Trastorno Hipercinético de la Conducta en niños - Causas y tratamiento

Estamos empeñados en poner etiquetas a los niños. Pero, muchos niños son inatentos o movidos y esto no implica que tengan un Trastorno Hipercinético de la conducta. ¿Has oído hablar de este trastorno? Es posible que conozcas el TDAH y no hayas oído hablar del Trastorno Hipercinético de la conducta en niños, aquí sus causas y tratamiento.

¿Qué es el Trastorno Hipercinético en los niños? Su relación con el TDAH

Es posible que no hayamos escuchado tanto hablar del Trastorno Hipercinético pero seguro que todos sabemos de lo que hablamos cuando empleamos el término TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad). Son distintos pero hacen alusión a lo mismo, solo que Trastorno Hipercinético es en la clasificación europea y TDAH es la clasificación estadounidense.

Los profesionales responsables de evaluar, diagnosticar y realizar el tratamiento psicológico vs psiquiátrico a los niños que tienen dificultades para concentrarse y/o se mueven de manera excesiva utilizan los términos 'Deficit de Atención', 'Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad', 'Trastorno Hipercinético' e 'Hiperactividad' de manera indistinta.

Pero hablando del Trastorno Hipercinético de la Conducta podemos decir que es un trastorno del neurodesarrollo que afecta principalmente a la capacidad del niño para concentrarse, controlar sus impulsos y regular su nivel de actividad. Suele aparecer entre los 3 y 7 años de edad y, aunque es más frecuente en varones, sí que puede presentarse también en niñas.

Este trastorno comparte muchas características con el TDAH y para muchos especialistas es una forma más específica o severa dentro del mismo espectro. Entre sus posibles causas se encuentran factores genéticos, desequilibrios en neurotransmisores cerebrales, antecedentes familiares, exposición prenatal al tabaco o alcohol y entornos familiares o escolares poco estructurados.

11 rasgos del perfil de un niño con Trastorno Hipercinético de la Conducta

Su inicio suele ser temprano. En concreto, este tipo de conductas se observa desde los primeros 5 años de vida. Por desgracia, las dificultades persisten durante la etapa de escolaridad e incluso en la vida adulta. Pero en muchos de los afectados se produce, con el paso de los años, una mejoría gradual de la hiperactividad, la impulsividad y el déficit de la atención.

Los niños que cumplen criterios diagnósticos compatibles con un Trastorno Hipercinético se caracterizan por:

1. Ser niños intranquilos.
2. Son pequeños que se mueven en exceso, es difícil que estén en pausa.
3. Hablan sin parar e interrumpen a otras personas. No pueden esperar su turno.
4. Se comportan de manera desinhibida e imprudente en situaciones sociales.
5. Se distraen con mucha facilidad.
6. Las tareas que realizan rara vez las terminan. Y, su conducta es desorganizada, mal regulada y excesiva. Tienen la tendencia a cambiar de una actividad a otra sin terminar ninguna.
7. Actúan de manera impulsiva sin pensar en las consecuencias de sus acciones.
8. Les resulta difícil respetar su turno en un juego, en una cola, etc.
9. Las dificultades de aprendizaje son frecuentes.
10. Propensos a tener accidentes (golpes, caídas, etc.).
11. Dificultades para aceptar las normas que se les impone. Desafían de manera deliberada a sus cuidadores.

Otros signos que ayudan a detectarlo incluyen baja tolerancia a la frustración, cambios de humor y tendencia a interrumpir o hablar sin control. Los padres suelen notar que el niño parece 'incansable' o 'en movimiento constante'. El diagnóstico debe realizarse por un profesional de la salud mental o un pediatra mediante entrevistas, observación directa y cuestionarios estandarizados.

También, hay que descartar otras causas, como ansiedad infantil, dificultades auditivas o problemas de aprendizaje. El tratamiento suele combinar terapia psicológica y en algunos casos, medicación bajo supervisión médica. También ayuda crear rutinas estables, reforzar los logros y mantener la comunicación para ayudar al niño a mejorar su autorregulación.

¿Qué hago si sospecho que mi hijo tiene un Trastorno Hipercinético?

Actualmente los profesionales sanitarios (pediatras, neurólogos, psiquiatras, psicólogos, etc.) están altamente cualificados para abordar este tipo de problemas y dar soluciones al niño para que su nivel de malestar se reduzca y funcione con normalidad en su día a día sin que el Trastorno Hipercinético le interfiera. Por ello, no debemos esperar y ante las primeras señales de alerta lo más aconsejable es que se lo hagamos saber al pediatra del niño para que pueda ayudarnos y orientarnos sobre el camino a seguir.

Además, el trabajo conjunto entre la familia, la escuela y los profesionales de salud mental resulta fundamental para estos pequeños. Los padres deben recibir orientación para reforzar los comportamientos positivos, establecer límites claros y fomentar hábitos saludables como el sueño y la actividad física. Los docentes también juegan un papel muy importante, por lo que de por su parte, pueden adaptar las tareas o actividades, e incluso permitir pausas breves para ayudar a mantener la concentración.

Finalmente, otros trastornos que pueden presentarse junto al Trastorno Hipercinético son los trastornos del aprendizaje (como la dislexia), los trastornos de ansiedad, los problemas del comportamiento oposicionista desafiante y los trastornos del sueño. Detectar y tratar cada caso de manera integral mejora notablemente la calidad de vida del niño, ya que al saber canalizar de manera adecuada este trastorno, el niño puede tener mayores oportunidades de controlar su situación.

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