Cómo te imaginas la pubertad de tus hijos - Inquietudes de una madre

Los pensamientos de una madre ante la inminente preadolescencia de uno de sus niños

Beatriz Martínez, Maestra y Periodista
En este artículo
  1. Así es cómo me imagino yo que será la pubertad de mi hijo
  2. Y así veo la futura preadolescencia y adolescencia de mi hija
  3. Inquietudes de una madre ante la inminente pubertad de sus hijos
  4. Las contestaciones y la rebeldía de los adolescentes

Mi hijo tiene 8 años y mi hija 3. Cuando pienso en cómo será la preadolescencia y la adolescencia de uno y otra, paso por un amplio abanico de emociones: desde la más absoluta tranquilidad de que todo irá bien, hasta el pánico más angustioso ya que me da por imaginarme que mis pequeños se convertirán en unos jóvenes que no atienden a razones. ¿A ti también te pasa? ¿Cómo te imaginas la pubertad de tus hijos? A continuación te cuento algunos de mis pensamientos e inquietudes como madre.

Así es cómo me imagino yo que será la pubertad de mi hijo

La pubertad de tus hijos

Eso de tener hijo e hija que se llevan 5 años da para mucho. Para quererles por encima de todo y para pasar con ellos cuanto más tiempo mejor. Y también para hacer cábalas, suposiciones, conjeturas y apuestas de cómo van a ser cuando lleguen a cierta edad, sí, esa edad no puede ser otra que la adolescencia.

Dicen que según se comporten los niños durante la infancia así será su pubertad, ¡estoy perdida! Mi hijo es (y siempre lo ha sido) travieso, inquieto, rebelde, revoltoso y, para colmo, tiene la palabra NO siempre en la boca. 'Adri, recoge tus cosas', '¡No!', 'Adri, cuando te levantes de la mesa llévate tu plato a la cocina', '¡No!' 'Adri, ¿has hecho ya tus tareas?', '¡No!' '¿Por qué no te lees un libro en lugar de estar ahí sin hacer nada?' '¡No!'

Aunque, para en su defensa tengo que decir que nosotros también usamos ese mismo '¡NO!' para muchas cosas: 'Mamá, ¿puedo ver la televisión?', '¡No!' 'Mamá, ¿Me compras una videoconsola como la que tienen mis amigos?' '¡No!'.

Para mi consuelo, por muy cañero que sea mi hijo, me digo a mí misma que sí, que tantos valores, tanto enseñar con el ejemplo, tanto hacerle ver qué cosas son las que merecen la pena en esta vida, no pueden caer en saco roto, ¿verdad? ¡Al menos eso es lo que mi mente de madre más desea!

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Y así veo la futura preadolescencia y adolescencia de mi hija

Rebeldía preadolescencia de los niños

Mi hija ha pasado de puntillas por la llamada adolescencia de los dos años (los terribles 2 años), apenas ha tenido rabietas y, con ánimo de presumir, es una niña muy empática, siempre piensa y se pone en el lugar de los demás. Y esta es una de las cualidades que más valoro en ella.

Esto no impide que, como su madre, me pregunte sobre cómo será su pubertad: ¿en qué joven se trasformará cuando llegue a la adolescencia? ¿Será responsable y sensata? ¿Tendrá esas fases de las que habla la gente de discutir con su madre cada dos por tres? ¿Se le subirá a la cabeza eso que le dicen siempre cada vez que sale a calle de que es muy guapa?

Y es que, de ahí podríamos sacar otro tema de debate, de la sociedad, ¡ellos tienen también mucho qué decir de la adolescencia de los que hoy son niños! Corrígeme si me equivoco, pero me da la impresión de que llegados a cierta edad los niños se dejan guiar más por sus iguales que por lo que les digamos los padres quienes, por cierto, pasamos a ser unas personas anticuadas que solo ponemos normas y límites.

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Inquietudes de una madre ante la inminente pubertad de sus hijos

Las inquietudes de una madre en la pubertad

La sociedad, el contexto, el colegio y el instituto, las amistades y esas temibles reacciones provocadas por la conocida como edad del pavo que tenga cada uno cuando cumplan los 15 años tiene mucho peso. Pero me niego a pensar que toda su infancia, las bases que hemos puesto desde que nacieron con todo el amor incondicional del mundo vayan a caer en el olvido cuando mis hijos lleguen a la pubertad.

Igual no es para tanto, ¿verdad? Lo mismo tus hijos y los míos son los mejores adolescentes del mundo. Lo que sí me queda claro es que si yo ahora dejo a un lado mi móvil para hablar con mis niños, para pasar tiempo de calidad con ellos, uno y otra harán más o menos lo mismo cuando sean adolescentes, ¡te sacaré de dudas en unos años!

Las contestaciones y la rebeldía de los adolescentes

La relación de una madre con sus hijos en la pubertad

Cómo iba yo a hablar de mi forma de prepararme para la adolescencia de mis hijos sin sacar el tema de las contestaciones. Si ahora, con la edad tan tierna que tienen, me dan (sobre todo mi niño mayor) respuestas, tienen actitudes y comportamientos que igual no deberían, ¡espérate a verlos de mayores en plena pubertad!

Una de cal y otra de arena; al menos yo lo veo así. Que el hecho de que hablen, se expresen, no digan a todo que sí y no hagan caso cuando la sociedad les dice que los niños tienen que ser obedientes, puede ser una especie de mecanismo para hacerse valer. Tal vez solo sea cuestión de enseñarles a que usen palabras respetuosas.

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Mientras que llega la pubertad de mis hijos y responda a todas mis dudas acerca de cómo serán, una servidora se va a disfrutar de sus niños con la mayor de las alegrías, ¡te recomiendo que hagas lo mismo!

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