El diagnóstico de ARFID en niños: un trastorno alimentario desconocido

Trastornos de conducta alimentaria en las primeras etapas infantiles

Laura Cerrillo, Logopeda y docente
En este artículo
  1. Posibles indicadores del trastorno ARFID en niños 
  2. Recomendaciones para hacer frente al trastorno de ARFID en niños

El llamado trastorno ARFID en niños es aún muy desconocido, tanto en centros de educación como en centros de salud, siendo pocos aún los que saben relacionar este concepto con los trastornos de la conducta alimentaria de los niños. Y los pocos que lo relacionan suelen hacerlo con población adolescente y descuidando muchas veces la detección y tratamiento precoz no tanto en población infantil.

En el post de GuiaInfantil.com hoy queremos facilitar a las familias y a los colegios, especialmente a los comedores escolares, más acerca sobre los detalles de este posible trastorno o dificultad. Con la intención de fomentar más detección y más intervención desde edades más tempranas.

Posibles indicadores del trastorno ARFID en niños 

El diagnóstico de ARFID en niños:

Las siglas de ARFID corresponden a los términos Avoidant or Restrictive Food Intake Disorder, traducido como Desorden de Ingesta Alimentaria Evitativa o Restrictiva. Dicho concepto ya describe las dos situaciones más problemáticas en los niños en el momento de enfrentarse a la comida: la evitación y la selección. 

Sin tratarse de niños que no quieren comer (anorexia) o que lo hacen de manera impulsiva (bulimia) existe, por desgracia, este trastorno del que te queremos dar más datos. 

Recientemente, en el año 2013, se publicó la última y quinta edición del manual para el diagnóstico terapéutico, el DSM-V (o Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), en el que se concretaron algunas de las características que hoy os contamos.

Concretamente, nos centraremos en algunos de los más importantes indicadores de riesgo o sospecha de dificultad, posibles causas y las tres principales derivaciones a especialistas:

Posibles indicadores de la dificultad
Es importante conocer los principales indicadores de sospecha de un trastorno de ARFID o de unas dificultades de conducta con la alimentación de los niños:

1. Come determinados alimentos, siendo muy selectivo.

2. Tiene falta de apetito y poco interés por la comida.

3. Pérdida de peso significativa.

4. Tarda mucho en comer y/o se opone.

5. Come pequeñas cantidades de comida.

6. Desnutrición, déficit nutricional en peso y talla.

7. Puede requerir suplementos nutricionales.

8. Evitación del momento de comida fuera de casa.

9. Familia con preocupación entorno a la rutina diaria.

10. Se beneficiaria de una estimulación psicológica.

Posibles causas de la dificultad
También es importante conocer sus principales y posibles causas del desarrollo de un trastorno de ARFID o de unas dificultades de conducta con la alimentación de los más pequeños de la casa:

11. Padres y hermanos con actitud selectiva con la comida.

12. Excesiva sensibilidad estímulos sensoriales (tacto, color, olor, gusto, etc.)

13. Miedo y/o pánico a poder asfixiarse o bien a vomitar.

14. Experiencia traumática con la comida (tragarse un diente, etc.)

15. Molestias gastrointestinales (náuseas, vómitos, ardores, etc.) 

Recomendaciones para hacer frente al trastorno de ARFID en niños

trastono de alimenaicón

Será importante procurar un buen ambiente y predisposición con la comida, iniciando las tareas como juegos diarios y sin forzar. Las tres principales derivaciones ante el mantenimiento de estas dificultades de alimentación serían el médico, el psicólogo y el logopeda:

- Acudir al médico ante dificultades importantes de nutrición, para valorar la necesidad de utilizar suplementos, controlar el peso y/o de descartar posibles razones gastrointestinales que puedan explicar la situación.

- Acudir al psicólogo, ante dificultades importantes de conducta ya que muchos pueden desarrollar ansiedad, miedo y obsesión por la comida.

- Acudir al logopeda, ante dificultades importantes de alimentación para poder trabajar la desensibilización gradual y progresiva de la comida, pudiendo trabajar objetivos como: tacto de las diferentes texturas, aceptación de variedad de colores individuales o mezclados, sabores y temperaturas variadas, olores, etc.

La relación que los niños establecen con la comida siempre puede ser complicada, pero ahí estamos los padres para echarles una mano y facilitarles recursos. 

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