Cura de las heridas por quemaduras a los niños, paso a paso

Te enseñamos a tratar la piel afectada por quemadura en los niños. Quemaduras de primer, segundo y tercer grado

Vega Orozco, Experta en Primeros Auxilios
En este artículo
  1. ¿Cómo curar una quemadura a los niños, paso a paso?
  2. Qué es una quemadura de primer grado
  3. Qué se necesita para curar una quemadura de segundo grado
  4. Las quemaduras de tercer grado en niños

Te contamos cuáles son las quemaduras que ocurren con más frecuencia en niños, y qué hacer (como también lo que no hacer) para tratarlas y curarlas. Las quemaduras son las lesiones más frecuentes que sufren los niños especialmente durante las temporadas que están más en casa. Las quemaduras forman parte de los accidentes domésticos y se producen por contacto, cuando los niños se sienten atraídos por la luz y el color de una fuente de calor.

¿Cómo curar una quemadura a los niños, paso a paso?

cómo curar las quemaduras de los niños

Vega Orozco, experta en Primeros Auxilios, de Cruz Roja, nos enseña a los padres cómo debemos atender la curación de una quemadura a un niño en casa, paso a paso. De este modo, podremos prestar a nuestro hijo un primer auxilio inicial con la seguridad de estar haciéndolo lo mejor posible.

- ¿El primer paso para curar una quemadura es enfriarla con un chorro de agua?

Generalmente, sí, pero donde no podemos echar chorro de agua es en las quemaduras con gasolina porque no es hidrosoluble y entonces la extendemos más. Si, por un accidente, tú te quemas con lejía, que no emite fuego, al lavar la quemadura se retira la lejía y, por tanto, el agente abrasivo. Con la gasolina ardiendo sucede que, si echo agua, la gasolina no sólo va a flotar sino que se va a extender, y vamos a provocar que la quemadura se haga más grande. Es el único caso donde no se debe usar agua a chorro.

- ¿Cuáles son las quemaduras más frecuentes en niños?
Las quemaduras más comunes por líquidos suelen ser por aceite que salta; o por sólidos, la mano que pone el niño sobre la vitrocerámica o la cocina de gas. Las estufas catalíticas también atraen mucho a los niños y son fuente de quemaduras, porque la luz les gusta y les atrae mucho el color del fuego.

El color cereza del carbón también les gusta y tienen tendencia a tocar las brasas. Para todas estas quemaduras, lo primero que hay que hacer es enfriarlas bajo el chorro de agua fría, sin usar agua helada o hielo porque el frío intenso también quema.

Qué es una quemadura de primer grado

quemadura de primer grado en niños

De los tres tipos de quemaduras, la de primer grado es la más sencilla y se caracteriza por el típico eritema, que presenta la superficie rojiza y brillante.

- ¿Cómo curar una quemadura de primer grado a un niño, paso a paso?

Las quemaduras más comunes en los niños se producen en las extremidades, sobre todo, en los brazos. Las escaldaduras en los brazos y en la cara, porque es la altura a la que les queda la cocina a los niños, son peligrosas, por lo que debemos tener cuidado en la cocina y cerrarla para evitar accidentes.


Primero, debemos enfriar la quemadura con agua a chorro, nunca poniendo hielo directamente sobre una quemadura porque lo que vamos a hacer es quemar más todavía esa zona, porque el hielo directamente quema.

Dejamos que esté bajo el chorro de agua un rato y, en caso de que no tengamos agua corriente, llenamos un barreño con agua fresca, depositamos la zona quemada dentro y cada rato cambiamos el agua para bajar la temperatura.

Una vez bajada la temperatura, hay que hidratar las quemaduras de primer grado, eritemas, zonas rojizas, sobre todo, quemaduras del sol o si ha puesto la mano sobre la vitrocerámica y hemos conseguido quitarle la mano a tiempo. Hidratar con un after-sun o una crema hidratante hipoalérgica es suficiente. Aplicar ALOE VERA también ayuda a aliviar el quemazón. Si está bien cuidada, en una semana se va a curar.

Qué se necesita para curar una quemadura de segundo grado

quemaduras de segundo grado en niños

¿Qué tipo de cura necesita una quemadura de segundo grado en los niños?

En la segunda fase, cuando no hemos logrado retirar la mano a tiempo y nuestro hijo ya tiene ampollas, generalmente en la mano, que es lo que más fácilmente ponen, lo más inmediato es enfriar la zona. Con los dedos que presentan las típicas ampollas o flictenas tendremos especial cuidado para explotarlas bajo ningún concepto, porque abriríamos una puerta a la infección al convertir la ampolla en una herida.

Para curar las quemaduras de segundo grado, repetimos el mismo proceso: vamos a enfriar la zona, con agua a chorro, procurando que no caiga directamente sobre las ampollas para no explotarlas. Después, vamos a tratar la quemadura o ampollas como una herida. Una limpieza, desinfección y cubrimiento.

En el caso de que la quemadura se haya producido en un niño menor de 5 años es interesante o bastante importante que la mire algún facultativo. Hablamos de quemaduras de segundo grado, superficiales. Si además de las ampollas, vemos una superficie marrón como cerosa, podría tratarse de una quemadura de segundo grado, pero más profunda, que precisa de asistencia sanitaria para realizar una limpieza más profunda.

Las quemaduras de tercer grado en niños

quemaduras de tercer grado en niños

Una quemadura de tercer grado afecta no solo la capa externa de la piel como también la parte interna de la misma. Un niño con una quemadura de tercer grado necesita atención médica con urgencia ya que este tipo de quemadura generalmente son producidas por líquidos u objetos muy calientes, contacto con fuego, electricidad y sustancias químicas. Suelen presentar una piel seca con aspecto de cuero, inflamación y mucho dolor.

¿Qué hacer para atender una quemadura más grave o de tercer grado?

Si además de la superficie cerosa, vemos una superficie más grande de color marrón, incluso negro, estamos ante una quemadura de tercer grado. Inmediatamente hay que llamar a emergencias y trasladar al niño a un centro hospitalario. 
Una cosa que tenemos que tener en cuenta es dónde se ha quemado nuestro hijo.

No es lo mismo curar una quemadura en la mano que en la cara. Una herida en la cara conlleva más riesgo. Puede comprometer las vías aéreas y, por tanto, la respiración de nuestro hijo. En el momento que veamos una quemadura en la cara, hay que trasladar al niño a un centro medico, sobre todo, si son de segundo grado. Además, si esas quemaduras se han producido en un incendio, hay que trasladar al niño porque podría haber riesgo de quemaduras internas.

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