Crianza respetuosa en Navidad - Tips para una buena convivencia familiar

La época navideña puede ser el pretexto para 'relajarse' un poco en cuanto a los límites y normas, ¿será lo ideal?

Fabiola Hernández Pérez, Periodista y editora
Revisado por Miryam Cambronero, Educadora y asesora de familias
En este artículo
  1. Cómo vivir una Navidad más consciente con la crianza respetuosa
  2. Crianza respetuosa vs crianza permisiva: qué sí y qué no hacer
  3. Por qué los castigos y las consecuencias NO son lo mismo
  4. Por una crianza más consciente en Navidad - Tips de convivencia en familia

Conoce cómo llevar a cabo una crianza respetuosa en Navidad con tips para una buena convivencia familiar. Cuando nos convertimos en padres puede ser difícil implementar límites con amor y no caer en la crianza permisiva o al contrario: en aquella con la que muchos aprendimos, donde el grito, el chantaje o los castigos estaban presentes. Hay padres que creen que por ser época navideña deben relajarse, pero esto no es así y aquí te diremos qué hacer ante la duda.

Cómo vivir una Navidad más consciente con la crianza respetuosa

Convivencia familiar en Navidad

¿Qué significa tener una crianza consciente también durante Navidad? Para empezar debemos arrancar por lo más importante: ¿realmente sabes qué es una crianza consciente? Pocas madres y padres se hacen esta pregunta o creen que sí saben la respuesta. Sin embargo, muchos más dudan entre seguir con el estilo de crianza o relajarse solo porque es época de fiesta navideña.

Es muy importante decir que cuando hablamos de una crianza consciente, hablamos de una crianza basada en el respeto y la conexión, de manera que teniendo esta premisa podemos trasladarla en el día a día, y no solo en la Navidad. Cuando hablamos de ese respeto y esa conexión, podemos darnos cuenta de que no se puede brindar respeto sin esa conexión básica. Son dos premisas que se retroalimentan entre sí.

Trasladando estas premisas a la época de Navidad debemos tener siempre en cuenta que una crianza consciente implica que tenemos una conducta en base a una educación sin gritos, sin chantajes y sin castigo. De eso se trata la crianza respetuosa: dejar atrás los castigos y aprender nuevas herramientas que muy probablemente no se dieron en nuestra infancia.

En el pasado no lo aprendimos, no lo experimentamos y cuando somos adultos, nos convertimos en mamás y papás, tendemos a seguir con ese estilo de crianza con nuestro hijo: de verdad que no queremos caer en el grito o en el chantaje, tal como hemos aprendido desde nuestra infancia, sin embargo, como no sabemos bien cómo actuar, ante un comportamiento inadecuado, nuestro hijo queda a la deriva. Y esto es lo que se debe evitar.

Crianza respetuosa vs crianza permisiva: qué sí y qué no hacer

La crianza permisiva y la crianza respetuosa

Es muy fácil pasar de una crianza respetuosa a una crianza permisiva. Y esto hace daño al niño. Entonces ¿cómo podemos realmente criar, desde esa base de respeto y conexión, y hacerlo de una manera de verdad respetuosa, sin caer en el grito, el chantaje o dejar que el pequeño haga lo que quiera?

La respuesta está en los límites y normas. Y comprender que no son lo mismo. Debemos aprender a diferenciarlas, porque cuando conocemos esta diferencia y sabemos en qué momento se debe poner un límite y en qué otro momento establecer una norma, es cuando realmente esa crianza respetuosa aterriza más en nosotros como padres y somos capaces de allanar el camino y llevarlo hasta el final.

Los límites NO son iguales que las normas: diferencias básicas

Los límites tienen aspectos bien definidos:

  • Son necesarios para nuestros hijos. Es básico que nuestro hijo crezca en unos límites claros y bien establecidos porque en el mundo real hay muchos límites que no se pueden traspasar. Entonces el niño debe conocerlos y respetarlos.
  • Son inamovibles. Es decir, hay cosas que no cambian, independientemente de si estamos en casa o con la abuela. Son exactamente los mismos límites o deberían ser iguales. Esto ayuda a desarrollar la seguridad y la autoestima del pequeño, y ​​también inciden directamente en su desarrollo.

