Las técnicas más usadas para conocer el sexo del bebé

Cómo saber en las primeras semanas de embarazo si esperas un niño o una niña

En este artículo
  1. Técnicas invasivas y no invasivas para conocer el sexo del bebé 

Todos conocemos la tradicional y asentada técnica de la ecografía para conocer el sexo del bebé, aunque con ella no es hasta la semana 20 cuando uno puede saber con certeza dicho dato. Esta información es tan deseada para algunas mujeres embarazadas que, en esta ocasión, vamos a hablar de las distintas técnicas de diagnóstico prenatal para saber el sexo del bebé. 

Técnicas invasivas y no invasivas para conocer el sexo del bebé 

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El sexo de un embrión se decide en el momento del proceso de fecundación, cuando el óvulo y sus 23 cromosomas X se unen a los 23 cromosomas del espermatozoide. Si el embrión finaliza con una combinación de 46 XX, será genéticamente mujer, y si se obtiene finalmente un embrión de 46 XY, el sexo será varón.

Existen diversas técnicas de diagnóstico prenatal para conocer de antemano cual ha salido el resultado de la combinación cromosómica de los padres. Desde la embriología, la ciencia que estudia el desarrollo del embrión, se han desarrollado técnicas tanto invasivas como no invasivas para determinar el género que adquirirá el futuro bebé. Debe tenerse en cuenta que, las técnicas que son invasivas no suelen aplicarse con el fin de reconocer el sexo del bebé, si no para la detección de anomalías genéticas.

- Biopsia Corial
Esta primera técnica invasiva es un procedimiento que se basa en la extracción de una muestra de placenta, a través del cuello del útero, o a través de punción abdominal. Esta técnica puede ser utilizada a partir de la novena semana de embarazo para obtener resultados fiables. No obstante, como venimos advirtiendo, este tipo de técnicas solo se encuentran al alcance de parejas que tienen el riesgo de desarrollar un embrión genéticamente anómalo.

-Amniocentesis
Una segunda técnica invasiva es la amniocentesis. Esta prueba es más tardía pudiéndose realizar a partir de la 15ª semana de gestación. Consiste en realizar una extracción del líquido amniótico en la madre con una aguja larga y fina, a través de la pared abdominal. Tras cultivar algunas células obtenidas, será posible estudiar sus cromosomas.

Aunque la determinación del sexo del bebé será exacta, dado el elevado nivel de certeza que tiene esta técnica, jamás será utilizada para este fin. En realidad, este método suele ser utilizado en pacientes con riesgo de desarrollar un feto con anomalías cromosómicas. Las enfermedades más comunes que se suelen tratar de identificar con esta técnica son el síndrome de Down, el síndrome de Edwards y el síndrome de Patau, así como la confirmación de la situación de portador en enfermedades familiares.

- Método Ramzi
Por otro parte, podemos encontrar técnicas no invasivas que permiten conocer el sexo del embrión sin poner en riesgo, ni la vida del futuro bebé, ni la de la madre. Una de ellas fue desarrollada por el prestigioso ginecólogo Ramzi. La identificación del sexo del feto se realiza básicamente estudiando la posición de la placenta respecto al feto. Según el doctor Ramzi, los cromosomas tienen polaridad entre sí, tal y como ocurre con las pilas, y por lo tanto, los embriones XY se adhieren hacia un lado y los de cromosomas XX al otro. 

En resumen, en las ecografías cuya placenta se encuentre posicionada a la izquierda, el feto contará con los cromosomas XX (niña), y, si la placenta se encuentra a la derecha, el embrión resulta tener cromosomas XY (niño). De manera que, con este método, es posible conocer el sexo del bebé desde la primera vez que se realiza una ecografía, con un índice de fiabilidad es del 97%; aunque no se puede aplicar en los casos de embarazos múltiples, ni ectópicos.

- Test prenatales no invasivos (TPNI)
Finalmente, un procedimiento de los más actuales que también permite conocer el sexo del embrión de forma no invasiva, es mediante una extracción y análisis de sangre de la madre. 

Durante la gestación, pero nunca antes de la semana 9, la sangre de la madre contiene fragmentos de ADN procedentes del citotrofoblasto (por lo que en realidad se trata de un método de detección indirecta). Aunque esta prueba suele estar destinada a la detección de anomalías cromosómicas, con una fiabilidad sobre el 95%, al ser la madre mujer, nunca tendrá cromosomas Y, cuya presencia solo se detecta en los hombres.

Mediante este análisis se persigue, por tanto, detectar o no cromosomas Y en la sangre de la madre. Si hubiese presentes cromosomas Y, el feto es varón, pero si no se encuentra presencia de estos, el sexo será mujer. Este método puede realizarse a partir de la séptima semana de embarazo y los resultados podrían obtenerse en tan solo 48 horas después de extraer la sangre.

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