El calostro, la primera leche materna para el bebé

Qué es el calostro y por qué es tan importante en la alimentación del bebé

En este artículo
  1. ¿Qué es el calostro de la leche materna?

El calostro es el mejor alimento para el bebé recién nacido. Este tipo de leche materna empieza a producirse en las últimas semanas de embarazo, y será el primer alimento que tome el bebé durante sus dos a cinco primeros días de vida, ya que a partir de ese momento es cuando la mama empieza a producir 'leche madura'.

A pesar de los muchos mitos que han surgido acerca de este líquido y del rechazo de algunas culturas de amamantar al bebé con el calostro, podemos afirmar que el calostro representa la mejor manera de alimentar a nuestro hijo.

¿Qué es el calostro de la leche materna?

Calostro, la primera leche materna

Te contamos qué es el calostro, y porqué debe tomarlo tu bebé.

El calostro es un fluido de color amarillento, más viscoso y denso que la leche materna. Constituye el ideal alimento ideal para el recién nacido durante los primeros días de vida por los siguientes motivos:

1. El calostro es rico en células inmunológicamente activas: anticuerpos y otras proteínas protectoras. Como alimento constituye la primera inmunización de los bebés recién nacidos, les ayuda a regular su sistema inmune protegiéndoles contra diversas infecciones.

2. Contiene factores de crecimiento, que ayudan a madurar el intestino de los pequeños, para funcionar con eficacia. Esto hace más difícil que los microorganismos y las sustancias alergénicas se desarrollen en el cuerpo de los bebés recién nacidos.

3. Estimula el movimiento intestinal del bebé, de tal modo que el meconio es eliminado rápidamente. Así, el calostro ayuda a liberar las sustancias que producen ictericia, ayudando por lo tanto a reducirla.

4. Tiene factores estimulantes y hormonas, que favorecen mejores niveles de glucemia en los primeros días de vida.

5. Viene en volúmenes pequeños, justo lo que el bebé recién nacido necesita.

6. Es rico en vitamina A, que les ayuda a proteger la visión y los ojos, y a reducir infecciones.

Aunque nos parezca que es poca cantidad la que producimos de calostro, no debemos olvidar que la capacidad del estómago del recién nacido es muy reducida, y por ello que demandará alimento muy a menudo. El calostro, además, es de muy fácil digestión.

No se debe suplementar al bebé con fórmulas o con agua, ni siquiera en los meses más cálidos, basta con ofrecer más a menudo el pecho al bebé para tener todas sus necesidades cubiertas.

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