Por qué NO se deben normalizar estos tipos de maltrato infantil ¡NUNCA!

A veces ciertas conductas nos parecen cotidianas, pero es abuso infantil disfrazado, ¡evítalo!

Núria Capdevila García, Maestra y técnico en psicología inf.
En este artículo
  1. ¿Cuáles son los tipos de maltrato infantil que NUNCA deben normalizarse?
  2. Consejos para evitar el maltrato infantil en casa y la escuela

Los datos acerca del maltrato infantil siguen siendo de lo más elevados pese a la importancia y las campañas de prevención que se están llevando a nivel mundial. Y el porqué NO se deben normalizar estos tipos de maltrato infantil ¡NUNCA! es nuestra misión, ya que estamos en contra de todo tipo de abuso a los niños, tanto físico, como verbal.

Pese a que cada vez hay más leyes en contra del maltrato infantil, hay una serie de comportamientos que hemos normalizado que no ayudan a reducir las cifras. Hablamos de comportamientos que hemos ido adquiriendo a lo largo de los años, sobre todo por el tipo de educación que los papás y mamás hemos recibido en las últimas décadas, dónde ciertas conductas se consideraban correctas.

¿Cuáles son los tipos de maltrato infantil que NUNCA deben normalizarse?

Por qué NO se deben normalizar estos tipos de maltrato infantil

Cuando hablamos de maltrato infantil debemos tener en cuenta que no hablamos solo de la violencia física, sino que hay otras conductas que afectan negativamente a la autoestima y al desarrollo de nuestros hijos. Así, el maltrato infantil debe entenderse como toda conducta que pueda generar miedo, indefensión y angustia a nuestros hijos, ya sea a nivel físico como psíquico.

1. Maltrato o abuso físico

Se entiende por maltrato o abuso físico a aquellas acciones voluntarias en las que se generan lesiones no accidentales como los golpes. Así pues, el típico cachete que muchas familias han normalizado, o el tirón de orejas, son acciones que se incluyen dentro del concepto de violencia física.

Pese a que esta práctica se ha llevado a cabo durante muchas décadas, las consecuencias en los niños son devastadoras: se sienten poco apreciados y queridos, se sienten vulnerables y se sienten débiles. Así pues, acciones que parecen tan poco importantes tienen consecuencias en el desarrollo de nuestros hijos, sobre todo, en el manejo de sus propias emociones.

2. Abuso psicológico hacia el niño

El maltrato psicológico debe entenderse como toda conducta que genere miedo en el niño. Toda conducta, como las humillaciones y los castigos, que hagan que el niño se sienta incomprendido e indefenso nos aleja de ellos y les priva de experimentar emociones, de conectar con nosotros y de aprender.

La falta de conexión entre la familia y los niños implica serios problemas a medio o largo plazo, entre los que merece destacar una muy baja autoestima y falta de confianza. Así, no debemos normalizar nunca ninguna acción que intente conseguir lo que queremos de nuestros hijos basándonos en humillaciones, comparaciones o castigos de ninguna índole.

Tipos de maltrato infantil

3. Negligencia emocional o falta de conexión con el niño

La negligencia emocional hace referencia al descuido de las emociones de los niños. Una de las labores de los padres consiste en atender las necesidades de nuestros hijos. Debemos estar disponibles para ellos, validar sus emociones y enseñarles a gestionarlas. Y, para ello, es fundamental que los propios padres aprendamos a gestionar nuestras propias emociones.

Dejar al niño solo en el rincón de pensar o castigarlo a su habitación no ofrecen seguridad a los niños. En estos momentos, el niño se siente rechazado, se siente incomprendido y no sabe qué ha hecho para que los adultos, sus modelos, lo dejen apartado. Como no puede ser de otro modo, un niño que crezca con estos patrones de conducta será un adulto con una gran incapacidad a la hora de gestionar sus emociones y solucionar los diferentes problemas que se le presenten en la vida.

4. Abuso infantil continuado

Las tasas de abuso infantil, pese a las campañas llevadas a cabo y las leyes aprobadas, siguen siendo elevadas. De hecho, las estadísticas establecen que 1 de cada 5 niños y niñas sufren abuso, entendiéndolo como un continuo, pues hay ciertos comportamientos que, en mayor o menor medida, fomentan este tipo de maltrato.

Para evitarlo, los padres y madres debemos apoyar a nuestros hijos en todo momento. Hacerles saber qué está bien y es normal y qué no. Del mismo modo, debemos evitar aquellas situaciones en las que los niños puedan ver como normal ciertos comportamientos: nunca debemos obligar a un niño o niña a dar besos o aceptar caricias no deseadas. Una pequeña acción como esta favorece la normalización del abuso, precisamente lo que se pretende evitar.

Consejos para evitar el maltrato infantil en casa y la escuela

Consejos para evitar el maltrato infantil

El concepto del maltrato infantil incluye muchos comportamientos y de lo más varios. Hay casos más graves que otros, pero cualquiera de ellos tendrá efectos negativos en el desarrollo de los niños. Así pues, como padres y madres, debemos entender que el maltrato infantil va más lejos de la violencia: cuando descuidamos las emociones de nuestros hijos, cuando les dejamos alejados de la familia o, simplemente, cuando hacemos algo que les haga sentir inferiores, estamos entrando en el maltrato infantil.

Por ello, debemos evitar normalizar cualquier comportamiento o patrones de relación en los que haya algún tipo de violencia hacia los niños. Aquí unos tips que pueden servir tanto en casa como en la escuela:

  • Facilitar a los niños las mejores condiciones para lograr su bienestar físico, afectivo, emocional, educativo y social. Esto llegará a través de anteponer sus derechos e intereses, y facilitarles la oportunidad de expresarse, así se sentirán comprendidos y arropados emocionalmente.
  • Siempre proteger y proporcionar a los niños un entorno seguro y afectivo, además de estructurado y con rutinas. Siempre estar pendiente de ellos en la escuela: con quiénes habla, con quién sale, quiénes son sus maestros, etc.
  • Fomentar en ellos valores morales, comenzando por el respeto, para que sean capaces de establecer las adecuadas normas de convivencia.
  • Tratarlos como lo que son: niños, es decir, especialmente vulnerables y frágiles, que necesitan mucho amor, cuidado y protección de padres y maestros.
  • Ser el modelo a seguir, nada como el ejemplo de los padres para que los niños imiten aquello que es bueno. Ser educados, respetuosos y cordiales con los maestros y el resto de la gente harán del niño una mejor persona.
  • Ayudar en el control de las emociones, ya que la ira y la agresividad solo pueden desencadenar una serie de conflictos relacionados con ellas de manera negativa.
  • Por último, la empatía es la mejor arma: al ponerse en el lugar del otro comprenden de qué va el tema y tratarán siempre de evitarlo. Es la premisa 'no hago lo que no quiero que me hagan'.

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