El daño que sufren los niños cuando sus padres son demasiado críticos

La crítica constante puede ser muy perjudicial para la autoestima de tus hijos

María José Padilla, Coach educativa
En este artículo
  1. Cuando los padres somos demasiado críticos con los niños
  2. Cómo afectan las críticas constantes en la infancia
  3. Cómo son los padres que critican constantemente a sus hijos
  4. Qué podemos cambiar a partir de ahora

A veces, sin darnos cuenta, los padres somos demasiado críticos con nuestros hijos. Si nos paramos a analizar la forma en la que nos relacionamos con ellos, veremos que en ocasiones nos tendemos a centrar más en aquello que hacen mal que aquello en lo que destacan. Sin embargo, debemos tener en cuenta que la crítica constante puede hacer mucho daño en los niños, sobre todo en lo relacionado con su autoestima.

Cuando los padres somos demasiado críticos con los niños

Si los padres son muy críticos con los niños

Imagina que todo lo que haces en el trabajo, según tu jefe, se podría mejorar y, por ello, no para de decirte que se podría haber hecho mejor. ¿Cómo te sentirías? ¿Qué actitud llevarías la siguiente vez que le entregaras un proyecto o supervisara tu trabajo?

Imagina que llegas a casa de tus padres con un regalo muy especial y que cuando abren el paquete, respondieran algo como: '¡Ah! ¡Mira qué detalle!' ¿¡Detalle!? Si te has pasado meses preparando el regalo... ¿Cómo te sentirías si cada vez que haces un regalo, el que lo recibe, esperara siempre más?

Pues algo parecido deben sentir los niños cuyos padres solo se centran en lo que no hacen bien y en lo que podría haber hecho mejor. A menudo, esta conducta se debe a que piensan que sus hijos pueden alcanzar la perfección, aquella que ellos, como padres, no pudieron alcanzar.

Cómo afectan las críticas constantes en la infancia

Los daños a tus hijos de las críticas constantes

Los padres críticos no saben que acaban condenando a sus hijos a sentirse inseguros, sin motivación, desconfiados y, por supuesto, a responder siempre a la defensiva. Y es que esta situación repercutirá directamente en la imagen que el niño se formará de sí mismo, en la autoestima y en la forma en que se enfrentará a la vida.

Neurocientíficos de la Universidad de Binghamton han descubierto que las críticas constantes de los padres hacen que se bloquee el procesamiento emocional de los niños, porque finalmente terminan si prestar atención a las expresiones faciales emocionales y, por lo tanto, acaban sin saber distinguir entre las emociones.

Otra herida emocional que el niño puede sufrir a lo largo de su vid, será la falta de confianza en los demás. Si se pasan la infancia escuchando críticas (no solo hacia ellos, sino también hacia los demás) entenderán que no pueden fiarse de nadie. Y desde ahí, construir una buena base para un entorno de amigos de confianza, será muy complicado.

Además, para evitar el malestar que le genera al niño la continua crítica, el cerebro infantil acaba desconectándose. Igual que nos ocurre a los adultos cuando estamos en una conversación aburrida, de la cual no podemos librarnos.

Cómo son los padres que critican constantemente a sus hijos

Criticar a los niños constantemente

Pero ¿de dónde puede venir este comportamiento de los padres? Probablemente sean padres muy perfeccionistas, que no van a permitir que sus hijos cometan errores o fracasen y, por ello, piensan que la manera de conseguirlo es recordándoles sus errores una y otra vez.

También puede venir de padres que tienen baja autoestima o que tienen un gran sentimiento de inferioridad, y lo que están consiguiendo es proyectar sus carencias en sus hijos a través de las críticas y falta de reconocimiento positivo.

Recuerda que las críticas deben centrarse en el comportamiento y no en el niño en sí. Esto significa intentar hacer la crítica de la forma más precisa posible teniendo en cuenta la situación que se esté dando en ese momento y evitando etiquetas generalizadas.

Por último, recuerda que si siempre te centras en las críticas, llegará un momento en que tus palabras perderán credibilidad y tu hijo acabará ignorándote. Y el día que quieras darle un consejo, aún siendo acertado y coherente, será tarde para que te escuche.

Qué podemos cambiar a partir de ahora

Tres ideas a poner en práctica lo antes posibles en casa con nuestros hijos:

- Sé específico
Primero, céntrate en la solución más que en recalcar lo que ha hecho mal. Ayúdale a pensar cómo hacerlo de manera más favorable.

- Críticas y elogios
La segundo lugar, recuerda que por cada crítica, al menos debes incluir un elogio. Así que, no olvides reforzar sus características positivas.

[Leer +: Técnica del sándwich para educar a los niños]

- Busca la crítica constructiva
En tercer lugar, recuerda que puedes hacer una crítica pero para que sea constructiva y no dañe a su autoestima, debes añadir algo positivo.

Recuerda que el ejemplo es el mejor aprendizaje para nuestros hijos. No tienes que criticarlos, solo actúa como te gustaría que ellos actuarán.

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