7 riesgos de los niños en las piscinas y 7 soluciones

El ahogamiento no es lo único que ha de preocuparnos a los padres

En este artículo
  1. Los riesgos de los niños en las piscinas

Lo que más nos preocupa de las piscinas, tanto a padres como a sanitarios, es el ahogamiento. No nos cansamos ni nos cansaremos nunca de decir que hay que tener uno y mil ojos a la hora de vigilar activamente el baño de nuestros hijos. Pero las piscinas también conllevan otros riesgos, algunos de los cuales pasamos a enumerarte. Con ello no pretendemos asustarte, pero conviene que los tengas muy presentes. Estos son 7 riesgos de los niños en las piscinas con sus soluciones. 

Los riesgos de los niños en las piscinas

Riesgos de los niños en las piscinas

1- Ojo al tirarse de cabeza. Antes de una zambullida, debes comprobar la profundidad de la piscina, pues si la hondura no es mucha, hay riesgo de desarrollar consecuencias muy graves, como traumatismos craneales o cráneo-cervicales por impacto frontal contra el suelo. Dichos traumatismos pueden derivar en lesiones medulares. Explícale esto a tus hijos, especialmente si son adolescentes, que son los de mayor riesgo.

2- Niños con dermatitis atópica. La mayor parte de los niños con dermatitis pueden bañarse sin problemas. Únicamente se recomienda evitar la inmersión en niños con brotes graves. De igual modo, si tu hijo está recibiendo tratamiento tópico con corticoides, has de evitar la exposición solar, o hacerlo mínimamente, y además bajo la protección de un filtro solar máximo. En todo niño con dermatitis atópica no grave, aplícale antes del baño una crema o leche emoliente, y un filtro solar. Después del baño, procede al aclarado de su piel con agua dulce durante 30 segundos aproximadamente; y después, seca a tu hijo con pequeños toques utilizando una toalla. No les restriegues enérgicamente.

3- Picaduras de insecto. Si tu hijo ha presentado alguna vez una reacción alérgica grave (anafilaxia) a la picadura de un insecto, como avispa o abeja, no olvides nunca llevarte una dosis de adrenalina.

4- Traumatismos en los bordes de las piscinas. Los bordes mojados de las piscinas, unidos a los restos de crema solar pueden facilitar que tu hijo se resbale, en especial si coge carrerilla antes de tirarse a la piscina. En estos traumatismos, el impacto suele recaer en la espalda, la región sacra, el coxis, así como en las muñecas y antebrazos. Advierte este hecho a tu hijo.

5- Toxiinfecciones alimentarias. Es muy agradable tomarse un bocadillo después de un largo día de deporte acuático. Si no has llevado un dispositivo refrigerante, recurre a alimentos no perecederos, como un buen embutido curado. Y huye de las salsas, en especial de la mahonesa casera.

6- Quemadura solar. Si tu hijo tiene una quemadura solar, es mejor que se quede a la sombra y no se bañe. Pero si no puedes evitarlo bajo ningún concepto, usa una prenda a modo de barrera, como una camiseta acuática.

7- Fármacos y fotosensibilidad. El consumo de determinados medicamentos (algunos antibióticos, antiinflamatorios, antidepresivos, ranitidina, ansiolíticos, antipsicóticos, retinoides, etc.) puede derivar en la aparición de reacciones anómalas si nos da el sol. Por ello, te aconsejamos que leas el prospecto de aquellos fármacos que des a tus hijos.

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