Los calambres en los niños. Causas y origen de esta patología

Aparecen normalmente con los músculos en reposo, mayormente durante la noche

Lidia Expósito Peral, Fisioterapeuta y Osteópata
En este artículo
  1. Causas y factores de riesgos de los calambres en los niños 
  2. Síntomas y tratamiento de los calambres infantiles
  3. Cómo prevenir estas molestias 

Después de hacer ejercicio, cuando están descansando, mientras duermen... Son muchos los niños que se quejen de molestias en las piernas, de los conocidos como calambres en los niños. ¿Qué son exactamente? ¿Por qué se producen? ¿Cuáles son sus causas? ¿Y el tratamiento a seguir? ¡Te lo contamos todo a continuación! 

Causas y factores de riesgos de los calambres en los niños 

calambres en los niños

Los calambres son contracciones repentinas de un músculo o grupo muscular, localizadas, incontrolables y de duración variable en el tiempo (desde unos segundos a varios minutos). En ocasiones pueden ser fácilmente apreciables, y a la palpación encontramos una zona dura, (es la típica subida de bola). Los calambres se suelen detener con el estiramiento de la musculatura implicada, o ceden de manera espontánea. Antes de que el músculo se relaje, pueden producirse varios seguidos.

Son un fenómeno común. Aparecen normalmente con los músculos en reposo, mayormente durante la noche. Más del 80% suceden en los miembros inferiores, sobre todo en la pantorrilla y en los dedos de los pies. Aunque a veces también se afectan los muslos. Cuando son frecuentes, pueden llegar a causar trastornos del sueño. También es normal que sucedan durante un importante esfuerzo físico.

La causa no está clara. Existen diversas teorías que pueden explicar este fenómeno. A menudo pueden concurrir varios factores. Hasta el 80% de las mujeres suelen padecerlo en el tercer trimestre de embarazo, son muy frecuentes en pacientes hemodializados y también suelen aparecer durante los brotes de crecimiento o 'estirones'. A continuación enumerar algunas de las posibles causas de estos espasmos:

- Lesión importante: durante una fractura ósea se produce un espasmo reflejo, que ayuda a que la zona quede inmovilizada.

- Sobreesfuerzo: la fatiga muscular que se puede producir por un entrenamiento o trabajo intenso, aumenta el riesgo de calambres. Suceden durante la actividad, o justo después de ella.

- Brotes de crecimiento: muy frecuentes en niños en edades de 3 a 5 años y de 9 a 15. Se piensa que el rápido crecimiento óseo no es seguido a nivel muscular, conduciendo a un estiramiento de los tendones y a mayor riesgo de calambres.

- Toma de ciertos medicamentos: diuréticos, estáticas, broncodilatadores, corticoides…

- Calambres durante el descanso: ocurren a todas las edades y se  piensa que están relacionados con una mala posición prolongada de la pierna o a un mal movimiento. Se recomienda evitar el peso de mantas sobre el pie, ya que eso acorta la musculatura de la pantorrilla, y puede aumentar los episodios.

- Problemas metabólicos: diabetes mellitus, gota, problemas tiroideos, enfermedad de Addison…

- Problemas neuromusculoesqueléticos: enfermedad de la neurona motora, polineuropatías, distonías etc

- Problemas posturales: posturas mantenidas. Los más típicos son los calambres en las manos, que se dan en los esfuerzos prolongados de escritura y los que ocurren a los músicos.

- Déficit de vitaminas: B1, B5, B6, Vit D. Algunas de ellas cofactores importantes de reacciones enzimáticas que intervienen en múltiples procesos.

- Problemas vasculares: insuficiencia venosa, enfermedad vascular… Una mala circulación disminuye el oxígeno en el músculo, pudiendo producir un dolor parecido al del espasmo, aunque es debido a la acumulación de ácido láctico.

- Deshidratación: se puede producir en esfuerzos intensos una pérdida de agua por la transpiración, que producirá una pérdida de metabolitos.

- Desequilibrio electrolítico: hemodializados, diarrea crónica, hipocalcemia, hipopotasemia, hiponatremia, hipomagnesemia, hiperpotasamia

- Frío importante: por ejemplo en el caso de los nadadores con el agua helada.

- Calor excesivo: puede causar deshidratación y pérdida de sales minerales.

- Carrera cuesta arriba

- Congénita: síndrome familiar de calambres musculares

- Mala alimentación y estilo de vida: escaso consumo de frutas, verduras, pescado y frutos secos, que origina carencia de vitaminas y minerales. Abuso de excitantes como el café o el té, exceso de bebidas alcohólicas que acidifican y algunas son diuréticas, consumo de carnes procesadas, tabaco …

Síntomas y tratamiento de los calambres infantiles

causas calambres niños

Se manifiesta por un dolor intenso, que puede perdurar unas 24 horas después del episodio. También por una imposibilidad de caminar cuando se da en el miembro inferior o dificultad para escribir o seguir realizando una actividad cuando sucede en las manos. Otro de los síntomas más comunes es la presencia de una contractura en la zona del calambre.

Hay que hablar también de disminución del dolor al realizar un estiramiento de la musculatura implicada. Cuando aparece en la pantorrilla, a veces cede simplemente con el apoyo del pie en el suelo. En otras ocasiones es necesario estirar apoyando las manos en la pared, flexionando y adelantando la pierna contraria, o si estamos aún tumbados estirando totalmente la pierna y llevando los dedos del pie hacia nosotros.

Como hemos comentado anteriormente, es fundamental estirar la cadena muscular implicada en el calambre. El masaje también ayudará a descargar y relajar la zona. Otra medida para tratar los calambres es utilizar calor para relajar y frío una vez se ha pasado el espasmo inicial. Si se decide acudir a a un especialista, este realizará una inspección y palpación de la zona. Podrá verificar los pulsos y evaluar la sensibilidad y los reflejos. Recomendará ejercicios para su realización en casa.

Cómo prevenir estas molestias 

Es importante evitar esfuerzos innecesarios, sobre todo con altas temperaturas, así como en frío extremo (nadadores en mar abierto). No olvidar la realización de un buen calentamiento antes del ejercicio, y estiramientos después.

La suplementación con magnesio y vitamina B6 en algunos casos mejora este padecimiento, así como un estilo de vida saludable con una buena hidratación y alimentación alejada del alcohol, refrescos y estimulantes.

Y, por supuesto, si los episodios son muy frecuentes, sería recomendable acudir al médico.

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