Los 7 errores más comunes de los padres ante una infestación de piojos en los niños

Lo que nunca debemos hacer si queremos acabar con los piojos de nuestros hijos

En este artículo
  1. Fallos que cometemos ante una infestación de piojos en los niños
  2. Cómo funcionan los tratamientos antipiojos 

Cómo es posible que hoy en día, con toda la información que tenemos respecto a la eliminación de piojos y con todos los productos pediculicidas tan al alcance de de la mano, exista un repunte de infestación de estos molestos bichos.

La respuesta está en que seguimos cometiendo fallos al intentar acabar con piojos y liendres. Estos son los errores más comunes de los padres ante una infestación de piojos en los niños. 

Fallos que cometemos ante una infestación de piojos en los niños

Errores ante una infestación de piojos

1- No seguir el tratamiento hasta el final: la forma de aplicar el tratamiento se basa en el ciclo del piojo. Cuando un piojo pone sus huevos, estos eclosionan al cabo de 7 días y darán lugar a la liendre que alcanza su estado de adultez a los 10 días. Fíjate bien a la hora de leer el prospecto de los tratamientos antipiojos, para que funcione correctamente no basta con una aplicación de champú o loción y listo. Es necesario repetir el tratamiento a los 7 días para que sea realmente activo. Esto es debido a que con la primera aplicación mueren los piojos y los huevos, excepto aquellos que fueron puestos justo antes del tratamiento. Estos se eliminarán con la segunda aplicación. Incluso algunos tratamientos insisten en una tercera aplicación.

2- No rematar el tratamiento con la lendrera: según algunas estadísticas, no sería necesario tener que aplicar una segunda dosis de tratamiento si los padres nos empeñáramos en limpiar bien la cabeza de nuestros hijos de cadáveres de piojos y de liendres. Y es que éstas últimas, son más difíciles de eliminar, se necesita constancia, perseverancia y dedicar un tiempo largo cada día durante varios días para acabar con todo. 

3- No pasar habitualmente la lendrera aunque el niño no tenga piojos: la primera vez que mis hijos tuvieron piojos, les llevé a una clínica para ver cómo eliminaban ellas a estos bichos y me orientaran. Me explicaron que uno de los mayores errores que cometemos es no revisar las cabezas semanalmente, a pesar de no existir infestación. Si todos los padres tomáramos un tiempo a la semana para pasar la lendrera, la detección de piojos sería precoz y la infestación mucho menor.

4- Aplicar el champú antipiojos en los niños que no los tienen "por si acaso": no sólo no sirve de nada, aplicar un tratamiento antipiojos a un niño que no los tiene, sino que además estamos aplicando productos químicos a una cabeza que no lo necesita. La efectividad es nula.

5- No limpiar la ropa y la casa: cuando agotados, dejamos la cabeza de nuestros hijos libre de todo piojo pensamos que con ello hemos acabado, sin embargo, sólo hemos comenzado. Limpiar toda la ropa y elementos que hayan podido estar en contacto con el niño es esencial: almohada, albornoz, alfombras, sillones, peines, toallas... Se recomienda lavar toda la ropa a una temperatura de 50-60º, la limpieza de los utensilios para el cabello y pasar la aspiradora por sillones, colchones, moquetas o demás elementos. Y es que, los piojos, aunque ni saltan ni vuelan, corren a una velocidad de vértigo y pueden estar en la cama del niño, haber caído en su ropa o estar dispersos por el suelo si el niño estuvo jugando ahí.

6- Usar un tratamiento inadecuado al que el piojo es resistente: algunos tratamientos tienen el mismo efecto que echar agua al cabello, el piojo seguirá feliz alimentándose y procreando en la cabeza del niño. Si aplicas un tratamiento y acto seguido al pasar la lendrera, ves que los piojos siguen vivos, debes consultar en tu farmacia y adquirir otro que te resulte eficaz. 

7- No avisar en el colegio y quienes hayan tenido contacto con el niño: en muchos casos los padres callan para evitar la exclusión social de su hijo o las mofas de compañeros que, aunque nos parezca inaudito, siguen existiendo y precisamente son muchos padres los que alertan a sus hijos para que o se junten con el que tuvo piojos. Yo prefiero, antes que avisar en el grupo de WhatsApp de madres, alertar a la profesora, para que el colegio reparta circulares que avisen a los padres que hay casos de pediculosis y así evitar la marginación del niño. Callar, solo hará que aquel que cogió piojos porque tu hijo se los transmitió, pueda volver a pasárselos, con lo que volverías a tener que iniciar todo el proceso de erradicación del piojo. Un proceso agotador y angustioso por el asco y la picazón que provoca solo de pensar que tenemos bichos en la cabeza. 

Cómo funcionan los tratamientos antipiojos 

En los últimos años los piojos han desarrollado una increíble resistencia a todos los fármacos habituales que solemos utilizar. He hablado con madres y padres desesperados que habían probado distintas marcas y habían de cambiarla cada cierto tiempo porque acababa siendo ineficaz.

Esta resistencia a los champús y lociones antipiojos son debidas las mutaciones genéticas que sufren los piojos para adaptarse y resistir a los productos químicos.

Los productos antipiojos actúan paralizando al piojo mediante la hiperestimulación de su sistema nervioso. Estos tratamientos suelen están compuestos por: 

- Permetrinas y piretrinas: éstas últimas son las más seguras aunque suelen generar resistencia a los piojos. 

- Líndano: hoy en día está prácticamente obsoleto por su alta toxicidad y su baja efectividad.

- El malation: está considerado como altamente eficaz y seguro en las concentraciones en las que se usan.

 

 

 

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