Por qué no debemos obligar JAMÁS a los niños a besar

La manía de muchos padres de forzar a sus hijos a que besen y abracen a la gente que ellos no conocen o no quieren

Carmen Prieto Ribó, Neuroeducadora
En este artículo
  1. El porqué los padres NUNCA deben obligar a un niño a besar
  2. 11 medidas a tomar en casa para no obligar al niño a besar
  3. Otras cosas que NO debemos obligar ni imponer JAMÁS a los niños

Saludarnos con besos y abrazos está muy integrado en nuestra cultura en forma de bienvenida o recibimiento, incluso con personas con las que no tenemos mucha confianza, pero aquí te diremos por qué no debemos obligar JAMÁS a los niños a besar. Los besos y los abrazos tienen un gran poder emocional; nos calman, nos reconfortan, nos consuelan y nos hacen sentir bien.

Son muestras de cariño que se deben dar de forma espontánea, cuando uno lo desea, ya que forman parte de nuestra intimidad. Para un niño es una acción con la que expresa a su persona de referencia el gran amor que siente por ella; no se lo da a cualquiera. Por eso no tiene mucho sentido presionar al niño para que salude con un beso o con un abrazo a personas a las que no ha visto en su vida, o con las que apenas tiene confianza.

El porqué los padres NUNCA deben obligar a un niño a besar

No se debe obligar a los niños a besar

Cuando se obliga a un niño a dar un beso que no quiere dar, se produce una situación muy incómoda de ansiedad y angustia para él. El adulto fuerza la situación porque se ve presionado y juzgado por las miradas de los demás y por el 'qué dirán'; no quiere que piensen que su hijo no está 'bien educado', ya que los buenos modales son manifestaciones de respeto hacia los demás. Para tenerlos no hace falta dar muestras de afecto, amor o cariño a la otra persona.

Cuando a un niño no le apetece dar un beso, puede ser por timidez, porque no le apetezca en ese momento, porque no está de humor, porque no le agrada la persona, etc., pero con el tiempo se dará cuenta de que es un convencionalismo y lo hará sin que se le pida, pero nunca forzando la situación. A través de la experiencia aprenderá a diferenciar los besos de amor de los besos de cortesía.

El mensaje que le está llegando al niño es que siempre tiene que hacer caso de lo que le digan y que no pueden decidir sobre su propio cuerpo. Pueden tomar una actitud de vulnerabilidad al demostrar afecto de una forma forzada. Esto puede exponer al niño a situaciones de acoso o de abuso; suelen ocurrir con personas cercanas al menor, y pueden ser el resultado de no saber decir que no al contacto físico, ya que han sido obligados a dar afecto y complacer con anterioridad a los demás sin poder decidir ni tener control sobre su propio cuerpo.

Cuando el niño no quiere besar

Hay niños a los que el contacto físico con personas que no son de su círculo muy íntimo les provoca demasiada angustia, no les gusta que les abracen, ni les besen, no les gusta que les cojan en brazos o les hagan cosquillas. Simplemente, no les gustan que les toquen. De ninguna manera son maleducados, no son niños raros solo prefieren evitarlo. Sin embargo, lo que a nosotros nos parece una simple muestra de afecto y respeto, tus hijos lo ven completamente distinto.

El hecho de que tus niños den un beso a la vecina o su tía lejana para ellos es algo violento y un contacto muy afectuoso con alguien que es prácticamente desconocido. Incluso aunque fuera un familiar cercano, si el pequeño no quiere dar un beso esto nada tiene que ver con el cariño. ¿Qué tal mejor saludar con un 'hola' y no obligarle a dar un abrazo o un beso si no le apetece? De igual manera está siendo educado al saludar.

En estos casos y momentos sociales que se nos suelen plantear es preferible actuar con normalidad y no insistir si el niño dice que no quiere dar un beso. Tampoco debemos, en ningún caso, chantajearle con el típico: Uy qué triste se va a ir la abuela, no va a poder dormir si no le das un beso. Eso también les confunde y les da un sentimiento de culpa totalmente innecesario.

