6 maneras de hablar con tu hijo adolescente para ganar su confianza

Son muchísimas las familias que nos hacen llegar a diario su preocupación ante la falta de comunicación por parte de sus hijos adolescentes. Seguro que tú te has encontrado en esta situación más de una ocasión: llega tarde a casa, no quiere explicarte qué le sucede, se aísla tan pronto como puede y se pasa todo su tiempo libre con el móvil, jugando o mandándose mensajes con los amigos. ¿Te suena alguna de ellas? En este artículo, vamos a darte 6 maneras de hablar con tu hijo adolescente para ganar su confianza y que te cuente los problemas que le suceden.

¿Cómo comunicarse con los hijos adolescentes en 6 pasos?

Seguro que te has dado cuenta de que la personalidad de tu hijo ya ha cambiado mucho. No hace tanto tiempo era un niño o una niña pequeña a la que podías convencer (más o menos) rápidamente de lo que era mejor. Ahora, las cosas han cambiado y debes utilizar estrategias diferentes para ganarte la confianza de tus hijos: es la única manera en la que podrás llegar a ellos y ayudarles en cuanto necesiten.

1. La coherencia es la clave

Sea cual sea el tema que debas (o quieras) tratar con tu hijo adolescente, debes tener en cuenta que la coherencia es la clave. En todo. Así como también lo es el dar ejemplo. Si tú no eres capaz de dejar el móvil de lado cuando estás en casa, ¿cómo vas a exigirle a tu hijo que lo haga? Por otro lado, si tus hijos tienen amigos que salen a horas muy diferentes de lo que tú le permites al tuyo, ¿cómo quieres que se relacione bien con ellos? ¿Usa el móvil a cada momento porque no tiene estos momentos de contacto social con ellos? Antes de empezar a regañar a tus hijos, debes hacerte todas estas preguntas. Es necesario explorar y conocer el contexto en el que se encuentra tu hijo. De este modo, podrás determinar cuál es la mejor manera de acercarte a él.

2. La escucha es más importante que la opinión

En los años de adolescencia, los hijos ya se han formado una imagen del mundo que les rodea y tienen sus propias opiniones y gustos. Es cierto que, a medida que vayan creciendo, las irán cambiando y tu papel es guiarles en este proceso de crecimiento personal. En este sentido, es necesario que consigas su confianza: sin duda, lo más difícil. Empieza por escucharlo: a veces, tu hijo adolescente solo busca el cariño y el apoyo que le das como referente. No es necesario que siempre le des tu opinión, solamente escucha qué le preocupa, cómo se siente, qué vive a diario. Tan solo con este paso, habrás ganado mucho. Cuando tu hijo vea que no siempre hay una 'lección' se abrirá más a ti y él solo te pedirá tu opinión. Con el tiempo, acabarás siendo su referente de nuevo.

3. Contrato de normas

Los contratos de normas son una buena herramienta para comunicarte abiertamente con tu hijo adolescente y lograr que comprenda mejor tu posición y por qué le pides que se comporte de una manera determinada. Al igual que cuando era niño usábamos los puntos para corregir aquellos comportamientos que queríamos modificar, el contrato de normas funciona para los adolescentes. Siéntate con él un día en el que tu hijo esté colaborativo. Durante este momento, debes establecer cuáles serán sus obligaciones y las consecuencias de no cumplirlas, pero también las recompensas. Y, lo más importante: deja que participe en este contrato. Escucha cuanto tiene que decirte y busca llegar a un término medio. Si se siente parte de los acuerdos será mucho más fácil que los cumpla.

4. Reflexionar sobre los límites

Es necesario que te ajustes a las demandas de tus hijos: reflexiona sobre el entorno que le rodea, los amigos que tiene, qué actividades le gustan, etc. Por ejemplo, no puedes pedirle a tu hijo que salga a una hora cuando todos sus amigos salen a otra. O, tampoco es justo que le dejes salir con los amigos un par de horas si ya se pasa una desplazándose hasta el lugar en el que han quedado. Intenta valorar todos estos aspectos y, una vez más, llega a un acuerdo con él.

5. Aplica las consecuencias

Si tu hijo se salta alguna de las normas o límites que hayas establecido en la familia, no debes caer en el error de darle la 'gran charla'. Él aprenderá que, si incumple lo acordado, solo le caerá una 'bronca' y preferirá esto a no hacer lo que le gusta. En este sentido, es importante que las consecuencias sean factibles y aplicarlas sin excepción. Por ejemplo, no puedes decirle a tu hijo (porque estés enfadado) que si llega tarde no va a salir nunca más cuando sabes que esto no se va a cumplir. En su lugar, aplica una consecuencia real: un día sin salir, una tarea extra en casa si quiere poder volver a salir el día siguiente, etc.

6. Las palabras cuentan más de lo que imaginamos

Aunque no lo hagas con ninguna mala intención, a veces, hay comentarios que afectan negativamente a tu hijo. Por ejemplo, si va a salir de casa y le dices que la ropa que lleva no es apropiada, tu hijo pensará que hay algo mal en su aspecto. Lo mismo si le animas a ir al gimnasio para mejorar su físico: aunque tú lo hagas por salud, porque te preocupas por él, su mente se hará a la idea de que no 'va bien' de que 'hay algo malo' en él. Muéstrale siempre tu apoyo y, ante complejos, anima a tu hijo a seguir siendo él mismo: 'Las personas que te quieren no te juzgarán por tu cuerpo o por tu ropa'. Estas frases, realmente, marcan una diferencia en su autoestima.

Pasos para que tu hijo adolescente confíe en ti

Si quieres ganarte la confianza de tu hijo adolescente, debes empezar por cambiar las estrategias que habías aprendido en su niñez. Ahora, debe prevaler el apoyo, la escucha y la coherencia, con estos simples pasos:

• Actúa con coherencia: lo que digas debe ser igual a como actúas.
• Escucha siempre a tu hijo y da un consejo apropiado cuando se requiera.
• Establezcan las normas y cúmplanlas, tanto él como tú al imponer una sanción.
• Los límites no son malos, al contrario: le dan una sensación de seguridad a tu hijo.
• Toda acción tiene una reacción y en este caso es una consecuencia, la cual debe estar clara desde el principio y ser realista.
• Nunca utilices tus palabras para herir: debes fortalecer a tu hijo y hacer que se sienta amado y escuchado sin importar qué suceda.

Aplicando estas estrategias, tu hijo por sí mismo vendrá a pedirte opinión cuando lo requiera y será entonces cuando podrás incidir en lo que es mejor para él. Recuerda que en la adolescencia, todo va paso a paso.

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