Villancico alegre de Navidad para cantar en familia - La Marimorena
Te traemos la letra y video de uno de los villancicos más populares de la Navidad para ti y tus hijos
- Letra del villancico La Marimorena para cantar con los niños en Nochebuena
- Vídeo y cuento corto para niños inspirado en el villancico La Marimorena
- Más villancicos y canciones de Navidad clásicas y tradicionales para niños
Para divertirse en la fiesta de Navidad, las canciones son un recurso ideal. Diviértete cantando y jugando con los niños con el villancico alegre de Navidad para cantar en familia - La Marimorena. Además, tenemos las letras de otros villancicos más conocidos y populares para que los niños puedan cantar en familia en la Nochebuena. ¡A qué es una gran idea!
Letra del villancico La Marimorena para cantar con los niños en Nochebuena

Sin duda, este villancico es uno de los más conocidos por su estructura musical, letra y ritmo. Nada más escuchar sus primeros acordes los niños sabe perfectamente de cuál se trata, por lo que siguen su letra y su melodía. Para apoyarte en ello, aquí encontrarás la letra de este lindísimo villancico.
Ande, ande, ande, la Marimorena
En el portal de Belén
hay estrellas, sol y luna,
la Virgen y San José
y el niño que está en la cuna.
Ande, ande, ande, la Marimorena,
ande, ande, ande, que es la Nochebuena.
Ande, ande, ande, la Marimorena,
ande, ande, ande, que es la Nochebuena.
En el portal de Belén
nacen libres los pastores
para calentar al niño
que ha nacido entre las flores.
Ande, ande, ande, la Marimorena,
ande, ande, ande, que es la Nochebuena.
Ande, ande, ande, la Marimorena,
ande, ande, ande, que es la Nochebuena.
Los pastores se enteraron
que el niño quería fiesta
y hubo uno que rompió
tres pares de castañuelas.
Ande, ande, ande, la Marimorena,
ande, ande, ande, que es la Nochebuena.
Ande, ande, ande, la Marimorena,
ande, ande, ande, que es la Nochebuena.
Vídeo y cuento corto para niños inspirado en el villancico La Marimorena

Aquella Nochebuena, el portal de Belén estaba muy alegre. La luna asomaba entre las estrellas que brillaban como si fueran farolillos. La Virgen María sonreía mirando al Niño Jesús, quien dormía tranquilo en su pequeño pesebre con mucha paja, mientras San José acomodaba las mantas para que no pasara frío. Un poco más lejos, vivían tres pastores: Martín, Lucía y Diego.
Ellos eran amigos desde pequeños y soñaban con que pasara algo diferente en Nochebuena. Precisamente esa noche, mientras cuidaban a las ovejas, vieron una estrella enorme que brillaba más que las demás. Martín apretó fuerte sus castañuelas, que siempre llevaba colgadas al cinturón y estaba convencido de que es una señal. ¡Los tres querían ir a ver qué ocurría!
La gran estrella parecía marcarles el camino y se posó en un pequeño portal de madera, así que los tres bajaron la colina, con mucho cuidado de no despertar a las ovejas. A medida que se acercaban, escuchaban el murmullo suave, como si el viento cantara. Cuando llegaron al portal encontraron a María, José y, en la cuna, un bebé pequeño que los miraba con unos ojos llenos de luz.
Había nacido el pequeño Jesús y solo entonces los pastores se dieron cuenta que no habían traído regalos. San José sonrió y les explicó que lo importante no era que sus regalos fueran materiales, sino que vinieran del corazón. Entonces, Martín miró sus castañuelas y empezó a tocar con todas sus fuerzas. 'Clac, clac, clac', sonaban las castañuelas. Se emocionó tanto, que ¡crac! se rompió un par.
El Niño Jesús se rió, como si el sonido roto también le pareciera bonito y su risa retumbó en todo el portal, haciendo que su madre, María, lo tomara en brazos y lo abrazara. Al mismo tiempo, la dulcísima virgen morena miró a los tres pequeños pastores con infinita ternura y les dijo:
- No se preocupen, queridos niños, que mi pequeño Jesús no necesita cosas perfectas. Él se alegra cuando ustedes están contentos y unidos, y que de su corazón brote siempre el amor.
Entonces los pastores empezaron a cantar al ritmo de la música. Pronto se unieron más pastores, algunos con panderetas, otros con zambombas. El portal se llenó de canciones, ¡esa era la verdadera Nochebuena! Desde entonces, cuentan que cada vez que en Navidad suenan castañuelas y villancicos llenos de ritmo, el Niño Jesús recuerda su primera fiesta con los pastores.
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Bibliografía
- Ramírez Uribe, C. (2020) Villancicos Guineos, miradas imaginarias. Expresiones afrodescendientes en el México Novohispano. Música Oral del Sur (ed.) Centro de Documentación Musical de Andalucía, España, pp. 323-358 Disponible en https://www.researchgate.net/publication/357604623_Villancicos_guineos_miradas_imaginarias_Expresiones_afrodescendientes_en_el_Mexico_novohispano