11 medidas a tomar en casa para no obligar al niño a besar

Evita obligar a tu hijo a besar

Es necesario hablar con el niño sobre el consentimiento desde la primera infancia porque es la única manera de evitar abusos. El niño manda sobre su cuerpo y decide lo que le hace sentir bien y lo que no. Es importante hacerle ver que no se tiene que sentir mal cuando ponga un límite a otra persona ya que es su decisión.

  1. Para que el niño respete su cuerpo y sepa poner límites es necesario que tú, como adulto, lo hagas.
  2. Nombra cada parte del cuerpo por su verdadero nombre y evita poner sobrenombres que nada qué ver; muéstrale cuáles son sus partes íntimas que nadie debe tocar, salvo el médico (siempre que estén papá o mamá delante).
  3. Ayúdale a distinguir un contacto seguro de uno que no lo es. El primero le hace sentir bien, ya que es consentido y le da confianza. En el segundo caso no hay autonomía corporal. Hazle ver que si alguien traspasa límites sin su consentimiento no es culpa suya. Es importante que el niño se sienta acompañado y comprendido para que en un momento dado sea capaz de pedir ayuda.
  4. Obligar al niño a compartir sus juguetes es contraproducente, le estás enseñando que no tiene potestad sobre sus cosas, no puede decidir y tiene que estar abierto a decir siempre que sí y a satisfacer las necesidades de los demás antes que las suyas.
  5. Habla con tu hijo: explícale la diferencia entre ser educado y ser cariñoso. El afecto se debe dar a las personas que se aprecian. Es una forma de enseñarles a ser selectivos. Explícale normas de convivencia.
  6. Deja espacio al niño sobre todo en la primera toma de contacto. Tal vez después de estar un rato con esa persona, en la despedida, al niño le apetezca acercarse sin forzar la situación. No le hagas sentir mal ni le juzgues por no querer hacerlo.
  7. Pregúntale directamente si le apetece dar besos. Si no, puedes ofrecerle alternativas al beso como saludar en la distancia, chocar la mano, etc. Buscad entre los dos una forma de saludar con la que el niño se sienta cómodo.
  8. Normaliza la situación explicando que ahora no le apetece, que tal vez en un rato; eso va a dar confianza al menor.
  9. Respeta su decisión y sus tiempos de vinculación con los demás. El niño se acerca a la persona que le toma en cuenta, le escucha, tiene contacto visual con él, etc. Acepta que no quiera tener un acercamiento tan íntimo y físico con algunas personas solo por ser una convención social, por quedar bien con la otra persona.
  10. No dejes que le roben los besos; que tu hijo entienda que estás de su lado. Si en un momento dado la persona a la que el niño no quiere besar le da los besos a la fuerza, defiende a tu hijo: 'ahora no le apetece que le den besos; tal vez si te acercas a él y le das confianza, puede que quiera'. Tampoco dejes que le chantajeen con frases como: 'si no me das un beso me voy a poner triste', 'si me das un beso te doy un caramelo', etc.
  11. Da libertad al niño para decidir cuándo quiere dar un beso y cuándo no. De esta manera le estás enseñando que no tiene que complacer a todo el mundo, que es libre para establecer sus propios límites ante lo desconocido y lo que no le agrada o le parece incómodo, además de que él tiene el control de su propio cuerpo.

Otras cosas que NO debemos obligar ni imponer JAMÁS a los niños

Qué no imponer jamás a los niños

No solo son los abrazos, a veces los padres obligamos a los niños a otras cosas y eso no debe hacerse porque también estaríamos violentando sus deseos. Si no quiere comer, compartir sus objetos personales con los demás o simplemente saludar a alguien en la calle, debemos respetarle.

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