Anima a tu hijo a experimentar la magia de compartir las emociones

Aprende tú y luego enseña a tus hijos a hablar de sus emociones y sentimientos

Andrés París, Pedagogo
En este artículo
  1. El mágico poder de las emociones
  2. Por qué debemos compartir las emociones
  3. Enseñar a los niños a hablar de cómo se sienten

Dentro del ámbito de las emociones, es curioso como todos los expertos solemos coincidir en algo que no podemos dejar de lado. No se trata del hecho de conocer, reconocer y gestionar nuestras propias emociones; ni siquiera de conocer, reconocer y enseñar a valorar las emociones de los demás. No, no tiene que ver con eso, está relacionado con hablar de lo que sentimos. Y, por supuesto, los padres tenemos la misión de enseñar a los niños a compartir las emociones, una sensación mágica que les enriquecerá.

El mágico poder de las emociones

Por qué debes enseñar a tus hijos a compartir sus emociones

Seguro que has escuchado muchas veces esa máxima de 'compartir es vivir'; y qué mejor que compartir algo tan íntimo y tan bonito como lo son nuestras emociones. Me parece un ejercicio muy bonito y valiente de personas altamente inteligentes desde el punto de vista emocional.

Si buscas consuelo o que alguien cercano te reconforte, cuéntale cómo te sientes, cuéntale que te encuentras triste, a punto de llorar por lo que te haya sucedido... Y verás que espontáneamente le sale darte un abrazo o dedicarte una caricia.

Si, por el contrario, quieres que alguien se aleje de ti, coméntale tu enfado, que no aguantas más tal situación... Verás como no permanece mucho tiempo a tu lado. Del mismo modo, si compartes tus alegrías o tus motivos de felicidad podrás ver que esas personas querrán permanecer cerca de ti.

Haciendo este sencillo ejercicio podrás comprobar la magia que es compartir las emociones.

Por qué debemos compartir las emociones

Pero, ¿de qué sirve realmente compartir nuestras emociones? ¿Cuáles son los beneficios que nos animan a hacer y, sobre todo, a enseñar a nuestros hijos a experimentarlas?

1. Para recibir más empatía
Compartir cómo te sientes harán que la otra persona empatice más rápidamente con nosotros. ¿Eso qué significa? Si compartes tu estado emocional, quien tengas delante te entenderá mejor, lo que le permitirá ponerse en tu piel con más facilidad.

2. Para sentirte mejor
A veces, guardarnos para nosotros mismos las emociones puede hacernos sentir una pesada carga sobre nuestros hombros. Esto, además de molesto, puede resultar muy dañino.

3. Para cambiar lo que vives
Solo cuando compartes tus emociones puedes llegar a modificar la realidad.

4. Para gestionar tus emociones
Los padres y los niños debemos aprender a gestionar las emociones y una herramienta muy útil para ello es compartir los sentimientos.

5. Para conectar con otras personas
Al compartir algo tan íntimo como las emociones, consigues conectar de una manera más especial con tu receptor.

Enseñar a los niños a hablar de cómo se sienten

Herramientas para trabajar las emociones con los niños

Los padres debemos enseñar a los niños que compartir tus emociones puede ser una experiencia mágica y muy satisfactoria. Pero, ¿cómo enseñarles? A continuación te propongo algunas herramientas.

- El ejemplo
Nuestro ejemplo enseña a los niños qué se espera de ellos, para bien y para mal. Si nosotros compartimos nuestros sentimientos de una manera natural, les estaremos enseñando un modelo para que los vayan compartiendo ellos también. Y no hay nada más bonito en una familia que compartir las emociones entre todos los miembros de la misma.

- Los cuentos y la poesía
Desde la fantasía y la imaginación, los niños pueden aprender mucho. Busca cuentos que hablen de emociones mediante sus personajes y sus tramas: de la ira, de la alegría, de la compasión, del miedo... De esta forma los niños interiorizarán que hablar de lo que sentimos es muy positivo.

- Juegos para trabajar las emociones
Son muchos y muy variados los juegos que puedes emplear con tus hijos para que, en primer lugar, sepan identificar sus emociones y, después, aprendan a manejarlas.

Por un lado está, por ejemplo, el juego de las músicas. Consiste en poner al niño distintas melodías y pedirle que identifique cada una con una emoción. ¿Suena a alegría o a enfado? ¿Transmite ira? ¿Habla de una sorpresa? A continuación, pídeles que se muevan de acuerdo a lo que les transmita esa canción.

También podéis pasarlo bien con el juego de las caras. Es tan sencillo como que os pongáis frente al espejo y tratéis de adivinar las muecas que el otro está haciendo. Incluso, podéis probar este juego cuando os estéis lavando los dientes.

- Un diario
En el caso de los niños un poco mayores, escribir un diario con todo lo que le ha pasado en el día le hará reflexionar sobre cómo se ha sentido. Saber que nadie va a leerlo le va a animar a expresar de una manera más libre lo que siente, lo que será el primer paso para que, un día, se atreva a compartir sus emociones.

Y vosotros, ¿cómo trabajáis las emociones en casa? ¿Cuáles son vuestras actividades favoritas para hablar de sentimientos?

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