufwYGBgYAFy4DmJQnIUMAAAAASUVORK5CYII=)
En su lucha invirtió toda su vida. Él entendía que la paz no es sólo la ausencia de conflictos sino también la lucha contra la discriminación, el sufrimiento y la pobreza. En el comunicado que recibimos de la
Fundación Vicente Ferrer, que él fundó con su mujer hace unos 40 años, declara su director,
Jordi Folgado Ferrer, que el legado y el compromiso que se quedan con la labor a favor de los grupos de población más desfavorecidos, continuará.
A través de la Fundación, se articuló en Anantapur (estado de Andhra Pradesh, India), un proyecto de desarrollo integral basado en la educación, vivienda, mujer, sanidad, ecología y personas con discapacidad. Hoy, este proyecto se extiende a casi 3 mil pueblos y beneficia a 2 millones y medio de personas dálits o intocables y de los grupos tribales y otras castas desfavorecidas de la India. Vicente Ferrer será enterrado en la India, donde llegó en 1952 como misionero jesuita y decidió dedicar el resto de su vida a la lucha contra la pobreza, lo que le costó la expulsión de India en 1968. Pudo volver al año siguiente y fundó con Anne Perry, la que sería su esposa, la Fundación que lleva su propio nombre.
Se muere un cooperante, un filántropo, un marido, un padre y abuelo, pero se quedan los frutos de su labor por la vida. Eso es lo que él siempre solía decir:
Tengo muy claro que ninguna acción buena se pierde en este mundo. En algún lugar quedará para siempre.
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Mensaje a la familia Ferrer
Desde nuestros corazones, queremos expresar nuestra lástima y condolencia a su familia, a sus colaboradores, a la India, y al mundo.
Vilma Medina. Editora de GuiaInfantil.com
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