El perfecto botiquín para los niños: Medicinas, tiritas y mimos

El perfecto botiquín para los niños: Medicinas, tiritas y mimos

Patro Gabaldón, Periodista
En este artículo
  1. Tiritas banditas o curitas para las heridas de los niños

Cuando regresé a casa con mi bebé en brazos, después de dar a luz, me di cuenta de que me faltaban algunas cosillas. Yo, como cualquier mamá, había preparado su nidito con todos los detalles, pero pronto comprobé que debía de ir a una farmacia a comprar gasas, sueritos, algodón, crema hidratante, alcohol de 70º, entre otras. Parece que las novatas no solemos tener en cuenta estas pequeñeces.

Además de la ropita, el mobiliario básico, la carrocería y demás complementos, resulta de gran utilidad un botiquín de primeros auxilios y para las enfermedades infantiles más frecuentes. Por supuesto, el contenido puede variar y, normalmente, se irán incorporando nuevos elementos, según vayan creciendo nuestros hijos.

Tiritas banditas o curitas para las heridas de los niños

Pieninacurita

El botiquín de los niños suele contener algún jarabe o supositorios antitérmicos para la fiebre, yodo o algún otro antiséptico para desinfectar heridas, termómetro, vendas, gasas, esparadrapo, sueros orales para hidratar y sueros fisiológicos para lavar heridas y fosas nasales, un aspirador nasal para los moquitos de sus múltiples catarros, árnica para los golpes, pomada para las picaduras de insectos, entre otras cosas realmente útiles.

Pero, algo absolutamente imprescindible, en cualquier botiquín que se precie, es un buen lote de tiritas, curitas o banditas y, si son con dibujos, mucho mejor. Las tiritas son un placebo maravilloso, que va más allá del protector de plástico y adhesivo para las heridas que nosotros vemos en ellas. Para tu hijo tienen un efecto calmante indiscutible ante cualquier pequeño percance.

Mi hija de cinco años tiene predilección por ellas, la exhibición de alguna ante sus hermanos y amigos es motivo de orgullo y bienestar. La importancia de la herida a cubrir es lo de menos, puede ir desde un simple rasguño a una mota de color rojo, cualquier excusa puede ser buena para lucir una preciosa tirita con dibujos de animales. Una tirita no es sólo un apósito: ¡es como un galón militar!

Cuando mi niña llega dolorida por alguna herida o golpe, y llora más por dolor de corazón que por dolor físico, no sólo quiere que le diga que "no es nada" (aunque realmente, no sea nada), lo que busca en ese momento es un poco de dedicación y de atención de mi parte, así que el ritual de cogerla en mi regazo con cariño, observar su herida y curarla, queda perfectamente rematado con la preciosa tirita de sus amores.

La bandita o tirita se convierte para muchos niños en un símbolo que representa la dedicación de sus padres en darles la asistencia necesaria y el consuelo tras los dolores de sus pequeños golpes. Algo parecido sucede con los jarabes: tomar el jarabe, aparte de ser una garantía de curación para el pequeño, puede ser todo un momento de reconocimiento ante sus hermanos. En cualquier caso, el medicamento genérico más eficaz ante las pequeños, inevitables y leves lesiones de nuestros niños son nuestros mimos, nuestro amor y nuestra dedicación.

Patro Gabaldón.
Redactora de GuiaInfantil.com

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