La relación del bebé con el libro

La relación del bebé con el libro

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En este artículo
  1. Los niños nacen con necesidad de historias
  2. Evolución de intereses y capacidades del bebé
  3. El juego y la estimulación de bebé con los libros

Un libro puede convertirse en el mejor aliado de tu hijo. Nunca es demasiado pronto para introducir los cuentos en la vida de los niños. Mucho antes de saber leer, los bebés pueden relacionarse con los libros, pues son capaces de escuchar, ver y sentir (sienten incluso antes de haber nacido, según los especialistas).

Desde que nacen, la curiosidad de los niños se desarrolla y a través de los sentidos se descubre cómo se genera y aumenta la curiosidad y el gusto por los libros y sus historias. ¡Adentra a tus hijos en el mundo de la lectura!

madre con su hijo leyendo

Los niños nacen con necesidad de historias

Los bebés nacen con unas necesidades primarias de afecto, de sueño, de alimento... y nacen también con necesidad de historias. Tienen necesidad de estimulación hacia la palabra, tanto oral como escrita, con el adulto como cómplice. Cuanto antes se ponga en contacto a los bebés con estos estímulos, mejor. Desde que están en la cuna es conveniente aportarle pensamiento y palabra a través de canciones, nanas, juegos corporales y de la narración de pequeñas historias.

Antes de los tres años la relación madre-hijo o padre-hijo crea situaciones muy especiales para el desarrollo del lenguaje. Si esto se produce desde el principio, supone enormes ventajas en el desarrollo posterior del niño. No sabemos lo que entienden pero sí podemos saber qué es lo que prefieren. Y todos ellos quieren historias, palabras especiales, sonoras, ¡sea cual sea su significado! A los bebés, desde un primer momento, les podemos hablar de tres formas diferentes:

- Con el lenguaje de los hechos, de los actos, de las situaciones, de lo cotidiano. Es el lenguaje que normalmente utilizamos cuando lo vestimos, lo alimentamos, lo queremos.

- Con el lenguaje del relato, que tiene la misma capacidad de comunicación de la lengua escrita. Este lenguaje lo utilizamos al contar, al cantar, al recitar. No le interesan tanto los contenidos como la sonoridad de las palabras. Con este lenguaje, el lenguaje cotidiano se desarrolla.

- Con el lenguaje del silencio, necesario para que pueda interiorizar lo que le estamos comunicando, y pueda responder a los estímulos.

Evolución de intereses y capacidades del bebé

La evolución de los intereses y las capacidades en los pequeños es excepcionalmente rápida en sus primeros años de vida. El primer contacto que tiene el niño con el libro es un acto de exploración sensorial. Le gusta acercarlo a la boca, mirarlo, tocarlo, lanzarlo, cogerlo con sus manos, manipularlo y descubrirlo. Alrededor del primer año, un bebé es capaz de reconocer a sus padres a través de una fotografía, e igualmente será capaz en esta edad de reconocer objetos familiares representados en las ilustraciones de los libros.

Estos son sus primeros pasos en el proceso de iniciación a la lectura. La adquisición del lenguaje se produce entre los 10 y los 30 meses, siendo este un periodo de intensa conquista intelectual para que el niño camine hacia su autonomía. Hacia los dos años la mayoría de los niños utilizan convenciones literarias: repeticiones de palabras, fórmulas de inicio y finales de los cuentos, cambio del tono de la voz, etc. Todos estos avances se verán incrementados, sin duda, en aquellos niños que han oído contar muchos cuentos. Todo ello nos anima a comenzar cuanto antes a contar y jugar con los cuentos.

El juego y la estimulación de bebé con los libros

Los libros son un instrumento de cultura que favorecen los aprendizajes y permiten que el niño desarrolle su capacidad de atención y expresión, conozca el mundo que le rodea y amplíe su vocabulario. Desde un primer momento los libros constituyen un medio excelente de comunicación entre el adulto y el bebé. Con un libro en las manos, el adulto habla, mira, acaricia y establece una relación afectuosa con el niño. La lectura, por otro lado, es un acto donde el afecto tiene un rol destacado. Tiene que brindar al niño momentos de mucho afecto, que le hagan relacionar el acto de leer con la satisfacción personal.

Por ello, el papel de los padres es fundamental para hacerles llegar los libros y sus historias. Los padres pueden relacionar lo que hay en los libros con lo que el niño conoce, con lo que le gusta, con lo que le satisface y necesita. La familia es por tanto un elemento determinante en el desarrollo del hábito de lectura del niño, sobre todo, si tenemos en cuenta que los niños imitan modelos a seguir. Es muy importante que los padres cuenten, lean en voz alta, y se conviertan en definitiva en referentes del hábito lector de sus hijos.

Teresa Corchete Sánchez. Fundación Germán Sánchez Ruipérez Ronda de libros: programa de promoción de la lectura con niños de 9 meses a 3 años de edad Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil

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