Las primeras vacaciones tras un divorcio - ¿Cómo te quedas sin tus hijos?
Te has preguntado, ¿cómo manejar las vacaciones sin tus niños tras una separación? Aquí la respuesta
- 'Mis primeras vacaciones sin mis hijos' - Ha llegado la hora de ¿disfrutar?
- Las emociones encontradas porque mis hijos vacacionen con su papá
- De 'nuestro' a 'mío y tuyo' - El reto de saber aplicar reglas y rutinas
- Gestiona las vacaciones sin tus hijos y aprovecha a tener tiempo para ti
Las primeras vacaciones tras un divorcio - ¿Cómo te quedas sin tus hijos? Es una pregunta que las madres se hacen en esta nueva etapa de sus vidas. La separación cambia la dinámica familiar y trae consigo retos como el vacío emocional y la ansiedad de que tus hijos no están contigo. Aprende a manejar la ausencia de tus niños y haz esta experiencia mucho más llevadera.
'Mis primeras vacaciones sin mis hijos' - Ha llegado la hora de ¿disfrutar?
Cuando estás ante las primeras vacaciones tras el divorcio, el mundo se torna algo raro y un poco más vacío. Y aunque hay algo de paz interna tras la tormenta emocional existe el vacío real, ese que te recuerda que la vida, a partir de este punto, ya no será igual. La realidad es que ya no estarás con tus hijos todo el verano porque ahora, las vacaciones son para 'compartir'.
Te contaré las primeras vacaciones en las que mis hijos se fueron solos con su papá. Hubo sonrisas y abrazos en la puerta, pero por dentro... ufff. Admito que, aunque por días les dije que me la iba a pasar fenomenal porque por 7 días no estarían conmigo, la verdad se me apachurraba el corazón de pensar que se irían en un viaje por carretera y estarían 100 por ciento al cuidado de su padre.
No estarían bajo mi supervisión y andarían libres del yugo opresor de mi ojo vigía que solo les dice: '¡bájate de ahí!', 'cómanse todo lo de su plato', 'métanse a bañar', 'ya apaguen la tele'... auténticamente se irían de vacaciones y mientras yo me di cuenta que no tenía que preocuparme por el desayuno para todos, podría levantarme hasta tarde o dormir a la hora que quisiera.
También podría salir a tomar un café, a visitar a una amiga o simplemente ir con mi mamá y quedarme días enteros ahí. Pero me agobiaba quizá una tontería: ¿quién me va a decir 'buenos días, mamá, te amo'? Eso pensé tras aquella despedida en la puerta: nada más al cerrar, una sensación de vacío se apoderó de mí. Así que pensé: 'si ellos se van de vacaciones, ¿por qué yo no?'
Las emociones encontradas porque mis hijos vacacionen con su papá
Lo irónico del asunto es que el momento más esperado por mí como lo eran esas vacaciones, de repente no me parecían tan buena idea porque las sonrisas se mezclaron con un nudo en la garganta. Siendo sincera, no pensé que me dolería no tenerlos a mi lado porque anhelaba un poco de 'tiempo para mí'. Después, comprendí que el descanso no se siente tan bien cuando tus hijos están lejos.
Puedo decir que durante los primeros dos días sin ellos, mi casa se sentía muy tranquila... demasiado... hasta llena de soledad. Eso sí, dormí como nunca y me levanté tarde, cociné lo que quise (sin pensar si pica o si les gusta), vi los programas que no puedo ver cuando ellos están y tuve horas de silencio que nunca había tenido para concentrarme en mi trabajo.
Estaba encantada de disfrutar la paz, pero después, empezaron a aparecer pequeñas (y grandes) preocupaciones: '¿el papá les habrá dicho que se pongan protector solar?', '¿estará atento a que no se desvelen?', '¿desayunarán a buena hora?' o '¿estará atento a ellos en la piscina?' Todo se acumulaba en mi mente y mi descanso se volvió un mar de preocupaciones.
