Alternativas al castigo de los niños

Qué hacer para evitar castigar a los niños

Borja Quicios, Psicólogo educativo
En este artículo
  1. Por qué se usan los castigos en los niños
  2. Qué alternativas al castigo de los niños tenemos

La mayoría de los que hoy en día son padres han crecido en una educación basada en castigos. Se han desarrollado en un entorno donde los adultos tenían el poder y los niños debían obedecer. Han madurado como personas que creen que el castigo es el método adecuado para una correcta educación. Así, por lógica natural educarán a sus hijos como lo hicieron con ellos.

Esto implica que el castigo se practique con normalidad y que se vea con bastante frecuencia en nuestra sociedad. El castigo se utiliza como una herramienta aparentemente eficaz e inmediata que actúa frente al mal comportamiento. Sin embargo, te proponemos varias alternativas al castigo de los niños. 

Por qué se usan los castigos en los niños

Alternativas al castigo de los niños, ¿cómo impartir disciplina?

Las razones por las que se usan los castigos son muy dispares. El castigo se utiliza porque el adulto siente que no tiene más recursos y que se ve desbordado por la situación o por sus propias emociones que no sabe canalizar y descarga su frustración y rabia contra el pequeño. Este tipo de conducta provoca consecuencias negativas en el desarrollo de los niños como:

- El niño aprende a ser más cuidadoso para que no le pillen la próxima vez, pero no aprende “que no debe hacerlo”.

- Crea resentimientos.

- Afecta a la autoestima del niño.

- Aprende que el castigo es el único método para resolver los problemas.

Qué alternativas al castigo de los niños tenemos

Hoy en día hemos avanzado mucho en nuestra sociedad encontrando alternativas que ayuden a romper con creencias sociales y familiares en las que se apoyan los modelos educativos basados en los castigos. Aun así, quedan cosas que debemos revisar.

Se sabe que la mejor opción para corregir los comportamientos inadecuados en los niños es el diálogo, pero en ocasiones no basta. Para ello se deben proponer alternativas educativas y eficaces acompañadas de consecuencias positivas para superar las dificultades que caracterizan a los castigos tradicionales.

Pero hemos de tener cuidado, ya que hay veces, cuando buscamos estas “alternativas”, lo que en realidad nos encontramos son castigos alternativos como pueden ser: el tiempo fuera, o la negación de permisos. Todos estos métodos tienen mucho en común con los castigos físicos, y transmiten los mismos mensajes. Las verdaderas alternativas son aquellas que ayudarán al niño a aprender y crecer de una forma sana.

La disciplina positiva es un método mucho más adecuado tanto para los padres como para el niño, tomando como premisa que las relaciones entre padres e hijos deben basarse en el cariño y el respeto mutuo. No se trata de ser permisivos (ni excesivamente autoritarios), sino de ser firmes respetando los sentimientos y necesidades de unos y otros.

Proponemos alternativas para dar mensajes positivos como:

- Ser un modelo de los valores que se tratan de enseñar. Definir claramente las normas y que los adultos se comporten de manera coherente con ellas.

- Evitar atribuir intención a los actos del niño. Debemos obviar el pensamiento de que cada cosa que hace el niño es queriendo. El niño está en un proceso de desarrollo psicomotor y muchas cosas que hace “mal” vienen de la falta de coordinación o perceptiva que sufre debido a su etapa de maduración.

- Hacer preguntas como: ¿Qué ha pasado?, ¿Qué crees que va a pasar ahora?

- Evitar luchas de poder. Cuando el niño esté en la fase negativa, evita entrar en lucha de poder para tratar de obligarlo porque esto puede desgastar mucho y se puede entrar en un círculo vicioso.

- Cuando los adultos estén estresados… Pararse a respirar. Hacer respiraciones profundas les puede ayudar a calmarse y pensar más claramente.

- Dar a tus hijos tres cosas que ayudarán emocionalmente: mirarles, ser gentiles y darles atención individual.

- Dar elección. Que el niño sienta que tiene voz. Darle donde elegir les ayuda a sentir que pueden decidir. Evita monólogos, estimulando la participación del niño.

- Cuando se cree una situación tensa, el que el adulto hable susurrando ayuda al niño a poner atención y también a clamar al padre.

- Dar tiempo al niño. Esto dará sensación al niño de autonomía y hará que le sea más fácil cooperar.

- Contar hasta 10 (en silencio). A veces, se necesita un poco de tiempo para pensar las cosas más claramente y tener una visión objetiva.

- Hablar en positivo. Los niños crean imágenes de nuestras palabras. Así, será mejor decir: “ve más despacio” a decirle: “NO corras”.

- Si la situación se vuelve muy tensa… Distraelo. “Hagamos un descanso, Qué otra cosa te gustaría hacer”.

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