Problemas en las rodillas de los niños: quiste de Baker

Patologías en las rodillas en la infancia

Celia Guerrero, T. S. Ortopedia Infantil
En este artículo
  1. Quiste de Baker en las rodillas de los niños
  2. ¿Porqué se produce el quiste de Baker?
  3. Síntomas del quiste de Baker en las rodillas de los niños
  4. ¿Cómo se diagnostican patologías en la rodilla?

Uno de los temores más grandes de los padres es cuando aparece un bulto en el cuerpo de nuestros hijos, en este caso en las rodillas. Hablamos del quiste de Baker, conozcámoslo.

Un quiste de Baker (quiste poplíteo) es una bolsa llena de líquido que se forma detrás de la rodilla. Este hace que sientas tu rodilla tensa y dolorida. Estos quistes son muy comunes y se pueden originar por cualquier cosa que inflame tus articulaciones, incluso la artritis

Quiste de Baker en las rodillas de los niños

Quiste en la rodilla de los niños

Generalmente en niños pequeños, no se observan otros síntomas como rigidez o dolor local, aunque en adolescentes si se presentan. La masa aumenta de tamaño cuando la rodilla está completamente extendida y desaparece cuando la rodilla está flexionada. La masa es dura, firme y se puede intuir colocando una luz fuerte sobre la masa, evidenciándose la presencia de material líquido.

Es de suma importancia revisar con gran detenimiento la articulación de la rodilla en los niños, con la finalidad de buscar signos de sub-luxación o artrosis temprana.

¿Porqué se produce el quiste de Baker?

No se conoce, de forma clara, cuál es el mecanismo por el que se produce. Parece estar relacionado con el desarrollo de la rodilla, pero a diferencia del adulto, su presencia no refleja ningún tipo de alteración en la articulación de la rodilla.

Puede originarse por la distensión de unas bolsas rellenas de líquido gelatinoso procedente de la vaina de los tendones en la parte posterior de la rodilla, aunque en ocasiones pueda originarse de la propia articulación.

Síntomas del quiste de Baker en las rodillas de los niños

- Aparece la hinchazón en la zona detrás de la rodilla. La hinchazón se origina por el líquido que forma el quiste y que a la vez produce la inflamación de la zona. Dicha hinchazón luce como un bulto en la parte posterior de la rodilla y se aprecia mejor de pie con la rodilla recta.

- Se detecta alguna tensión detrás de la rodilla. Cuando se acumula el líquido en los quistes, se ejerce presión en la parte posterior de tu rodilla. Se suele sentir como si tu rodilla estuviera a punto de explotar, sobre todo de pie con la pierna recta; es decir, cuando la piel alrededor de la rodilla esté totalmente estirada  y se perciba la sensación de tensión.

- Control de la rigidez de alrededor de la rodilla. La rigidez difiere de la tensión en que si la rodilla está rígida, sentirás mucha molestia al flexionarla. Por el contrario, con la tensión sentirás la rodilla como un globo de agua a punto de estallar. Es posible que se sienta la rodilla rígida porque el quiste origina la inflamación de los músculos y articulaciones de la rodilla, lo que la volverá rígida.

- Presta atención a cualquier dolor que sientas en la parte posterior de tu rodilla. Cuando el quiste ejerza presión sobre los nervios detrás de la rodilla, definitivamente sentirás dolor cuando muevas mucho la rodilla.

¿Cómo se diagnostican patologías en la rodilla?

El diagnóstico se realiza cuando se examina al niño, la madre refiere que en ciertas ocasiones, sobre todo después de actividad física está de mayor tamaño, al levantarse es pequeña y aumenta su tamaño durante el día. Estos quistes suelen descubrirse de forma accidental por los padres, por ejemplo después de una contusión en la rodilla del niño. 

La mejor manera de verlo para los padres, es con el niño tumbado hacia abajo y la rodilla estirada, notándose en la parte más interna de la parte trasera de la rodilla una prominencia que no aparece en la otra rodilla sana. En general, la exploración física es suficiente para diagnosticar el quiste de Baker.

En caso de que el quiste sea de gran tamaño, provoque dolor o haya crecido rápidamente, debe estudiarse con alguna prueba de imagen. La Tomografía axial computarizada (TAC) y la Resonancia Magnética Nuclear (RMN) señalarán con claridad si el quiste tiene densidad líquida, define la relación con el resto de las estructuras y orienta sobre el grosor de la pared del quiste.

En general se recomienda realizar una ecografía, que confirma el diagnóstico y mide el tamaño del quiste.  

Tratamiento para quiste de Baker en las rodillas

El tratamiento inicial es observación, ya que el quiste generalmente tiende a desaparecer, el pediatra debe explicarle a los padres la naturaleza de la lesión y que no existe posibilidad de malignidad, en trabajos de investigación se ha determinado que aproximadamente el 80% de los quistes desaparecen en el transcurso de 2 a 3 años, en caso de que la masa crezca de manera importante, que limite la actividad del niño o que comience a presentar dolor, la indicación quirúrgica no tiene discusión. No se recomienda aspirar el quiste o la infiltración con esteroides debido a que con estas técnicas siempre tiende a reproducirse.

Si ocasiona dolor en la movilidad de la rodilla, el pediatra podrá sugerir tomar algún antiinflamatorio o algún analgésico para que se apacigüe el dolor o molestia aguda.

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