El difícil (pero no imposible) vínculo entre padres y preadolescentes

Cómo se puede mejorar la relación con los hijos en la preadolescencia

Carola Álvarez Arce, Psicóloga Infanto-Juvenil
En este artículo
  1. Cuando nuestros hijos entran en la preadolescencia
  2. Tips para trabajar el vínculo entre padres y preadolescentes

'Mi hijo ya no me quiere', 'Antes le encantaba estar conmigo y ahora me rehuye', '¡No sale de la habitación!'. Estos son algunos de los gritos de preocupación de padres con niños que se acercan a la adolescencia. Según van haciéndose mayores, la relación con los padres va cambiando. Si bien cuando son bebés los padres son su principal refugio, con el paso de los años van aprendiendo a ser más autónomos. Y todo esto puede llegar a desembocar en un vínculo entre padres y preadolescentes que es complicado, pero que para nada es imposible. Solo hay que trabajarlo con las herramientas oportunas.

Cuando nuestros hijos entran en la preadolescencia

Trabajar el vínculo entre padres y preadolescentes

La oruga, antes de transformarse en mariposa, se refugia en una crisálida en donde estará por un tiempo hasta que el proceso de metamorfosis allá culminado. Durante este tiempo, todo su cuerpo se trasforma hasta que pueda desplegar sus alas en soledad. Ningún otro insecto lo ayuda, realiza todo este proceso en solitario. Este ejemplo me parece fascinante para hablar de la preadolescencia.

Si nos paramos a pensar, hay muchos paralelismos entre esta etapa de la vida de nuestros hijos y la metamorfosis de la mariposa. En ambos ocurren eventos similares: el niño inicia un proceso de transformación física y psicológica, que necesita de la contención y compresión de sus padres.

Esta etapa del desarrollo es caracterizada como 'la pausa creadora', en donde existe una búsqueda de la identidad. Es normal, el retraimiento social, porque necesita afirmar su propia identidad, sumergirse en sus pensamientos y emociones. Esto podría ser causante de dificultades en el vínculo con los padres, porque tal vez se experimente como una frialdad emocional del hijo al padre. Sin embargo, no podemos olvidar que se trata de todo lo contrario: nuestro hijo preadolescente se aleja de nosotros porque está encontrándose, está transformándose en algo nuevo. ¡Como la mariposa!

Tips para trabajar el vínculo entre padres y preadolescentes

La preadolescencia y la relación con los padres

Aunque el 'trabajo' de transformación de nuestros hijos es en solitario, los padres no debemos ser ajenos al mismo. Podemos ayudar a nuestros hijos, guiarles, darles consejos y estar disponibles para lo que necesiten. A menudo, lo único que necesitan nuestros hijos es saber que estamos a su lado ante todos estos cambios que están experimentando.

Por eso, a continuación te ofrezco una serie de recomendaciones que te podrían ayudar a trabajar el vínculo con tu hijo adolescente. Vamos a verlas una por una:

1. Mantén la calma
A menudo, los padres nos desesperamos cuando, a pesar de que intentamos mantener una conversación con nuestros hijos e interesarnos por su vida, ellos no parecen muy abiertos a la charla. Por eso, cuando tus hijos te respondan con monosílabos o no quieran contarte cómo estuvo su día, no les presiones. Es mejor que simplemente les hagas saber que si necesitan contarte algo tú estás ahí para escucharlo.

2. Busca entretenimientos
Invita a tus hijos a practicar actividades que les ayuden en este viaje, como practicar yoga o meditar. Incluso, (si ellos quieren) podéis practicar estos deportes en familia.

3. Vuestro vínculo cambiará, pero es lo normal
Es normal que sientas que tu hijo ya no es ese niño afectuoso que corría a abrazarte. Que ahora esté distante e indiferente, no significa que tú ya no eres importante para él. Todo lo contrario, necesita mucho de ti, de tu silenciosa compañía en este viaje.

4. Evita las confrontaciones
Dado que durante la preadolescencia (y después en la adolescencia) existe mayor inclinación a un descontrol emocional puede ser que sus reacciones sean intensas. Te recomiendo ayudar a tu hijo en ese manejo emocional con frases como 'entiendo que te enojes', 'calma acá estoy para ayudarte', 'resolvamos juntos esto', etc.

La preadolescencia es solo una pausa, ya verás como tu hijo se trasforma en una linda y colorida mariposa, más pronto de lo que imaginas. Solo es un momento donde necesita descubrirse dentro de su propia historia, por lo que ahora necesitará de nuestra compañía silenciosa para que sepa que de igual forma estamos para acompañarlo cuando lo necesite.

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