Las alteraciones del sueño infantil durante la pandemia por COVID 19

Cómo ha podido o puede cambiar el sueño en niños de 0 a 4 años durante el confinamiento

Olga Sesé, Coach del sueño infantil
En este artículo
  1. Efectos negativos de la COVID 19 en el sueño infantil
  2. Recuperar hábitos de sueño en niños de 0 a 4 años tras el confinamiento

Si bien es cierto que dormir bien es fundamental para la salud en tiempos normales, lo es aún más en este período de confinamiento. La crisis generada por la pandemia del COVID 19 ha provocado un clima de ansiedad que ha hecho aumentar los niveles de estrés en adultos y niños y que puede derivar en insomnio y dificultades para conciliar el sueño. ¿Cuáles han sido y son las principales alteraciones del sueño infantil durante la pandemia por COVID 19?

Efectos negativos de la COVID 19 en el sueño infantil

sueño infantil y covid 19

El ser humano pasa, en promedio, un tercio de su vida durmiendo. Dormir bien es esencial por muchas buenas razones. Un sueño de buena calidad y de duración suficiente es esencial tanto física como mentalmente.

Dormir poco puede poner a una persona en riesgo. La falta de sueño, sea o no causada por un trastorno fisiológico o del comportamiento, aumenta la obesidad, reduce la inmunidad, dificulta nuestras facultades físicas, la memoria y muchas otras funciones.

En el caso de los más peques, los efectos negativos del confinamiento han sido mayores debidos a una serie de causas: aumento de las dificultades para regular las emociones, el aumento de la irritabilidad y del llanto, el aburrimiento y el aumento del miedo han dificultado el proceso de conciliar el sueño y de alimentarse.

- Los niños están en un proceso de desarrollo que depende en gran medida del entorno para regular sus emociones y su comportamiento. Cuando este entorno cambia, como es el caso del confinamiento, es más probable que se detecten dificultades en el control emocional y conductual.

- Las actividades al aire libre y la relación con otros niños son esenciales para su desarrollo y les ayuda a regular sus emociones, pero la situación de confinamiento ha limitado significativamente la posibilidad de que los niños se muevan en espacios abiertos.

- Las rutinas y los hábitos ayudan a los niños a regularse internamente, por lo que son especialmente sensibles cuando se modifican.

Por tanto, el confinamiento ha implicado un cambio importante en el sueño infantil ya que no hemos podido seguir con las rutinas y hábitos que teníamos y muchas familias se han visto superadas.

Recuperar hábitos de sueño en niños de 0 a 4 años tras el confinamiento

rutinas de sueño infantil tras estar confinados

¿Cómo ha afectado el confinamiento a los niños de 0 a 4 años? A esta edad los niños son especialmente sensibles a los cambios en los horarios de sus necesidades básicas asociadas a sus ritmos biológicos (especialmente en el sueño y en la alimentación), por eso quiero darte algunas recomendaciones para volver lo antes posibles a la normalidad, aunque sea una normalidad distinta y diferente de la que estábamos acostumbrados.

1. Establece un horario regular
Una vez pasado el confinamiento, intenta volver a la normalidad, estableciendo un horario y rutinas diarias para ayudar a tu hijo a mantener un ritmo diario similar al que tenían antes del confinamiento, siempre ajustándolo a su edad actual.

2. Saca a pasear a tu peque para que esté en contacto con la luz del sol
Abre ventanas para que entre luz y expón a tu hijo a la luz del sol y al aire fresco. Será muy positivo para mejorar su reloj biológico interno y sus ritmos circadianos.

3. Mantenle activo
Le ayudará a acumular cansancio corporal para conciliar mejor el sueño. Ojo, no superactivo, pero si una actividad diaria de juegos, paseos y entretenimiento para que pueda estimularse tanto a nivel físico como emocional y llegue a la noche con sueño y en mejores condiciones para tener un sueño tranquilo y placentero.

4. Evita las pantallas antes de ir a la cama
Es muy importante que no las utilices con tu hijo por lo menos 30 minutos -1 hora antes de ir a dormir ya que su brillo puede estimularle, retrasar su ciclo de día/noche y alterar su reloj biológico interno, lo que conllevará a dificultades para dormirse y aumento de los despertares nocturnos.

5. Continúa con las siestas
¿Qué ocurre con la rutina de las siestas? Como nos aconsejan desde la Sociedad Española del Sueño en niños entre los 2-4 años, continuaremos con la rutina que tuvieran en la escuela infantil o el colegio, que se reduce a una siesta después de comer. Es importante que tanto la duración como la hora en que se realice dicha siesta siempre sea la misma por la importancia, ya comentada, de mantener rutinas y horarios de sueño. 

Tómate tu tiempo para comprender los hábitos y las formas de comunicarse de tu hijo para que puedas ayudarlo a dormir mejor.

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