7 formas de acabar con las palabrotas de los niños

Que los niños no digan insultos o groserías

Estefanía Esteban, Periodista
En este artículo
  1. 7 claves para terminar con las palabrotas infantiles

Un día, sin saber muy bien por qué, escuchas a tu hijo decir una de esas palabrotas... que nunca oyó decirte a ti. Pero... ¿cómo es posible? Muy fácil: el colegio, la televisión, los videojuegos... Los niños aprenden rápido palabras nuevas. Y más aún de esas supuestamente 'vetadas'. 

Pero que no cunda el pánico. ¿Qué hacer en ese momento? ¿Regañarle? ¿Castigarle? Aquí tienes una guía práctica para actuar en caso de que las palabrotas se conviertan en palabras habituales en el lenguaje de tu hijo. 

7 claves para terminar con las palabrotas infantiles

Cómo frenar las palabrotas de los niños

Ten en cuenta que las palabrotas no son más que palabras. En un primer momento, y dicha por niños muy pequeños, a veces sin el significado que los adultos le damos. Muchas veces las dicen porque las aprendieron y las repiten por imitación, pero no saben muy bien qué significan. Esto es lo que los psicólogos dicen que puedes hacer si este vocabulario se convierte en persistente en el caso de tu hijo: 

1. No prohibir. En cualquier caso, nada atrae más que 'lo prohibido'. Es mejor darle libertad para hablar pero explicándole que no es correcto y el motivo. Nunca prohibir decir esas palabras, porque si no, lo que conseguirás es justo el efecto contrario... que las repita sin parar.

2. No reírse. Si te ríes cada vez que tu hijo suelta una grosería o una palabra malsonante, lo que estás haciendo es reforzar ese comportamiento. Tu hijo, por muy pequeño que sea, pensará 'vaya, si resulta que les gusta...seguiré haciéndolo'. Luego, cuando intentes pararlo, tu hijo no entenderá por qué antes te reías y ahora le regañas

3. Vigilar los gestos cuando escuchas la palabrota. No sólo consiste en no reírse... las facciones de la cara dicen mucho. Si arrugas la nariz o abres mucho los ojos cuando escuchas la palabrota, tu hijo entenderá que no estás de acuerdo, que te molesta... y la seguirá diciendo.

4. Ignorarlo. No hay mejor 'vacuna' ante una palabra mal sonante que la ignorancia. Si cada vez que tu hijo dice una palabrota para llamar la atención, le ignoras y haces como que no has oído nada, al final terminará por entender que esas palabras no sirven para nada. Los psicólogos piensan que en los niños de 2 años, las palabrotas son 'armas de poder'. Muchos las usan porque saben que molestan a los adultos, y es una forma de expresar su rabia o desacuerdo con algo.

5. Busca palabras alternativas. Si el niño utiliza las palabrotas para expresar su rabia, lo mejor será ofrecerle más vocabulario para que pueda hacer lo mismo pero con otras palabras. El objetivo es que puedan canalizar su enfado o frustración. 

6. Vigilar qué ven en la televisión y tablet. Muchas veces, el vocabulario grosero no lo aprenden en casa, sino en series que ven en la televisión o videojuegos. Vigila lo que ve tu hijo y explícale por qué ciertas series son para niños más mayores...

7. Vigila tu vocabulario. A veces se nos escapan palabrotas sin que nos demos cuenta. Conduciendo, ante un partido de fútbol... Muchas veces no somos conscientes de que las decimos. Vigila tu vocabulario en momentos de estrés. 

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