Niños con presión arterial baja

Hipotensión o tensión baja en los niños

Patricia Fernández, Periodista
En este artículo
  1. Cuando el niño tiene la presión arterial baja

Así como la presión arterial baja en adultos puede ser un signo de una vida más saludable, si ocurre en la infancia, conviene vigilar al niño, ya que no es algo común.

Si su hijo sufre mareos, visión borrosa y confusión, se siente amodorrado a menudo, somnoliento, débil, tiene náuseas, se desmaya, no puede respirar, fiebre alta, dolor en el pecho, latidos irregulares, falta de aliento o suele tener sudores fríos, debe acudir al pediatra para un chequeo general, ya que el niño puede tener una presión arterial demasiado baja.

Cuando el niño tiene la presión arterial baja

Niños con presión arterial baja o hipotensión 

La disminución de la presión arterial significa que al cuerpo no le llega suficiente sangre para oxigenarse, lo que puede dañar órganos vitales como el corazón, o el cerebro, así que es importante diagnosticar su principal causa.

En general, una leve bajada de presión en un momento puntual, puede tratarse en casa sin mayor problema. Lo adecuado es dar de beber agua al niño, aunque no tenga sed, y que coma algo de sal, que podrían ser unas patatas fritas, o galletas saladas, para hacer ascender rápidamente la presión de la sangre. Pero si estos síntomas persisten o son muy acusados, debe visitarse al pediatra.

La presión baja en niños puede deberse a diversas causas y debe ser el pediatra quien determine su tratamiento en función de esta.

1- La deshidratación es la causa más habitual. Esta puede haber estado producida por un episodio de diarreas o gastroenteritis con vómitos, pero también por fiebre alta o sudoración excesiva. Bastará con beber abundante agua para recuperar los niveles normales de presión arterial.

2- Los medicamentos son otras de las posibles causas, especialmente los que son vasodilatadores, ya que al aumentar el canal de paso de la sangre la presión desciende; así como los medicamentos bloqueadores de los canales del calcio. En estos casos debe ser el pediatra que recetó los fármacos el que regule su toma o los sustituya por otros.

3- La anemia, está definida como una baja concentración de glóbulos rojos y suele estar producida por una deficiencia de hierro en la sangre. Si el niño se siente mareado, independientemente de si está de pie o sentado, puede ser un indicador de que padece anemia, lo que debe ser tratado por el pediatra.

4- Insuficiencia suprarrenal. La glándula suprarrenal es responsable de la liberación de hormonas vitales para el buen funcionamiento del cuerpo. Pero esta glándula se puede ver alterada por la insuficiencia de sal, en forma de sodio, en sangre, cuyos síntomas se traducen en una baja de presión arterial.

5- Por un shock, provocado por una serie de cambios en el cuerpo que conlleven una disminución de la circulación de la sangre por los diferentes órganos del cuerpo. Los motivos  pueden ser varios: una infección bacteriana, deshidratación..., cuando la presión arterial baja por este motivo comienza caer muy rápidamente y pueden producirse daños irreversibles en el cuerpo. En estos casos hay que acudir rápidamente al hospital, ya que puede ser necesaria una transfusión de sangre.

En general no hay que alarmarse porque el niño pueda parecer un mareo, suele solucionarse con un vaso de agua y algo de comida, pero si esto se repite en más ocasiones no hay que dejar de visitar al pediatra para su diagnóstico.

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