Niños con hambre constante - Señales, causas y consejos para padres

¿Tu hijo es glotón? Te decimos cómo puedes ayudarle a manejar la ansiedad por la comida

Patro Gabaldón, Periodista
Revisado por Fabiola Hernández Pérez, Periodista y editora
En este artículo
  1. Consecuencias de tener hambre constante - Relación de los niños con la comida
  2. 9 señales comunes de que un niño es glotón o tiene ansiedad por la comida
  3. ¿Qué podemos hacer en casa como padres para ayudar a un hijo glotón?

Mientras que la mayoría de las mamás se preocupan cuando su hijo no quiere comer, un grupo, algo más reducido, es el que componen las mamás a las que les preocupa la glotonería de su hijo. ¿Conocéis algún bebé o niño que siempre está dispuesto a comer, que disfruta y se relame cuando tiene cerca su puré o su comida y que interrumpe cualquier diversión ante la visión de un plato de comida? Te contamos todo sobre los niños con hambre constante - Señales, causas y consejos para padres.

Consecuencias de tener hambre constante - Relación de los niños con la comida

Niños con hambre constante

Con niño glotón no me refiero a aquel que come bien o que es muy goloso (aquel que guarda sus dulces como un tesoro) o al que le gusta nada más que la comida poco saludable y que puede llevarle a la obesidad, sino al niño que le gusta comer, que come de todo, y es tragón por naturaleza, que se atreve con todos los alimentos, que paladea y disfruta todo cuando come.

También es aquel que desde muy pequeño tiene inclinación y debilidad natural por la comida, aquel que nos mira insatisfecho después de haber comido su ración y que tiende a comer más de lo que necesita. Se considera que un niño es glotón cuando muestra un apetito constante y parece no tener sensación de saciedad tras ingerir sus porciones adecuadas para su edad.

Tener un hijo con esta tendencia natural, sin duda, necesita de una supervisión por parte de los padres, al igual que ocurre con el otro extremo, aquel niño que nunca quiere comer y que es una obligación para él hacerlo. Hay que mencionar que los extremos siempre son malos, ya que en un caso puede llevar a la desnutrición y en el otro al sobrepeso o la obesidad.

Cuando un niño es demasiado goloso y glotón, a largo plazo puede presentar consecuencias como sobrepeso, obesidad, problemas digestivos, caries y baja autoestima por su relación con la comida. Además, debido a los atracones constantes comienza la creación de hábitos alimenticios poco saludables que muy probablemente se mantendrán en la adolescencia y adultez.

9 señales comunes de que un niño es glotón o tiene ansiedad por la comida

Señales comunes de ansiedad por la comida en los niños

Las causas del hambre constante en los niños son diversas y van desde periodos de crecimiento en los que el cuerpo demanda más energía hasta la ansiedad emocional. Incluso puede deberse a alteraciones hormonales o metabólicas. Pero para diferenciar entre un buen apetito y una ansiedad desmedida por la comida, hay que ver las 9 señales comunes de un niño glotón:

  1. Come con ansiedad
  2. Repite constantemente que tiene hambre
  3. Se levanta por la noche a buscar comida
  4. Muestra más interés por los alimentos que por el juego
  5. Come con mucha rapidez o pedir porciones extra
  6. Busca comer para calmar emociones (aburrimiento, tristeza, enojo o estrés)
  7. Esconde comida o come a escondidas
  8. Pide alimentos muy calóricos o dulces en vez de opciones nutritivas
  9. Se siente insatisfecho o 'nunca lleno' aunque haya comido una ración adecuada a sus necesidades calóricas

La cantidad de alimento que los niños pueden comer depende de la edad, del ejercicio, de la constitución, necesidad puntual y de las necesidades de cada niño, pero los buenos hábitos alimenticios como la variedad y calidad de los alimentos elegidos, la cantidad adecuada y la educación a la hora de controlar posibles impulsos desordenados por la comida corren de nuestra cuenta.

¿Qué podemos hacer en casa como padres para ayudar a un hijo glotón?

¿Cómo ayudar a un niño glotón?

En los casos en los que el niño tiene un 'buen diente', es fundamental ofrecer alimentos nutritivos que no supongan un aporte excesivo de grasas o azúcares. También podríamos rebajar su ansiedad ofreciéndole un mayor número de comidas, pero menor cantidad de alimentos en ellas, de tal manera que la suma de todas ellas no supere una cantidad excesiva de alimento para el niño.

En casa, los padres podemos establecer horarios fijos de comida para evitar el picoteo constante, enseñar al pequeño a comer más despacio y a disfrutar de sus alimentos, ofrecer meriendas saludables, dando prioridad a frutas, frutos secos o yogur natural, limitar el consumo de ultraprocesados e involucrar al niño en la preparación de las comidas para fomentar hábitos conscientes.

Pero, ¿cuándo consultar al pediatra? ¿Cómo podemos evitar que la ansiedad por comer se convierta en obesidad? Primero hay que consultar al pediatra si el hambre del niño parece incontrolable, cuando pida más comida incluso después de porciones abundantes, también si hay un aumento de peso acelerado o si aparecen señales de ansiedad que siempre están ligadas a la comida.

Cuando el exceso de comida provoca sobrepeso u obesidad hay que actuar de inmediato. La obesidad afecta su salud física y lo pone en riesgo de diabetes, hipertensión o problemas articulares, además, afecta su salud emocional y social. Ir con el pediatra, además de un nutricionista o psicólogo infantil, ayudará a controlar la situación y a prevenir en tu hijo complicaciones a futuro.

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