Dieta de verano para la mujer embarazada

Qué dieta debe seguir la mujer embarazada durante los días de más calor del año

Marisol Nuevo, Periodista
En este artículo
  1. Dieta para embarazadas durante el verano
  2. 3 Alimentos recomendados para la embarazada en verano
  3. Cambios en el apetito durante el embarazo

Para afrontar el verano embarazada y en las mejores condiciones es fundamental que te asegures de beber suficiente líquido, pues una buena hidratación es esencial para ti y para tu bebé. Los zumos de frutas, las cremas de verduras fresquitas como el gazpacho y el salmorejo, las ensaladas con una equilibrada combinación de ingredientes, y las frutas frescas y naturales serán tus aliados en la estación estival para combatir los rigores del calor.

Dieta para embarazadas durante el verano

Dieta de verano en el embarazo

Durante el verano, algunos síntomas propios del embarazo tales como las náuseas y los vómitos, propios de los primeros meses de gestación, unidos a un cierto grado de inapetencia provocado por el calor pueden alterar el apetito normal de la futura mamá.

El calor propicia una pérdida de líquido, que predispone a la deshidratación con todas las consecuencias que este cuadro puede desencadenar en la mujer embarazada: hipotensión arterial, mareos, desmayos... Por estos motivos, en los días de más calor, es necesario seleccionar los alimentos que aporten todos los nutrientes y la hidratación necesaria para evitar estas complicaciones. Si estás embarazada, el seguimiento de una dieta equilibrada es fundamental.

3 Alimentos recomendados para la embarazada en verano

  1. Las frutas. Son refrescantes y fáciles de consumir. Se pueden comer enteras, en zumos y helados, en los desayunos, postres, y meriendas. Aseguran un aporte adecuado de vitaminas y minerales como vitamina C, ácido fólico, potasio, vitamina A o betacaroteno, magnesio, e hidratos de carbono. Su alto contenido en líquidos ayuda a evitar las temidas deshidrataciones. Es preferible consumirlas enteras porque mantienen su contenido acuoso y todo su potencial nutritivo; y con cáscara para preservar su riqueza en fibra.
  2. Las verduras. Son alimentos de baja densidad calórica, y ricos en fibra, vitaminas y minerales. Al igual que las frutas, las verduras deben lavarse bien, bajo el chorro de agua, evitando tenerlas mucho tiempo en remojo. Para cocinarlas es conveniente hervirlas con poca agua o hacerlo al vapor, sólo durante el tiempo justo, para que pierdan la menor cantidad posible de nutrientes.
  3. Los productos lácteos. No deben faltar en tu mesa por su aporte en calcio, vitamina B2, D y proteínas. El yogures un buen recurso para utilizar en las dietas de verano, porque resulta muy apetecible al tomarse frío y es más fácil de digerir. Estas características convierten al yogur en un alimento muy nutritivo y, a la vez, refrescante. A la hora de comprar los yogures, conviene que elijas los más bajos en grasa, que puedes combinar con trozos de frutas y/o cereales. La leche y el queso fresco también combinan muy bien con las frutas.

Cambios en el apetito durante el embarazo

Según la intensidad del calor y el estado más o menos avanzado de la gestación, es común que muchas mujeres presenten falta de apetito. Si se mantiene varios días se debe consultar al médico, pero si se trata de algo pasajero, puedes seguir algunos consejos:

1. Distribuye la comida en 5 tomas al día. Así, evitarás sentirte llena rápidamente y la sensación de pesadez. Te ayudará a hacer mejor las digestiones. Come más veces, pero menos cantidad.

2. Consume alimentos nutritivos. Durante el embarazo, es importante mantener el equilibrio entre las proteínas, las grasas y los hidratos de carbono para que a tu bebé no le falten nutrientes para su desarrollo. Cada uno de estos grupos de alimentos deben representar, al menos, el 30 por ciento de las calorías totales de tu dieta. Por tanto, sigue esta máxima: 35 por ciento de hidratos de carbono, 30 por ciento de grasas y 30 por ciento de proteínas.

3. Opta por los platos únicos. En lugar de comer el primer y el segundo plato por separado, es mejor que optes por los platos únicos más completos. Ejemplo: verduras o ensaladas con queso; huevo, atún o pollo con arroz, pasta, patatas o legumbres. Siempre debes combinar un alimento proteíco (carne, pescado o huevos) con un alimento energético (farináceos).

4. Prueba diferentes y variados alimentos. Con el embarazo se transforma el sentido del olfato y cambian los gustos culinarios por la acción de las hormonas. Prueba otros alimentos para estimular el apetito.

5. Bebe líquidos fuera de las principales comidas. Consume al menos dos litros de agua, a fin de evitar la deshidratación.

6. Come en un ambiente agradable y a ser posible acompañada.

7. Realiza ejercicio físico antes de las comidas. Dar un paseo antes de comer, normalmente abre el apetito.

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