Evita estos errores al apuntar a tus hijos a actividades extraescolares

Las claves para elegir bien a qué clases o actividades van los niños tras las clases

Andrés París, Pedagogo
En este artículo
  1. Errores comunes al apuntar a los niños a clases extraescolares
  2. Y qué podemos hacer los padres

Después de más de 20 años de experiencia en el sector de la Educación No Formal, también llamado de actividades extraescolares, he podido observar la gran evolución que ha desarrollado esta parte de la educación, tanto en la parte de la profesionalización del sector, como en la intención educativa de las actividades, y en la variedad, novedad e investigación en las diferentes propuestas que se presentan cada año a la comunidad educativa. Sin embargo, sigo observando algunos errores que los padres comenten al apuntar a sus hijos a actividades extraescolares. Y es que, a mi juicio, se tienen en cuenta criterios equivocados al elegir una u otra.

Errores comunes al apuntar a los niños a clases extraescolares

Errores de los padres al apuntar a actividades extraescolares de los niños

Estos son algunos de los errores que creo que muchos padres comenten al elegir a qué clase o actividad va a ir su hijo una vez termine el horario del colegio.

1. Lo que me gusta a mí
Aquí tenemos el error mas común, y es que los padres tendemos a pensar que a nuestros hijos, solo por el hecho de serlos, les gusta lo mismo que a nosotros.

El ejemplo que más se repite en este caso, y que a todos nos sonará, es el del padre que apunta a su hijo al equipo de fútbol porque él es un enamorado de ese deporte. Sin entrar en más detalles, este es el ejemplo más claro: el niño acaba de cumplir los 4 años y ya está vestido de futbolista sin apenas tener adquirido ningún patrón físico de movimiento. Solo es una proyección del adulto sobre el pequeño.

2. Lo que creo que es bueno para él o ella
Obviamente somos sus padres y les conocemos mejor que nadie, pero cometemos el error de inscribirles en actividades que supuestamente son favorecedoras a nivel cognitivo o físico, pero que se seleccionan en una etapa infantil del alumno/a, y por norma general no prosperan y producen rechazo. Me refiero al tipo de actividades como clases de chino o alemán, matemáticas con ábaco, robótica, etc. que a muy corta edad no suelen ser generar hábitos ni conocimientos consolidados.

3. Hacer algo diferente cada curso
Hay padres que con el afán de que conozcan más, o acumulen mayor tipo de experiencias, apuntan a sus hijos a varias actividades, y cada año cambian para que el niño conozca más y no se aburra.

Bajo mi opinión, este criterio resulta muy improductivo, ya que el resultado es que el niño no aprende de ninguna de esas actividades, ni las acaba valorando lo suficiente. Este criterio entronca directamente con el siguiente punto.

4. Me dejo llevar por la novedad
Efectivamente, está muy ligado al anterior. Es cierto que la demanda y competencia existente provocan que cada año salgan varias actividades novedosas. Muchas muy buenas y realmente divertidas, pero si mi criterio es la novedad, mi hijo no afianzará conocimientos en otras actividades.

5. Que vayan los amigos juntos
Este es un caso muy claro que todos podemos identificar: el del grupo de padres que quieren que sus hijos vayan juntos a la misma actividad o campamento. Como pedagogo, estoy muy a favor de las actividades grupales, deportes de equipo, pero en este caso el criterio es erróneo.

En un grupo de amigos no todos tienen los mismos intereses, grado de interés por una afición o pasión por alguna disciplina. Supeditar el interés individual, al grupal puede mermar el crecimiento de algún niño en otra actividad o disciplina.

Ejemplo: Un grupo de 5 amigas que se han apuntado a baloncesto, seguro que a todas no les gusta por igual, no todas juegan igual y es posible que haya hasta un caso en que a alguna no le guste y solo vaya porque quiere ir con sus amigas para no quedarse al margen.

Y qué podemos hacer los padres

Llegados a este punto, es posible que te estés preguntado qué puedes hacer para evitar todos estos criterios erróneos y elegir una actividad extraescolar que favorezca a tus hijos.

Lo mejor, y siempre incido en lo mismo, es preguntar a nuestros hijos. ¿Qué te gusta? ¿Qué te interesa? ¿Cómo te ves en unos meses en esta actividad? ¿Sabes ya algo sobre esto? ¿Crees que te viene bien para algo en tu día a día?

Y como siempre, estar pendientes e interesados en cómo evolucionan en sus intereses y aficiones.

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