11 beneficios del ballet infantil para el cuerpo y la mente de los niños

El ballet va más allá de una actividad artística: es una herramienta para el desarrollo integral de los niños. A través de la música, la expresión corporal y la disciplina, esta danza clásica fomenta valores como la constancia y el trabajo en equipo. Además, favorece el equilibrio y la flexibilidad, ayudando a los pequeños a conocer y dominar su propio cuerpo. Aquí, los 11 beneficios del ballet infantil para el cuerpo y la mente de los niños, una práctica que une arte y bienestar.

2 de noviembre, Día Mundial del Ballet - El arte de la disciplina infantil

Entre las actividades extraescolares más populares no solo están el fútbol, el baloncesto, el tenis, la natación o las artes marciales, también hay muchos niños y niñas que se decantan por disciplinas musicales y artísticas. Entre ellas destaca el ballet o la danza clásica, un ejercicio muy completo cuyo objetivo es contar una historia únicamente con el movimiento del cuerpo.

Precisamente cada 2 de noviembre, Día Mundial del Ballet, es la fecha que ha sido elegida para reconocer la belleza, la disciplina y la pasión que requiere esta forma de arte a través de la expresión corporal. Es también una buena oportunidad para acercar a los niños al mundo de la danza y despertar en ellos el interés por expresarse a través del movimiento.

Considerado como Arte Escénica, el ballet requiere de mucha concentración a nivel psíquico, y flexibilidad, coordinación y ritmo musical a nivel físico. Por ello se recomienda que esta disciplina empiece a practicarse desde una edad muy temprana, los 3 o 4 años, que es cuando el aparato locomotor de los niños asimila con facilidad y soltura los movimientos y técnicas de la danza.

A partir de los 3 años de edad, los niños pueden iniciarse en la práctica del ballet a través de clases lúdicas y adaptadas, que vayan combinando juegos, música y expresión corporal. A medida que crecen, las clases se van estructurando con mayor rigor técnico, incluyendo posiciones, pasos básicos y trabajo de equilibrio, fortaleciendo la postura y la conciencia corporal.

11 beneficios que aporta el ballet a la formación integral de niños y niñas

El ballet, además de arte, es un ejercicio que cuenta con múltiples y positivos beneficios, tanto físicos como psíquicos, para los niños, ya que fomenta el trabajo en equipo, la constancia y la perseverancia. También aprenden a seguir instrucciones y desarrollar hábitos saludables de esfuerzo y superación personal.

1. El baile estimula la circulación sanguínea y el sistema respiratorio, favoreciendo una mejor oxigenación del cuerpo y fortaleciendo el corazón y los pulmones.
2. Favorece la eliminación de las grasas, ayudando a mantener un peso saludable gracias al movimiento constante y controlado.
3. Contribuye a corregir malas posturas, ya que fortalece la espalda y enseña a mantener el cuerpo erguido y alineado.
4. Ayuda a ganar elasticidad en el cuerpo con los estiramientos y posiciones que mejoran la movilidad y flexibilidad muscular. 
5. Ejercita la coordinación, la agilidad y el equilibrio porque los pasos y secuencias sincronizan cuerpo y mente, afinando la precisión de los gestos.
6. Ayuda al desarrollo muscular y la forma de la columna, fortaleciendo los músculos sin sobrecargar las articulaciones para una postura saludable.
7. Contribuye al desarrollo de la psicomotricidad, permitiendo que los niños controlen mejor su cuerpo y sus movimientos en el espacio
8. Permite mejorar el equilibrio y los reflejos, debido a las posiciones y giros del ballet que exigen de concentración y rapidez de respuesta corporal.
9. Puede ayudar a corregir problemas como el 'pie plano' porque las posiciones que adopta el pie en la clase, casi siempre arqueado, hacen que se corrija. 
10. Es una buena técnica para combatir la obesidad infantil y el colesterol porque su práctica mantiene el cuerpo activo y genera hábitos saludables.
11. Desarrolla la expresión corporal, el oído y la memoria, contribuyendo a la creatividad, la sensibilidad musical y la capacidad de recordar coreografías.

Origen e historia del ballet - ¿Por qué es importante bailar con los niños?

La palabra 'ballet' tiene su origen en Francia y se traduce como bailar. Empezó en el siglo XVII como un pasatiempo para los nobles; bailarines acudían a las cortes italianas y francesas para actuar ante los Reyes y las clases más acomodadas. Su evolución y especialización ha dado lugar a que hoy en día existan, a nivel general, cuatro estilos: romántico, clásico, moderno y de Diághilev.

El ballet puede ser exigente en cuanto a técnica porque hay siete movimientos básicos dentro de esta danza clásica que no varían de una modalidad a otra: saltar, estirar, doblar, elevar, girar, deslizar y lanzar o precipitar, y por eso no todos los niños disfrutan de este nivel de disciplina, por lo que es importante escuchar sus intereses y adaptar la práctica a su motivación.

Por otro lado, el ballet, al ser un ejercicio muy rígido que exige y enseña disciplina tanto física como mental, ayuda al desarrollo de la personalidad de los niños. También contribuye a la sensibilidad de los pequeños, permitiendo que fluyan sus sentimientos con total libertad y favorece la socialización de los niños más introvertidos para superar esa timidez, lo cual los beneficia enormemente.

Además, practicar ballet relaja y libera adrenalina, mejora la autoestima y reduce síntomas de estrés o ansiedad, aumentando la confianza del niño en sí mismo. Eso sí, hay que mencionar que los niños con problemas articulares graves, lesiones o condiciones médicas específicas deben consultar con un especialista antes de realizar danza clásica para evitar lesiones importantes.

Finalmente, a lo largo de la historia, el ballet ha dado vida a intérpretes que han dejado huella en los escenarios del mundo. Entre las bailarinas más reconocidas están la rusa Anna Pávlova, famosa por su elegancia e interpretación como 'El cisne moribundo', Margot Fonteyn, símbolo del ballet británico y Misty Copeland, la primera bailarina afroamericana principal del American Ballet Theatre.

En el ámbito masculino, no se quedan atrás grandes figuras como el ucraniano Vaslav Nijinsky, considerado un genio del movimiento o los rusos Rudolf Nuréyev, cuya energía revolucionó la danza y Mikhail Baryshnikov, admirado por su técnica impecable. Todos dignos representantes de la pasión, la disciplina y el arte que siguen inspirando a las nuevas generaciones.

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