Cómo evitar que mi hijo se ponga malo tantas veces a lo largo del curso

¿Por qué mi hijo está siempre enfermo con síntomas de resfriado común o gripa? ¡Refuerza su sistema inmunológico!

Beatriz Martínez, Maestra y Periodista
Revisado por Gretchen Borean, Pediatra
En este artículo
  1. ¿Es normal que mi hijo se ponga malo tantas veces?
  2. Cómo evitar que los niños enfermen tan a menudo en el curso
  3. ¿Cómo aliviar los síntomas de resfriado en niños?
  4. Mi hijo se ha puesto enfermo, ¿debo acudir a urgencias?

El sistema inmunológico de los niños va desarrollándose según van creciendo, pero hasta que cumplan los 7 u 8 años es normal que pasen de un virus a otro: un resfriado, ahora un catarro que ha terminado en otitis, un dolor de barriga, y así mes tras mes para desconsuelo de los padres. La pediatra Gretchen Borean sale en nuestra ayuda y nos cuenta cómo podemos evitar que los niños se pongan malos tantas veces a lo largo del curso. Estaría bien dejar los mocos, flemas y fiebre apartados durante una temporadita, ¿verdad?

¿Es normal que mi hijo se ponga malo tantas veces?

Mi hijo se pone mal muchas veces

Por norma general, se considera totalmente normal que un niño se resfríe varias veces al año. En concreto, si tiene de cero a seis años es frecuente que se resfríe hasta 7 veces a lo largo del curso escolar. ¡Por eso se llama resfriado común!

Esto se debe a que su sistema inmunológico se está desarrollando, aún tiene que madurar a lo largo de los próximos años, y por ello aún no es capaz de hacer frente a algunos tipos de virus.

Cómo evitar que los niños enfermen tan a menudo en el curso

Niños que enferman a menudo en el curso

No existe una fórmula mágica para que nuestros hijos no se pongan malos tan a menudo a lo largo del curso escolar. Pero sí que ayudará tener en cuenta los siguientes consejos relacionados con los hábitos de higiene y de salud infantil.

  1. Asegúrate de que su calendario de vacunación esté al día, de este modo, su organismo estará preparado para hacer frente a ciertos agentes externos. 
  2. Procura que su alimentación sea lo más sana, variada y nutritiva posible. Frutas y verduras de temporada, pescados blancos y carnes magras, lácteos, huevos, granos integrales... Así tu hijo crecerá fuerte y sano. Y, no solo eso, sino que le estarás inculcando hábitos alimenticios saludables para el resto de su vida.
  3. Por otro lado, ventila las habitaciones todos los días durante unos 10 minutos más o menos. Solemos pensar que si abrimos las ventanas el niño se resfriará pues afuera hace frío, pero lo cierto es que respirar aire limpio es fundamental para dejar de lado a virus y bacterias. 
  4. Evita que el ambiente sea seco y mantén una temperatura agradable. Los purificadores de aire humidificadores serán una buena solución, siempre teniendo en cuenta el clima de la zona en la que vives. 
  5. Los virus entran por la nariz y la boca, no por los pies. Por lo tanto, tu hijo no tendrá gripe o gripa por andar descalzo. Sí que es cierto que deben ir abrigados según la temperatura, pero no es necesario ponerles cuantas más capas mejor. 
  6. Además de tos, mocos, dolor de cabeza o malestar general es común que los niños tengan menos apetito cuando se ponen malos. Evita obligarles a comer y procura motivarles ofreciéndoles su plato favorito, ¡les sentará genial! Lo que sí debemos asegurarnos es que están bien hidratados.
  7. Si en casa o en el entorno cercano del niño hay un adulto que esté enfermo es aconsejable que use mascarilla o tome distancia para evitar contagiarle. De igual modo, si es el niño o niña quién está con un virus, es mejor que no se acerque a los demás, en especial a los más vulnerables como los abuelos o quienes tengan alguna patología.

[Leer +: Si tu hijo está malo, no le lleves al colegio]

¿Cómo aliviar los síntomas de resfriado en niños?

Síntomas de que los niños se ponen malos o enfermos

Si, por mucho que lo has intentado, tu hijo se sigue poniendo mal muy a menudo a lo largo del curso escolar, intenta aliviar los síntomas de resfriado con los siguientes consejos. 

  • Los lavados nasales con suero fisiológico son de gran ayuda para evitar la acumulación excesiva de mocos.
  • Ofrécele agua de vez en cuando o el pecho si es lactante (recuerda, los bebés menores de 6 meses no deben tomar agua). La hidratación es fundamental para recuperarse de los virus.
  • Recuerda, la fiebre no es una enfermedad, sino un síntoma de que hay alguna dolencia; lo mismo que la tos. De hecho, es tu gran aliada para que el niño saque todas las flemas.
  • Salvo que sea recién nacido, tenga fiebre, esté decaído, presente dificultad para respirar o cualquier otro síntoma que se aleje de los propios de los resfriados comunes, no será necesario que consultes con el doctor. Con los mimos y los cuidados de mamá y papá será más que suficiente, sobre todo porque en el caso de los bebés y niños más pequeños tenderán a la irritabilidad y el llanto, ¡así que las carantoñas y los besos son bienvenidos!
  • En el caso de que tenga tos persistente que no le deje dormir bien por las noches o que no empiece a ceder al cabo de dos o tres días, antes de darle cualquier medicamento incluso los que vienen sin receta, deberemos preguntar al doctor ya que no es lo mismo si esa tos está acompañada de mocos o flemas o se trata de tos seca debido a una irritación de garganta. Además, los niños no deben tomar jarabes para la tos.

[Leer +: Dolor de cabeza de los niños]

Mi hijo se ha puesto enfermo, ¿debo acudir a urgencias?

Llevar a un niño enfermo a urgencias

Como decíamos antes, los catarros comunes se solucionan con un poco de tiempo, no obstante, en los siguientes casos sí será necesario acudir al pediatra cuanto antes:

  • Presenta 40 grados de fiebre y no baja a una temperatura normal pese a darle el antitérmico o en el caso de que al cabo de cinco días siga con febrícula o 38 grados de fiebre.
  • Junto a la fiebre aparecen manchas que no desaparecen cuando apretamos sobre la piel. 
  • Observamos hinchazón de los labios o de párpados.
  • Tiene mareos, debilidad o decaimiento. 
  • Notamos que respira con mucha dificultad.

Recuerda que, ante cualquier duda sobre salud infantil, lo mejor será que acudas a la consulta de tu pediatra o enfermera pediátrica de confianza.

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