La técnica del rinoceronte naranja para evitar gritar a nuestros hijos

Fantástico método para ayudar a los padres a evitar los gritos y las amenazas en la educación de los niños

Estefanía Esteban, Periodista
En este artículo
  1. 7 claves para NO gritar a los niños - Técnica del rinoceronte naranja

A veces es inevitable. Los nervios nos pueden y terminamos gritando (demasiado) a nuestros hijos. Luego nos arrepentimos, pero claro, ya es demasiado tarde. Los gritos planean por el hogar en forma de pequeñas espinas que se clavan en su corazón y en el nuestro.

Lo sabemos, gritar a veces nos libera de tensiones, pero no sirven para educar ni disciplinar a los niños. Nos desahogamos pero no conseguimos nada constructivo con ellos. Pero es difícil evitarlos cuando nos ponen a prueba tantas veces... Sin embargo, existe un método fantástico para calmar nuestros nervios. Te explicamos en qué consiste la técnica del rinoceronte naranja para evitar gritar a nuestros hijos.

7 claves para NO gritar a los niños - Técnica del rinoceronte naranja

El método del rinoceronte naranja para evitar los gritos

La creadora de esta técnica del rinoceronte naranja es, como no podía ser de otra forma, una mamá. En concreto, se trata de una mamá estadounidense que prefiere mantenerse en el anonimato (para proteger la privacidad de sus hijos). Lo que sí sabemos es que tiene cuatro hijos (de 2, 3, 5 y 6 años), y que, harta de gritar a sus hijos, decidió buscar una solución. Y la encontró.

Creó un blog para compartir su experiencia con el resto de madres y padres: 'The Orange Rhino Challenge'. Su reto era sencillo: dejar de gritar a sus hijos durante 365 días (¡todo un año!). Actualmente lleva más de 500 días sin gritarles... ¿Cómo lo consiguió? Aquí tienes los consejos del 'rinoceronte naranja' para conseguir el reto de no gritar a los hijos:

1. Alejarse del problema unos segundos
Cuando estén en plena pelea con los hijos y tengas muchas ganas de gritarles, debes apartarte unos segundos, salir de la habitación. Mientras te alejas, sacudes el cuerpo (este gesto físico también ayuda a 'sacudir' las emociones de rabia e ira).

2. Cerrar los ojos para evadirse
Otra de las propuestas de esta mamá es cerrar fuertemente los ojos y pensar en un lugar en donde podamos encontrar la paz: una playa, un jardín, una montaña... El objetivo con esto es evadirse de la pelea y los gritos y relajarse durante ese momento de emociones crispadas.

3. Ponerse los cascos y escuchar una canción
Tener a mano los auriculares o unos cascos puede ser otra de las soluciones. En ese momento, cambia el grito por una canción. Esto ayudará a tranquilizarte.

4. Auto convencerse de que son niños
Parece obvio, pero en el momento de crispación absoluta con los hijos, a menudo nos ponemos a su nivel y olvidamos que son niños. Si nos repetimos muchas veces 'son niños, son niños, son niños...', recordaremos que debemos actuar como adultos, de forma menos visceral.

5. Hablar con voz de robot
Vale, puede que tengamos ganas de gritar. ¿Y si lo que hacemos es desconcertar por completo a los niños haciéndoles reír antes de explicarles qué están haciendo mal? Con esto, conseguiremos llamar poderosamente su atención, relajar el ambiente y prepararlo para poder explicarles qué deben cambiar de su comportamiento.

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6. Correr por la casa
Si lo que necesitas es liberar tensión, nada mejor que una carrera, unos saltos o incluso un baile. El deporte libera endorfinas que contra restarán el 'enfado'.

7. Llevar algo naranja siempre con nosotros para recordarnos el reto
Y por algo se llama método del rinoceronte naranja. El naranja, color vital, enérgico y cálido al mismo tiempo, nos ayudará a recordar que tenemos que respetar el reto y no gritar a los niños. ¿Por qué un rinoceronte? ¿Por esa piel gruesa y dura que les protege como una coraza?

Según la autora de este método es porque 'Los rinocerontes son animales tenaces y vigorosos que son naturalmente pacíficos, pero muestran un comportamiento agresivo cuando son provocados'.

La autora de este método del rinoceronte naranja ofrece muchas otras alternativas. Algunas divertidas, como hablar en un idioma extraño para hacer reír a los niños, hacer burbujas de jabón con un pompero o aplaudir hasta que los niños dejen de comportarse de forma no deseada... o alternativas más serias, como contar hasta 100, respirar hondo e intentar controlar la respiración o intentar cambiar el grito por un susurro (esto es bastante complicado).

Lo que conseguirás con todos estos consejos es canalizar de mejor manera la ira y cambiar la respuesta hacia los hijos en un momento de tensión. La autora de este método asegura que su vida ha cambiado por completo, ha conseguido mejorar la relación con sus hijos y consigo misma sin renunciar a las normas y límites tan indispensables en la educación de los niños.

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