Las mil y una maneras para que el niño coma

Las mil y una maneras para que el niño coma

Patro Gabaldón, Periodista
En este artículo
  1. La alimentación es un aprendizaje

Para que mi pequeña sobrina coma, dice su mamá que hay que realizarle el show todos los días y en todas las comidas. Muchos papás hemos recurrido al entretenimiento durante la alimentación de nuestro hijo y reconozco que es una práctica bastante eficaz, pero no debería convertirse en costumbre, ya que la alimentación puede convertirse en una acción condicionada.

La alimentación es un aprendizaje

Bebé come

¿Quién no conoce el típico 'esta cucharadita por papá, otra por mamá...'?, así hasta acabar nombrando a toda la familia y aledaños para que el niño acabe con toda la papilla; o la cuchara 'voladora' que simula el cohete, el avión o la moto que en su trayectoria acaba aterrizando en la boca bien abierta de nuestro hijo; contarles los mil y un cuentos o recurrir a algún objeto o juguetito para manipular. Y lo peor de todo... colocarle los dibujos animados mientras le insertamos la cuchara por entre los labios sin ningún interés por parte del niño que mira absorto a la televisión.

Casi todos hemos recurrido alguna vez a estos trucos y entretenimientos para conseguir que nuestro hijo termine el plato y hemos conseguido que la alimentación sea un acto casi inconsciente. El niño acaba abriendo la boca por el hecho de que estamos jugando con él o está pasando un rato relajado delante de la tele, pero debemos aspirar a algo mejor: a que nuestros hijos logren disfrutar del acto en sí de alimentarse y no del show que lo acompaña.

El juego puede ser la recompensa posterior o el premio a comer. Muchas veces nos sentimos obligados ya que creemos que nuestro niño no come lo suficiente y nos son muy útiles usar estas mañas como mal menor, por conseguir que el niño ingiera los alimentos que les ayudarán a tener una correcta nutrición y salud. La alimentación es un aprendizaje y, sin duda, el aprendizaje debe ser divertido, así que según vayan siendo más mayorcitos, debemos enseñarles a disfrutar de la comida y del encuentro familiar, abandonando los juegos o entretenimientos ajenos al acto y lugar de alimentarse.

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