Actividades físicas para niños que no quieren hacer deporte

Cuando los niños no quieren hacer ejercicio físico

Borja Quicios, Psicólogo educativo
En este artículo
  1. Qué hacer si el niño no quiere hacer ejercicio físico

Practicar un deporte tiene muchas ventajas como por ejemplo: mejorar la autoestima, la coordinación, la salud física, etc. Además, cuando los deportes son de equipo les ayuda a aprender a trabajar en grupo con adultos e iguales.

Es, por tanto, muy importante que los padres inculquen la práctica de actividades deportivas a los niños, sobre todo las que más les gustan a los pequeños. Pero en ocasiones es complicado conseguir que los hijos se animen a practicar deporte por diversas razones. Por ejemplo, a veces no se acierta a la primera en la elección del deporte a practicar, y otras veces aún no es el momento indicado para empezar a practicarlo.

Qué hacer si el niño no quiere hacer ejercicio físico

Cuando el niño no quiere hacer deporte

Aunque sea difícil, los padres deben tratar de encontrar una manera de que su hijo se mantenga activo con alguna actividad que sea de su agrado. Los padres han de ser abiertos a las propuestas de su hijo ya que quizá quiera probar con deportes que no se ofertan de manera normal. Han de estar atentos a las razones por las que el niño no quiere hacer deporte e insistir para poder inculcarles esta práctica.

- No se acierta a la primera. Algunos niños no encuentran el deporte ideal para ellos hasta varios intentos. Es posible que el niño pruebe un deporte, y por diferentes razones, no le guste y no quiera seguir practicándolo. Es importante que los padres acepten lo que el pequeño decida, ya que si presionan en la elección puede ser negativo. Los adultos deben apoyarle en su decisión, ya que si se hace lo contrario se puede generar un rechazo al deporte. Si no le gustó ese deporte en concreto, existen muchos más que puede probar. Con el tiempo encontrará la actividad que le guste.

- ¿Es el momento indicado? Otro problema que se suele dar es que el niño no se haya sentido interesado por el deporte por diferentes razones como por ejemplo, que aún no tenga las habilidades necesarias para comprender las normas que guíen un deporte específico. Ante esta razón lo padres no deben obligar ni forzar la participación de sus hijos en actividades tan específicas, pero sí animar. Por tanto, los adultos pueden plantearse otras opciones que no sean deportes hasta que el niño esté preparado. La opción es utilizar juegos que tengan al niño en movimiento y así animarles a que no lleven una vida sedentaria. Juegos como el pilla-pilla, el escondite o el hecho de ir al parque a practicar juego libre les ayuda a moverse y sirven como antesala a un deporte más específico.

- Cómo es el niño. Cada niño madura a diferente ritmo por lo que su altura, peso y habilidades son diferentes en comparación de los unos y los otros. Ser más alto o bajo, ser más coordinado o no serlo son las variables que hacen que el niño pueda sentirse incómodo practicando cierto deporte.

Además, es posible que los niños debido a la sobreprotección que reciben en casa tengan miedo a hacerse daño o niños perfeccionistas que actúen con miedo de no poder mantener el ritmo adecuado. Los padres han de pararse a pensar cuales son las fortalezas, habilidades y personalidad del niño para ayudarle a encontrar la actividad adecuada.

Al niño le vendrá mejor el deporte individual o grupal dependiendo de estas capacidades que tenga. El objetivo será que el niño no se frustre, no quiera seguir jugando y no se aleje del deporte.

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