Los beneficios de que los niños tengan firma desde que son pequeños

La firma de los niños te puede dar algunas claves sobre su desarrollo según su edad

Gabriela Matienzo, Psicóloga infantil
En este artículo
  1. La importancia de la firma para los niños
  2. Por qué es bueno que los niños tengan firma

La firma representa nuestro sello personal, es la marca que usamos para identificarnos, para dejar evidencia de que algo ha sido hecho por nosotros y para dar validez a algo con lo que estamos de acuerdo.

Los niños empiezan a tener noción de ella desde muy pequeños, cuando garabatean algo representando su nombre. Cuando que se encuentran en el proceso de adquisición de la escritura, empiezan gradualmente a hacer intentos más complejos, por lo que en este momento la firma de los niños sufre continuos cambios. Esta solo se consolida cuando llegan a la mayoría de edad y deben estamparla por primera vez en un documento oficial. Sin embargo, son evidentes los beneficios de que los niños tengan firma desde que son pequeños. 

La importancia de la firma para los niños

La importancia de que los niños tengan firma desde que son pequeños

Citando lo dicho por Beatrice Fraenkel, autora de diversos textos sobre escritura, en referencia al acto de firmar de los niños:

“Por un lado aprende a trazar correctamente las letras de acuerdo con ciertas normas y, por el otro, a liberarse de estas normas para firmar. Al hacer esto tiene una nueva experiencia de su nombre y se lo apropia" (Fraenkel, 2001:226).

En una investigación llevada a cabo en México por Fernando Bernal Acevedo en 2014, (“De puño y letra: La producción de la firma en niños y adolescentes entre 7 y 15 años de edad”), se llegó a las siguientes conclusiones:

1. Todos los participantes (niños de 7 a 15 años) accedieron a escribir su nombre y a registrar, en el espacio correspondiente, una marca diferente al nombre que ellos consideraron como su firma.

2. El 70% de los niños realizaron su firma directamente en el documento sin un ensayo previo.

3. Además, durante la entrevista, todos, incluso los más pequeños, afirmaron con seguridad haber realizado su firma en alguna ocasión anterior.

4. En todos los niños y jóvenes que firmaron directamente sin ensayos previos, encontraron la idea firme de que es necesario que la firma sea similar siempre (estabilidad del trazo). Obviamente los resultados de similitud no siempre fueron posibles debido a que muchos de ellos aún se encontraban en etapas de prueba de su firma, sin embargo, la intención de hacerlo siempre estuvo presente.

5. También quedó claro que todos los niños y jóvenes que participaron en el estudio tuvieron la necesidad de realizar una firma con rasgos propios y características singulares que la hicieran distinta a la escritura regular del nombre propio (utilización de una tipografía diferente, trazos ondulados, líneas que atraviesan otros caracteres, etc.), pero a la vez conservaron algún elemento que permitiera tener una relación clara con su nombre. Se observó de manera frecuente, las iniciales del nombre de pila o de los apellidos, incorporados a la firma a manera de abreviaturas y siglas, principalmente.

Por qué es bueno que los niños tengan firma

Podemos entonces concluir que el proceso de “firmar” y hacer de nuestra firma un sello distintivo sobre los demás, se va construyendo gradualmente en el ser humano desde edades muy tempranas de una manera natural y que, a medida que maduramos va siendo cada vez un mayor reflejo de nuestra individualidad y como lo sostiene la grafología, de nuestra personalidad.

En el caso de los niños menores de 12 años, puede resultar complicado hacer interpretaciones sobre su escritura y su firma, ya que aún están en un proceso de maduración. Sin embargo, desde que un niño inicia su adquisición de la escritura, ya es posible observarla como un indicador importante de adaptación a su entorno y del desarrollo de sus habilidades viso-motoras. Su evolución nos permite comparar su desarrollo en relación a los niños de su edad y detectar si algo está fuera de lo esperado para tomar las acciones que sean necesarias.

Ahora que sabemos que los niños tienen mucha más información sobre el concepto de lo que una firma significa, es importante incentivarlos a “firmar”, a escribir su nombre o su inicial o simplemente un garabato personal (según su edad) sobre todos aquellos trabajos que realicen como parte de un ejercicio de reconocimiento de su propio esfuerzo y de desarrollo de su individualidad. El mero hecho de firmar algo hecho por ellos, les da seguridad y puede incentivarlos a dar un mayor esfuerzo y sentirse orgullosos de sí mismos.

También podemos pedirles que firmen un trato o una promesa que hayan hecho como símbolo de formalidad y para hacerles saber que su palabra y su firma como reflejo de ella es importante. Su firma los representa, de forma que, es una buena idea que como padres podamos tener evidencia de la forma en que van haciendo suya esta expresión escrita de su identidad.

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