Cómo enseñar a los niños que nadie puede tocar su cuerpo

Pautas para enseñar a los niños la privacidad de su cuerpo y el sentido de la intimidad

Julia Silva García, Psicóloga y Sexóloga
En este artículo
  1. Estrategias para enseñar a los niños que nadie puede tocar su cuerpo

Educar en el valor hacia los cuerpos facilita que los niños y niñas desarrollen una sana autoestima, autonomía, autoconfianza y se relacionen con los demás desde el respeto a su cuerpo y al de los otros. Además, el hecho de que aprendan a reflexionar sobre el cuerpo propio y de los demás, les ayuda a convertirse en personas sanas y responsables.

Estrategias para enseñar a los niños que nadie puede tocar su cuerpo

enseñar al niño que nadie puede tocar su cuerpo

Te ofrecemos algunos principios para enseñar a los niños sobre la privacidad de su cuerpo y ayudarles a desarrollar un sentido de intimidad y respeto por sí mismo.

  • Habla con él/ella de manera abierta y directa sobre las diferentes partes del cuerpo, sus funciones, sus formas. Utiliza los nombres correctos de cada parte. Charla sobre la diversidad de los cuerpos y de los cambios que se producen en él a lo largo de la vida. Explica que los cuerpos tienen distintos colores, tamaños, talentos, limitaciones, que hacen a cada persona única y especial.  Enséñale que hay cosas que podemos elegir o modificar (elegir si utilizamos los brazos y manos para pegar o para acariciar) y otras que no dependen de nuestros deseos y son como son (el color de nuestros ojos, ser altos o bajos, tener la nariz de una u otra forma). Intenta no poner toda la atención en cánones estéticos y enséñale a aceptar, validar y disfrutar de su cuerpo y de los cuerpos ajenos. Cambia el “¡Qué nariz más bonita!” por “¡Qué bonita esta nariz que te permite oler muchísimas cosas agradables!”.
  • Enséñale a cuidar su cuerpo. El cuerpo es el medio a través del que nos conocemos y experimentamos el mundo y, por eso, es importante que decidamos cuidarlo. Intenta que adquiera autonomía en las conductas de higiene y autocuidado: comer sano, practicar ejercicio, asearse... Porque son conductas de cuidado y agradecimiento al cuerpo. Prueba a cambiar el “Hay que ducharse, te pongas como te pongas” por “Nos duchamos para que nuestro cuerpo esté limpio y sano”.
  • Permite que exprese sus dudas y curiosidades, sin censurarlo. Procura adecuar la información a la edad y características de tu hijo/a. Ante la pregunta “- ¿Por qué tienes pelos en las axilas?” en lugar de contestar “hay que ver, ¡en qué cosas te fijas!” prueba a decir - Porque cuando nos hacemos mayores suele salir vello en el cuerpo”. Crear un clima de confianza facilitará que cuente con tu ayuda en caso de necesidad.

Respetar el cuerpo de los niños

  • Facilita a tu hijo/a el descubrimiento y reconocimiento de las sensaciones agradables y desagradables que aporta el cuerpo. Los besos, las caricias, los abrazos, la distancia, los olores, sabores, el dolor … Cada persona tiene unas sensaciones en su cuerpo y nos ayudan a identificar lo que nos gusta y lo que nos disgusta, lo que genera cercanía o distancia. Procura no evaluar o juzgar los gustos de tu hijo/a y acepta su derecho a vivir su cuerpo a su manera. En lugar de “¡Qué frío/a eres!” dile “A mí me gustan los abrazos, pero entiendo y respeto que a ti puedan no gustarte”.
  • Respetando sus gustos y opiniones, le ayudas a identificar y aprender a actuar en situaciones de abuso. Si te dice “- ¡Qué asco! No me gusta que me limpies las legañas con tu saliva”, en lugar de contestarle “Anda, déjate de tonterías, ¡que soy tu madre/padre!” puedes decirle – “Perdón hijo/a, no sabía que no te agradaba, a partir de ahora, no lo haré. Gracias por decírmelo”).
  • Con el cuerpo realizamos acciones públicas y privadas y tu hijo/a necesita aprender a reconocer y utilizar los comportamientos adecuados a cada situación.  Mientras los niños y niñas son bebés, no existe diferencia entre lo íntimo y lo compartido, pero han de ir aprendiendo a diferenciarlo progresivamente. Respeta su espacio y acciones íntimas y privadas (orinar y miccionar, ducharse, cambiarse de ropa, etc.) y pídele que respete las tuyas y las de los demás (que se acostumbre a llamar a la puerta antes de entrar al aseo si hay alguien dentro, a respetar que pueda haber personas que se sientan incómodas si se sienten observadas mientras se cambian, etc.).
  • Como cada cuerpo es distinto y cada uno/a puede tener diferentes sensaciones (agradables y desagradables, cómodas e incómodas) y distintos límites de privacidad, los niños y niñas han de aprender a respetar los límites propios y de los demás. Enséñale a decir NO y a respetar el NO de los demás. Explícale que las personas podemos decidir quién, qué, cómo y cuándo tenemos contacto con otros cuerpos y nadie puede obligarnos a hacerlo si no lo deseamos ni decidimos. Intenta no exigirle hacer cosas que no quiere y déjale decidir. No temas que parezca maleducado/a. Si no quiere dar besos, está en su derecho, explícale que cuando se llega a un sitio se saluda, pero puede decidir cómo hacerlo.  ¿Acaso los adultos damos besos a todas las personas a las que saludamos? Cambia el “Da un beso” por “Saluda”.
  • Los niños a veces no reconocen las formas y partes del cuerpo apropiadas e inapropiadas de tocar. Explícale que nadie le puede obligar a hacer algo que le haga sentir mal, ni él/ella puede obligar a otros.  La ropa interior es un límite claro y fácil de recordar. “Nadie, excepto papá y mamá cuando te ayudamos, o los médicos cuando te curan, puede tocarte ni pedirte que le toques las partes del cuerpo que están tapadas por la ropa interior”.
  • Muéstrale que puede contar contigo para ayudarle en caso de que alguna persona no le respete. Si detectas que se siente incómodo/a en alguna situación, háblalo y ayúdale a afrontarlo de manera asertiva. Si lo consideras oportuno, no dudes en intervenir y no temas parecer un padre/madre maleducado. Por ejemplo, si alguien le ofrece un caramelo a cambio de un beso, puedes decirle que “Los besos no se cambian por cosas” y explicarle que, si enseñamos a los niños y niñas a cambiar afectos o conductas por cosas, flaco favor les hacemos de cara a prevenir situaciones de abuso. 
  • Ayúdale a identificar quiénes son las personas de confianza de la familia y las de fuera de ella (su maestro/a, por ejemplo). Anímale a que pida ayuda si lo necesita y dile que hacerlo es una conducta de valientes.

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