Se nos ha olvidado educar en el valor de la paciencia a los niños

Cada vez, tanto padres como hijos somos más impacientes. ¿Cómo podemos trabajar la paciencia?

Andrés París, Pedagogo
En este artículo
  1. ¿Estamos perdiendo el valor de la paciencia?
  2. Por qué hay que enseñar a los niños a ser más pacientes
  3. ¿Y cómo trabajar la paciencia con los niños?

Últimamente nos estamos acostumbrando a ver situaciones donde los niños necesitan respuestas inmediatas y soluciones a los problemas que se les presenta. Igual que nos pasa a muchos adultos, los pequeños exigen reacciones en el momento en el que piden algo. Parece que se nos ha olvidado que debemos educar en el valor de la paciencia a los niños, pero es que nosotros mismos cada vez somos más impacientes también.

¿Estamos perdiendo el valor de la paciencia?

El valor de la paciencia y los niños

Quizá sea por la prisa con la que vivimos ahora las familias, quizá sea por la influencia que tenemos de todas las redes sociales en este momento, quizá porque vivimos en un momento de inmediatez absoluta que no somos capaces de gestionar o quizá por una mezcla de todos los anteriores. Pero la verdad es que esto hace que estemos perdiendo un valor fundamental en nuestros hijos como es la paciencia. Entendida esta como la capacidad de esperar en calma y tranquilidad.

Es muy común, como he dicho anteriormente, ver a niños que prácticamente antes incluso de llorar ya los están los padres cogiendo, o ver situaciones donde intentamos solucionar los problemas incluso antes de que aparezcan. En la mayoría de los casos no les dejamos a los niños que se aburran parece que tenemos que estar continuamente atendiéndolos y entreteniéndolos o calmándolos.

Es muy común estar en la sala del médico del pediatra y muy pocos niños son los que están esperando tranquilamente, haciendo gala de su paciencia, lo normal es con la tablet con el móvil de mamá o papá o molestando a los que están a su lado. Pero es que a los padres nos pasa lo mismo: no sabemos esperar con paciencia. Solo hay que echar un vistazo a una parada del autobús o a un vagón del metro para darnos cuenta de que la mayor parte de la gente estará mirando el móvil.

Por qué hay que enseñar a los niños a ser más pacientes

Desde el punto de vista pedagógico entendemos que la paciencia es un valor fundamental que debemos de cultivar, por los siguientes motivos: 

- Les enseña a llegar al éxito sin prisa.

- Son más conscientes del proceso y trabajan la búsqueda de alternativas.

- Fomenta que los niños aprendan a utilizar mejor los recursos.

- Favorece su atención plena y no la inmediatez en respuestas rápidas, pero no siempre acertadas.

- Es un buen solucionador de conflictos.

- Es también una buena capacidad para una buena gestión emocional.

- Como todo en esta vida, somos lo que entrenamos.

¿Y cómo trabajar la paciencia con los niños?

Consejos para enseñar a los niños a ser más pacientes

Una vez que tenemos claro que la paciencia es algo que debemos trabajar más a menudo con los niños, a continuación os propongo algunas estrategias para fomentar la paciencia con los pequeños de la casa:

1. Da buen ejemplo
Si tú eres el primero que se irrita y enfada cuando tenéis que esperar alguna fila, tus hijos tendrán la misma reacción que tú. Debemos ser conscientes de que somos guías y modelos de comportamiento y que, aunque no lo parezca, nuestros hijos siempre nos están observando.

2. Leed cuentos que aborden este tema
Los cuentos son una buena herramienta para que los niños entiendan algunos conceptos, como es el caso de la paciencia. Por eso, os animamos a que leáis distintas historias en las que los personajes tengan que enfrentarse a una situación que ponga al límite su capacidad para permanecer calmados ante una espera, por ejemplo. El cuento 'La paciencia de la hormiga Taichí' habla de todo ello.

3. Enseñar a los niños a comprender la frustración
Cuando los niños quieren una respuesta inmediata pero tardan más tiempo en conseguirla, sienten frustración. Este es un sentimiento normal, todos lo sentimos en un momento o en otro, sin embargo, los niños aún no tienen las herramientas necesarias para saber cómo gestionarlo. Es por ello que los padres debemos hablar a los niños sobre qué es la frustración, incluso señalarla cuando estén sintiéndose frustrados para que sepan reconocerla. Es el primer paso para que los niños aprendan qué hacer.

4. Enseñar a los niños a esperar en su día a día
Si estás fregando los cacharros y tus hijos necesitan que les alcances un peluche de la estantería, pídeles que aguarden un momento. Si estás hablando por teléfono y los pequeños te quieren contar algo, pídeles con respeto y cariño si pueden esperar a que esa llamada termine. Poco a poco, iréis trabajando la paciencia.

Igual que tenemos que trabajar la paciencia con los niños, ¡a muchos adultos no les vendría mal tomar nota de estos consejos!

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