¿Qué nos dicen las ojeras de los niños sobre su salud?

Todos en alguna ocasión hemos presentado esas antiestéticas manchas azuladas debajo de los ojos. La causa más probable es que hayas pasado una mala noche, que estés estresada o demasiado cansada, o lo que es lo mismo, que hayas tenido hijos. Pero en ocasiones son los niños los que presentan ojeras, entonces es cuando empezamos a hacernos decenas de preguntas: ¿estará el niño cansado o enfermo?, ¿habrá dormido mal?... y en ese momento empezamos a preocuparnos. Te contamos ¿qué nos dicen las ojeras de los niños sobre su salud?

4 causas comunes de las ojeras en los niños

Aunque no es habitual las ojeras en niños, lo cierto es que hay varias causas que pueden propiciarlas tan temprano, y no siempre significa que estén enfermos.

1. Falta de sueño o cansancio. La primera causa, al igual que los adultos, es la falta de sueño o el cansancio. Fíjate si ha habido algún hecho durante la semana que haya propiciado que el niño esté más cansado de lo habitual. Normalmente, si esta es la causa, en un par de días de descanso las ojeras habrán desaparecido por completo.
2. Causas genéticas. En ocasiones esas ojeras, hagamos lo que hagamos siguen presentes, entonces habrá que tener en cuenta el factor genético y fijarse si alguno de los familiares tienen esos mismos rasgos.
3. Mala circulación. En algunos casos aparecen debido a una mala circulación de las venas que se encuentran bajo los ojos y que comunican con las venas nasales. Esto es debido a una falta de ventilación en la zona, es decir, una congestión nasal, que puede ser provocada por cuadros alérgicos, un resfriado, rinitis o asma.
4. Alergias. La clásica máscara oscura bajos los ojos suele ser signo de dermatitis atópica o alguna situación de alergia en particular. Es básico que lleves a tu hijo al pediatra, él le mandará a hacer las pruebas de alergia pertinentes para descartar o confirmar esta situación.

Al abordar estos factores junto con las recomendaciones médicas apropiadas, se puede garantizar que las ojeras sean solo una preocupación pasajera y no el signo de un problema de salud mayor.

Qué hacer para tratar las ojeras en los niños

En realidad no existe un tratamiento para las ojeras, aunque existen numerosos remedios caseros. Los hay de todo tipo: poner rodajas de pepino o de patata frías en los ojos, o directamente cubitos de hielo, lavar los ojos con manzanilla… pero lo cierto es que no es recomendable someter a los niños a este suplicio innecesariamente, ya que basta con erradicar el problema que causó las ojeras en los niños para que desaparezcan por sí solas.

Si la causa es el cansancio, se remedia en unos días durmiendo bien; si la causa es la genética, de poco le va a servir ponerle frío en los ojos; y, en el caso de que la causa sea la falta de ventilación nasal, lo mejor es acudir al médico para que les recete algo para la alergia o simplemente lavar abundantemente la nariz para que esté lo más despejada posible.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que algunos de estos remedios pueden provocar alergias, especialmente los que usan cremas y productos químicos, y realmente solo se trata de una cuestión estética, ya que no solucionarían el problema. Por eso es primordial que el médico sea el que determine el origen de las ojeras para ver qué solución se encuentra.

¿Deben preocuparte las ojeras de tu hijo?

Además de los factores mencionados, es importante considerar que las ojeras en los niños también pueden ser indicativo de deficiencias nutricionales. Una dieta pobre en ciertos nutrientes, como hierro, vitamina K y vitamina B12, puede contribuir al desarrollo de ojeras. Estas vitaminas y minerales son esenciales para mantener la salud de la piel y la correcta circulación sanguínea, por lo que su deficiencia puede hacer que la piel bajo los ojos aparezca más delgada y más oscura.

También es posible que las ojeras sean un signo de deshidratación. Los niños a menudo no beben suficiente agua durante el día, lo que puede afectar la apariencia de su piel. Asegúrate de que el niño consuma una cantidad adecuada de líquidos, ya que esto podría ayudar a reducir las ojeras. Siempre mándale una botella de agua a la escuela y en casa vigila que la consuma.

Es esencial observar otros síntomas que podrían acompañar las ojeras para entender mejor la causa subyacente. Si las ojeras van acompañadas de síntomas como fatiga extrema, palidez o dificultad para respirar, es muy importante consultar a su médico para descartar condiciones más serias como anemia o problemas respiratorios crónicos.

Finalmente, mantener un horario regular de sueño, asegurando que el niño tenga suficiente descanso nocturno en un ambiente tranquilo y oscuro, es fundamental para evitar la aparición de ojeras. Además, el uso de humidificadores en el cuarto puede ayudar a mantener la humedad adecuada en el aire, especialmente en meses de invierno o en ambientes secos, lo que puede mejorar la congestión nasal y, por ende, reducir las ojeras.

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