Cómo detectar bullying mediante la comunicación no verbal en los niños

Claves para detectar acoso escolar cuando el niño no quiere contar nada

Estefanía Esteban, Periodista
En este artículo
  1. Señales de bullying mediante la comunicación no verbal en los niños
  2. Señales de bullying en el caso del niño acosador

Si un niño insulta, humilla y persigue constantemente a otro de manera reiterada en el tiempo, y éste llora o se queja, sabemos que se está produciendo un caso de bullying o acoso escolar. Pero, ¿qué pasa cuando las señales son más sutiles? ¿Cuando tanto acosador como acosado muestran una aparentemente normalidad ante el resto de la clase? Pasa que el bullying, silencioso y terriblemente astuto, se instala en los protagonistas sin que nadie sea capaz de percibir nada. 

Sin embargo, existe otra comunicación mucho más veraz, pero a la vez escurridiza: la comunicación no verbal. Si observamos con más atención, seremos capaces de percibir cosas que escapan a nuestros sentidos. Te explicamos cómo detectar bullying mediante la comunicación no verbal en los niños.

Señales de bullying mediante la comunicación no verbal en los niños

Cómo detectar bullying mediante la comunicación no verbal en los niños

Es fácil detectar un caso de bullying cuando hablamos de peleas constantes, de gritos y arañazos, de amenazas a base de insultos... Pero, ¿y si no hay gritos, ni puñetazos, ni palabras feas que podamos ver o escuchar? ¿Qué ocurre cuando el bullying es silencioso y envenena poco a poco a la víctima? ¿Y si la víctima no es capaz de decir nada? ¿Y si está totalmente bloqueado? Lo dice, sí, pero no con palabras. Con gestos. 

Te explicamos qué señales activan el botón de alerta ante un caso de bullying. Aprende a interpretar todas estas señales para detectar el bullying a tiempo: 

1. Habla menos. Si tu hijo de pronto decide no contar absolutamente nada, si deja de contarte cómo le fue en el colegio, o qué pasó en clase, es que hay algo que intenta ocultar. Algo que no quiere que sepas. O algo que teme contar.

2. Se ha vuelto más introvertido. Ahora le cuesta más comunicarse con los demás y expresar sus emociones. Esto es una consecuencia de la pérdida de autoestima y confianza en sí mismo que genera un caso de bullying.

3. Deja de salir con los amigos. Prefiere quedarse en casa. Ahora le cuesta más abrirse al mundo exterior. Siente que en casa está protegido.

4. Está más sensible. Llora más o se enfada con más facilidad. E incluso, puedes detectar una ligera apatía o depresión. Ya no sonríe como antes, no le hacen gracias los mismos chistes. Le cuesta más pensar en positivo...

5. Come menos. La pérdida de apetito es una respuesta física ante determinados estados de ánimo relacionados con la angustia, la tristeza... Una de las señales físicas de acoso escolar (evidentemente, junto con arañazos o algún golpe que haya recibido) es la pérdida de peso.

6. Le notas desilusionado. De pronto tu hijo, al que le encantaba jugar al fútbol los fines de semana e ir al cine de vez en cuando, parece que ya no tiene los mismos intereses. Todo parece darle igual. Y simplemente 'se deja llevar'.

7. Saca peores notas. El acoso suele hacer mella en la víctima, consiguiendo que su terrible angustia haga que descuide más los estudios. 

8. No cuida su aspecto físico. Tal vez porque intente pasar desapercibido, ya no dedica el tiempo que antes dedicaba a arreglarse cada día. E incluso, puede llegar a descuidar la higiene.

9. Ataques de ansiedad. El bullying genera en el niño una terrible ansiedad que se puede manifestar a través de pequeños detalles o explotar en un ataque de ansiedad (dificultad para respirar, aceleración del corazón..). Sin embargo, la ansiedad también puede aparecer de forma menos visible. Por ejemplo, tu hijo puede presentar más problemas para dormir, puede tener más pesadillas, mareos, dolor de cabeza...

10. Más agresividad. No todas las víctimas de bullying se encierran al llegar a casa en una burbuja. Algunos niños se vuelven más violentos en casa, en un intento desesperado de llamar la atención de un problema que no son capaces de explicar mediante la palabra.

Para ser conscientes de todas estas señales, no queda otra que observar, comprender y atender. O dicho de otra manera: sacar todo el jugo posible al maravilloso don de la empatía en la comunicación e intentar vestirnos con su piel. Pero antes, para conseguir 'ver' esos cambios repentinos en el niño, es indispensable conocerle. Si no sabes cómo es tu hijo en realidad, no serás capaz de ver los cambios en él.

Señales de bullying en el caso del niño acosador

Entre los acosadores, a veces también aparecen señales por medio de la comunicación no verbal. Es importante detectar todas estas señales a tiempo. El bullying es como ese virus que se va 'incubando', hasta que de pronto aparece, sin más, de forma explosiva y devastadora. Si conseguimos detener el 'virus' a tiempo, el daño será menor. 

Un niño acosador puede parecer más o menos 'normal' ante sus profesores, pero sí se observan detalles como estos:

- La mirada. No siempre se insulta con la palabra. Algunos acosadores saben utilizar muy bien una mirada agresiva, desafiante y prepotente que intimida al niño acosado. 

- Aislamiento. Algunos acosadores buscan el aislamiento del niño acosado. Son auténticos estrategas. Buscan la complicidad del resto de niños para que se pongan de su parte y dejen solo al niño acosado.

- Teléfono y redes sociales. Cuando el acoso llega por medio de las nuevas tecnologías, los profesores tienen más problemas para detectarlo. 

- Aprobación de las conductas de acoso de otros. El simple hecho de ponerse del lado de los que acosan, convierten a un niño en cómplice, en un acosador más.

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