Por el contrario, las normas:

  • Pueden ser flexibles. Ya que dependen un poco más del contexto en el que estemos, porque incluso para una familia habrá unas normas específicas y para otras familias serán diferentes.
  • No afectan el desarrollo del niño. Usualmente las normas por sí mismas no afectan o inciden en el desarrollo del niño, es decir, no es como el límite que si se rompe sí puede impactar en el desarrollo.

Una vez que los padres saben esta diferencia, comprenden en qué consiste la crianza permisiva y la crianza respetuosa. Pongamos un ejemplo: imagina que estamos en Nochebuena, todos estamos felices y ya es casi la hora de dormir de tu hijo de 4 años. Pero, sucede que el niño está muy contento jugando con sus juguetes y no quiere irse a la cama. ¿Qué puedo hacer para convencerlo y acompañarle de manera respetuosa?

¿Cómo puedes saber si es un límite o una norma? De manera sencilla, pregúntate: si por un día, en una fecha especial, mi hijo no duerme a su hora, y se pasa por un tiempo más ¿afectará su desarrollo? Si la respuesta es 'sí', afectará de alguna manera en su desarrollo, entonces estamos ante un límite. Pero si la respuesta es 'no', no afecta a su desarrollo, entonces es una norma y puedes ser flexible al respecto.

Por qué los castigos y las consecuencias NO son lo mismo

Castigos y consecuencias no son lo mismo

Esta parte va muy de la mano con lo anterior, ya que a muchos de nosotros nos criaron más con castigos que con consecuencias. ¿A quién no le castigaron con algo que no tenía nada qué ver con el conflicto que se desarrollaba? Por ejemplo, imagina que tu hijo ha pasado su límite de tiempo en su móvil o tableta, digamos que por 20 minutos. ¿Qué haces? ¿Lo castigas o le dices que habrá consecuencia?

Lo ideal es explicar con firmeza que habrá una consecuencia a su comportamiento o al hecho de que ha traspasado un límite. Sin embargo, solemos caer en algo que NO es correcto: el castigo. Por ejemplo, 'como has visto más tiempo tu tablet, mañana no irás a la fiesta de cumpleaños de tu amigo Pedro'. ¡Esto es un error! Nada tiene que ver el cumpleaños del amiguito con la acción que hizo el niño.

En este caso, lo ideal es enfocarlo de otra manera, podemos decirle: 'Como ayer pasaste tu límite de una hora de tablet diaria por 20 minutos, entonces hoy te restaré esos 20 minutos de tu hora habitual'. ¿Ves la diferencia? Esto es la consecuencia directa de un comportamiento: pasó un límite, entonces se debe tener una consecuencia que tenga relación. Has de saber que los castigos son una imposición, nunca son respetuosos y tampoco suelen ser razonables.

Para que tu hijo sea un niño más consciente a esta edad es muy importante empezar con este tema, es decir, conociendo las diferencias del límite, de la norma, del castigo y de la consecuencia, porque él tendrá muy claro que si traspasa un límite que no es flexible, habrá una consecuencia y debe asumirla. En cambio, una norma puede ser flexible y esto no implica consecuencia y mucho menos un castigo.

Por una crianza más consciente en Navidad - Tips de convivencia en familia

Crianza consciente en Navidad

La Navidad es una época en la que nuestra rutina cambia por completo, donde surge esa emoción, tanto de los padres como de los niños. Se vive esa emoción de las reuniones familiares, de los regalos, de la visita a la familia que no vemos desde hace mucho y donde podemos disfrutar de ese tiempo para conectar, no solo con nuestros pequeños, sino con nosotros mismos. Aquí, los 7 tips para una Navidad más consciente en familia:

1. Conoce tus necesidades y las de tus hijos

Si puedes identificar qué necesitas y qué necesita tu hijo todo es más sencillo. Por ejemplo, si tu pequeño está en los 'terribles dos' como se suele llamar a esta etapa, que comprende hasta los 24 meses (y, hay que decirlo: es bastante desafortunado llamarla así) y las rabietas están a la orden del día, lo mejor es adelantarte a su comportamiento, guiarle en esos desafíos emocionales y hacerlo de manera respetuosa. Lo mismo sucede contigo: si tú requieres de un descanso, ¡tómalo! En estos días es común desvelarse y eso puede hacerte sentir irritable. Sopesa si puedes descansar un par de horas y antepón esa necesidad.

