4 pruebas auditivas para detectar hipoacusia según la edad del niño

Cuando los bebés son pequeños es difícil determinar si escuchan bien o no, por eso ante cualquier signo de alarma (como que el niño no gire la cabeza cuando le llamas, no balbucee, no se altere ante ningún ruido fuerte y responda solo a estímulos auditivos), lo mejor es llevarle al pediatra para que evalúe si necesita hacerle algún examen. En tal caso y, en función de la edad del niño, estas son las pruebas auditivas que se le realizarían para detectar hipoacusia. 

Qué buscan la pruebas de medición y cuándo deben realizarse

Las pruebas auditivas no son más que métodos que aplicamos médicos, técnicos y terapeutas con entrenamiento para medir audición y generalmente se solicitan para hacer diagnóstico de hipoacusia. Según la Organización Mundial de la Salud se define hipoacusia como la pérdida de la capacidad de oír, bien sea total o parcial.

Estas mediciones se pueden hacer desde el nacimiento y esto aplica tanto en niños a término como en prematuros, ya que embriológicamente las estructuras del oído inician su formación base entre la tercera y quinta semana de gestación hasta las 20 semanas, donde posteriormente viene un proceso de maduración en las estructuras cerebrales por el proceso de mielinización.

La mielinización es un proceso importante que consiste en recubrir los axones (parte de las células nerviosas o neuronas) de una sustancia blanca que los protege y ayuda en la transmisión de la información.

Para entender la medición, debemos conocer que la audición contempla una vía que pasa por varias estructuras dentro de nuestro cuerpo, que incluyen (descritas de forma sencilla): oído interno, médula espinal (que está en la columna vertebral), estructuras de conexión entre la médula y el cerebro, otras que están en la base del cerebro y las que están en el cerebro en sí.

Tipo de pruebas auditivas según la edad del niño 

Dicho esto, debemos cotejar, entre las pruebas existentes, cuáles son las que se adaptan a los diversos grupos etarios y para ello iremos describiendo las más frecuentemente usadas por los especialistas y el alcance de cada una.

- Emisiones Otoacústicas (OAE por sus siglas en inglés)
Es una prueba que mide la respuesta del oído interno al sonido. Es una de las pruebas más usadas en recién nacidos y lactantes menores porque es poco invasiva, se puede hacer con el bebé o el niño despierto, incluso es tomada en varios países como prueba obligatoria de pesquisa para la pérdida auditiva, practicándola incluso a las pocas horas de vida.

No obstante, como se describió anteriormente, es una prueba que solo mide una parte de la vía auditiva, por lo que, si sale negativa o NO PASS (como mayoritariamente se reporta), se debe pasar a realizar pruebas más especializadas. Brinda medición cuantitativa y cualitativa y aunque se practica en recién nacidos y lactantes menores, puede usarse en niños más grandes, ya que las emisiones del oído interno pueden percibirse incluso en adolescentes.

- Los potenciales evocados auditivos
Es una prueba que recopila los cambios en las ondas auditivas cerebrales frente a un estímulo sonoro y estiman el grado de actividad eléctrica cerebral, por lo que, a diferencia de la anterior, si evalúa todos los elementos (hasta ahora descubiertos) de la vía auditiva.

No obstante, esta prueba generalmente se indica en lactantes mayores a 6 meses y algunos documentan que incluso a partir del año de edad, ya que depende (en parte) del proceso de mielinización. Otra limitante que posee es que debe realizarse mayoritariamente bajo sedación, ya que el niño debe permanecer tranquilo, dando un margen amplio de objetividad en su resultado. Si el bebé fue prematuro, debe hacerse tomando en cuenta la edad corregida, no la cronológica. Brinda medición cuantitativa.

- La audiometría
Es una prueba subjetiva (comportamental) que sirve para evaluar la audición actual del paciente, pasando estímulos sonoros tonales (tono) o vocales (voz). Esta es una prueba para niños más grandes, porque se necesita de su activa participación para llevarla a cabo y confiar en su resultado.

Hay evaluadores que pueden practicarla en niños de aproximadamente 3 años (previo entrenamiento), aunque otros prefieren que sean mayores de 5 años, ya que deben permanecer un tiempo prudencial en una cabina prestando atención a varias instrucciones. No se requiere sedación, se hace con el niño despierto. Brinda medición cuantitativa.

- La acumetría
También conocida como prueba audiológica con diapasones o prueba de Weber, es aquella donde se colocan unos instrumentos llamados diapasones que dependiendo de su tamaño emiten un sonido con frecuencia agudas o graves a lo que se le pregunta al paciente si escucha o no. También se practica en niños grandes (mayores de 3 años aproximadamente) porque dependemos de su comprensión y atención para ejecutarla.

Como verán, existen varias alternativas, el punto es que su médico debe brindarle aquella que se adapte más a la edad de su bebé y sus requerimientos.

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