Los problemas de la piel de los niños

Qué podemos hacer para proteger la piel de los niños

Marisol Nuevo, Periodista
En este artículo
  1. Hábitos que protegen la piel de los niños 

Los niños son cada vez más propensos a tener problemas de piel, principalmente porque están más expuestos al contacto con agentes externos debido a las actividades que realizan como los deportes al aire libre, los juegos en las piscinas tanto en verano como en invierno, su asistencia a vestuarios compartidos...

Todas estas actividades son muy comunes entre sus clases extraescolares y pueden dar lugar a problemas cutáneos como irritaciones de la piel, tiranteces, rojeces... y en otros casos al padecimiento de enfermedades contagiosas producidas por virus como las verrugas o por hongos como los molluscum, que se propagan por el contacto directo con células infectadas.

Hábitos que protegen la piel de los niños 

Problemas en la piel de los niños

Junto con los problemas de las vías respiratorias y gastrointestinales, las enfermedades de piel ocupan un lugar destacado en las consultas tanto de Pediatría como de Medicina de Familia. Para evitar su aparición es esencial tomar precauciones y medidas preventivas.

1. Evitar que compartan toalla o ropa con los hermanos o amigos cuando tengan un problema de piel.

2. Evitar que estén expuestos en el sol en las horas de más calor (entre las 12-17 horas).

3. Inculcar a los niños mantener una higiene adecuada.

4. Aplicarles protectores solares de alta graduación (factor 30-40) principalmente en los meses de verano.

5. Insistirles en utilizar chanclas o calzado adecuado en vestuarios y piscinas (tanto exteriores como climatizadas) para evitar contagios.

A pesar de las recomendaciones, a veces, inexplicablemente aparecen lesiones en su piel en forma de irritación, tirantez, molluscum, verrugas... En estos casos, el control de las dermatitis infantiles es fundamental. Hay que tener en cuenta que su localización en diferentes zonas del cuerpo y sus manifestaciones dependen fundamentalmente de sus causas.

En general, sus aliados son la suciedad, la humedad y el calor. Gracias a estos tres elementos proliferan los virus, los hongos y las bacterias en las áreas de la piel afectadas y, por tanto, lo más conveniente para alivar los síntomas de las dermatitis infecciosas o fúngicas es mantener la zona de la piel bien limpia y seca.

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