2. Ten claro qué sentido de la Navidad tienen en su familia

A veces nos desestabiliza emocionalmente estar en una reunión por Navidad con personas que no nos apetece y esto mismo se transmite a los niños. Todo el estrés que tenemos como adultos, lo pueden sentir los pequeños. El sentido de la Navidad en tu casa, no tiene por qué ser el mismo que tienen en casa de tu hermana o de tus padres. Es importante reflexionar con la pareja y acordar distintas situaciones como la entrega de los regalos, si vamos a estar con una familia o con la otra... pero preservando la estabilidad de los niños.

3. Acompaña a tu hijo en las nuevas rutinas de una manera consciente

En Navidad tu hijo sigue necesitando ese respeto y esa conexión de la que ya hablamos. Puedes aumentar esa conexión pasando más tiempo de calidad con él y si tienes más de un hijo, tener momentos a solas con cada uno de ellos, jugando, entrar en su mundo y en lo que le gusta, es muy importante. Deja un espacio de tiempo específico para jugar a lo que a él le apetezca, siendo consciente de que será él quien elegirá el juego o quizá con juegos de mesa para niños más grandes o tal vez preparando algún postre en familia.

Crianza respetuosa en Navidad

4. Sé flexible con las circunstancias que vivan en Navidad

Si tienes que ser un poco más flexible, por ejemplo, en la alimentación, entiende que lo más importante es cómo se alimenta durante el resto del año y si estos días no come igual, no será catastrófico. Puedes ser flexible en esta época porque muchas veces, al llevar una crianza respetuosa entramos en un paradigma, sin darnos cuenta, en el que tenemos una obsesión por llevar todo al pie de la letra, bajo control. Así que estos días relájate y comprende que no pasa nada si tu peque duerme más tarde de lo habitual o no come tan sano como de costumbre.

5. Favorece la organización de la familia

Se debe trabajar en esa conexión que tenemos en la familia respetando los límites que hemos puesto en el pasado. Cuando conectas con tu hijo podrás ser capaz de transmitirle esos límites de forma tranquila, con serenidad y claridad, y entonces comprendemos que el niño tiene derecho a quejarse, puede llorar, puede tener la rabieta, porque el objetivo de esta crianza consciente no es acabar con el llanto del pequeño o con el comportamiento que tiene, sino acompañar el proceso.

6. Trabaja en la conexión que tienen dentro de la familia

En este punto lo importante es que tu hijo conozca y tenga claros sus límites y que tú también los tengas claros para hacerlos cumplir. Sin embargo, también debes saber que tu hijo no tiene porqué estar de acuerdo y puede quejarse, tiene derecho a protestar, y si no le gusta algo puede decirlo. Él tiene ese derecho y tú como adulta tienes que estar pendiente de su seguridad y, por lo tanto, le harás cumplir con ese límite. Recuerda que no dejas de estar conectada con tu hijo, aunque las rutinas hayan cambiado.

7. Fomenta la gratitud en el día a día de la familia

Y para terminar es súper importante fomentar el agradecimiento, la Navidad es un buen momento para dar gracias por todas las cosas que tienen en familia. Hay que ser agradecidos por la oportunidad de pasar tiempo con los hijos, puede ser por la noche antes de dormir. Una actividad muy linda es hacer con ellos una cajita del agradecimiento y que cada noche antes de dormir, tanto ustedes como sus hijos escriban algo por aquello por lo que se sientan agradecidos y en el último día de la semana pueden leer todo por lo que agradecen en esta Navidad.

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