Dos preguntas para asegurarte de que tus críticas no hieren a tus hijos

Los padres debemos aprender el arte de criticar a los niños sin dañar su autoestima

María José Padilla, Coach educativa
En este artículo
  1. Cuando tus críticas hieren a tus hijos porque no son constructivas
  2. ¿Qué pasa cuando criticamos en exceso a los niños?
  3. ¿Criticamos a los niños desde el miedo o desde el amor?
  4. Por qué vigilar la forma que tenemos de criticar a los niños

Debemos enseñar a los niños a aceptar las críticas que reciban; pero los padres también debemos asegurarnos de aprender el arte de criticar de forma constructiva a los niños. En este camino, te propongo que, para asegurarte de que tus críticas no hieren a tus hijos, te hagas estas dos preguntas antes de hacérselas saber: ¿para qué vas a criticar a tu hijo? y ¿lo vas a hacer desde el amor o desde el miedo? A continuación desarrollamos cada una de estas cuestiones.

De esta forma, te estarás asegurando de que cambias las críticas destructivas por críticas constructivas.

Cuando tus críticas hieren a tus hijos porque no son constructivas

Si tus críticas hieren a tus hijos

En primer lugar, nos paramos a analizar la primera pregunta que te tienes que hacer antes de hacerle una crítica a tus hijos y es la siguiente: ¿para qué voy a criticarle? Para ello, es necesario tener en cuenta que, según el Diccionario de la RAE, la palabra 'criticar' puede tener dos acepciones:

- Examinar y juzgar una cosa, especialmente para determinar su bondad, belleza o verdad.

- Expresar opiniones o juicios negativos y contrarios sobre una persona o cosa.

Si eres de los padres que se identifican con la primera definición, ¡enhorabuena! Pero si por el contrario, te identificas más con la segunda... vamos a tener que hacer una parada y plantearnos qué estamos consiguiendo cuando criticamos a nuestros hijos.

Seguro que la intención es buena (la mayoría de las veces), pero... ¿lo estamos haciendo bien? ¿Qué técnica estamos usando para criticar? ¿Es algo que sucede sin pensar o por el contrario antes de criticar reflexionamos sobre lo que quieres conseguir con esa crítica en ese momento?

¿Qué pasa cuando criticamos en exceso a los niños?

Padres que critican exceso a los niños

Una vez que te plantees la pregunta: ¿para qué criticar?, vamos a repasar consecuencias negativas que la crítica puede producir en el niño:

- Inseguridad
Una crítica continua (sobre todo si es destructiva, en lugar de constructiva), provocará en los niños falta de confianza en ellos mismos. Le harás dudar de su valía y sus capacidades. Y no solo dejará de tener confianza en sí sino también en los demás.

- Baja autoestima
El niño se formará un conjunto de percepciones sobre sí mismo que le llevará a evaluarse de manera negativa. Recuerda que la misión de todos los padres debe ser la contraria: reforzar la autoestima de los niños.

- Tendrá dudas para tomar decisiones
Esto se debe a que el niño no sabrá cuáles son los criterios en los que tenga que basar sus decisiones, ni sabrá valorar los pros y los contras de sus elecciones.

- Ansiedad y miedos
Los niños constantemente criticados pueden llegar a tener un bajo rendimiento escolar, problemas de relación e incluso exceso de nerviosismo. Todo ello puede estar desencadenado por la ansiedad y los miedos de estas críticas y exigencias de sus padres.

- Le servirá de ejemplo de conducta
Además, la energía negativa se contagia, con lo cual, no es raro ver que el niño hará lo mismo con sus amigos, hermanos o incluso, los propios padres.

- El niño no se sentirá querido
Y lo más importante de todo, no estaremos recordándole al niño la importancia del amor en nuestras relaciones. Recuerda que cuando criticas mucho a tus hijos, ellos no dejarán de quererte pero, sin embargo, ellos sí que dejarán de quererse.

Por lo tanto, la siguiente pregunta que los padres debemos hacernos será: ¿Desde dónde estamos criticando a nuestros hijos, desde el miedo o desde el amor?

¿Criticamos a los niños desde el miedo o desde el amor?

Criticar a los niños desde el miedo o amor

¿Cómo los padres podemos saber si solemos criticar a los niños desde el miedo o desde el amor? Lo hacemos desde el miedo cuando queremos que los niños sean como nosotros queremos, hagan lo que digamos y no les dejamos ser autónomos o independientes en ciertas decisiones. Si lo haces desde el amor, entonces, seguramente estarás usando algunas de estas técnicas:

- Feedback positivo: cuando lo que le dices a tu hijo hace que mejore su comportamiento, acción o actividad. Es decir, está viendo en directo y sobre la marcha, como el niño adapta su comportamiento al feedback recibido.

- Asertividad: expresas tu opinión o emoción sin agredir al niño y mucho menos ofendiéndolo, sino todo lo contrario, desde el respeto.

- Empatía: eres capaz de ponerte en su situación y actúas para consolarlo o ayudarlo. La empatía de los padres hacia los niños es esencial para construir una buena relación y vínculo familiar.

Por qué vigilar la forma que tenemos de criticar a los niños

Hacer críticas constructivas a los niños

Cualquiera de estas técnicas te ayudará a recordarle a tu hijo que lo quieres tal cual es, con sus errores y sus aciertos, porque todos estamos en el camino del aprendizaje a través de la experiencia. Por lo tanto, no olvides:

Evita la crítica negativa porque tus palabras acabarán perdiendo valor, además, el niño perderá su referente en la familia, lo estarás etiquetando y acabará actuando según la etiqueta, porque en el fondo, lo que los niños quieren de sus padres es el cariño y la atención. Los niños prefieren el dolor a la ausencia de sus padres, por ello, si es preciso, adoptarán esa etiqueta negativa porque así sabrán, que al menos cuando le criticas, le están prestando atención.

Si lo quieres hacer mejor, recuerda: encontrar el lugar apropiado para decirle lo que quieres expresarle, ser espeífico en el hecho y con la situación, hablar de la conducta y no de la persona. Cuando ponemos énfasis en la acción a corregir y no en la debilidad del niño, conseguimos que la crítica sea constructiva. Y por supuesto recordarle que: 'a pesar de esto, te sigo queriendo como siempre'.

De esta manera, no solo estarás mostrando tu amor a tu hijo sino que además, le estarás enseñando a tener amor propio, a sentirse satisfecho con sus comportamientos y sus logros que no nos cabe la menor duda, son merecidos.

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