Así que para evitarlo, decidí de último minuto irme yo también de vacaciones. Elegí un destino turístico de playa y me lancé a la aventura yo sola. Ahí me enfrenté a mi peor miedo: volar en avión, así que cuando vi uno de los peluches favoritos que mi hijo me lo llevé para calmar mis nervios... y para no extrañarlos tanto. Me hacía la mamá fuerte, pero no, sí los extrañaba mucho.
De 'nuestro' a 'mío y tuyo' - El reto de saber aplicar reglas y rutinas
En este punto, el concepto de 'compartir' no parece tan lindo, de ahora en adelante, las vacaciones son cuestión de logística, ya que hay que hacer la división del tiempo, el reparto de responsabilidades y la forma en que todo se reconfigura. Y no, no es sencillo porque los pactos que se hacen con la expareja no siempre son fáciles o no se respetan porque 'están de vacaciones'.
De repente, lo que era 'nuestro', se convierten en 'lo mío y lo tuyo', y todo entra aquí: las reglas, el trato, la forma de resolver problemas… como madre, me pregunto si esas diferencias van a afectar el desarrollo de los niños. Por eso se deben acordar puntos clave con papá: las reglas, las rutinas y las expectativas. A veces es fácil olvidarse de estos detalles, pero eso puede generar conflictos.
Sin embargo, algo que aprendí con estas vacaciones es que sin importar cuánto te esfuerces, nunca tendrás el control total de la situación. Así de sencillo. Y es ahí cuando no te queda de otra y tienes que confiar. Pero eso es lo difícil porque no es que no confíe en su papá, pero, yo como mamá, sé que es complejo 'pasar la estafeta' de la crianza, aunque sea en un contexto distinto a lo cotidiano.
No niego que al principio el tiempo libre parece un regalo, pero pronto te das cuenta de que lo que realmente resientes es la falta de interacción con los niños, esa convivencia diaria de la que tanto te quejas. ¡Es una contradicción, lo sé!, pero así es en verdad: uno se queja de que los niños no hacen caso, de que nos la pasamos tras ellos y ya que se van, ¡es lo que extrañamos!
Gestiona las vacaciones sin tus hijos y aprovecha a tener tiempo para ti
Así que ¿qué hacer cuando los hijos no están y el mundo sigue girando? Lo primero que debes saber es que aunque la casa está vacía, tus pensamientos están llenos de ellos. Pero disfruta el descanso: vete al gimnasio, a darte un masaje, sal con tus amigas o haz como yo y elige un destino turístico para desconectar y encontrarte a ti misma en un ambiente distinto al de tu casa.
Por experiencia te digo que no serán iguales todas las vacaciones: al inicio sentirás la ansiedad de saber que no estás 'completa' e incluso puede ser que los niños se sientan igual, pero necesitan tiempo para adaptarse a los nuevos ajustes. Lo que sí debes hacer es asegurarte de que se diviertan y darles espacio, por ejemplo, yo no les llamaba a cada rato, sino que pusimos un horario.
A cierta hora les llamaba y ellos me contaban lo que habían hecho en el paseo del día. Yo también les contaba lo que había hecho y les deseaba buenas noches, aunque sabían que podían llamarme cuando quisieran. En cambio, yo traté de mantener distancia y no llamar continuamente por dos razones: papá merece tener su tiempo con ellos y ellos también resolver con él sin mí.
Ah, porque sí: me llamaban para 'regañar' a mi hijo o para 'resolver' conflictos entre los niños. Por eso es importante tener pactos claros desde el principio y respetarlos. En resumen, puedo decir que las primeras vacaciones sin tus hijos serán una montaña rusa de emociones, los veranos ya no serán los mismos y aunque la vida sigue, tu corazón siempre resentirá esa ausencia.
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Bibliografía
- Zheng, Y., Yang, C., et al. (2020). Vacaciones familiares: cómo las parejas toman las decisiones Trabajo de Fin de Máster. Facultad de Economía y Empresa, Máster Oficial en Marketing, Universidad Autónoma de Barcelona (ed.) España, pp- 1-57 Disponible en https://ddd.uab.cat/pub/trerecpro/2020/tfg_276227/YANG_ZHENG_ZHOU_Vacaciones_Familiares_Cmo_Las_Parejas_Toman_Las_Decisiones.pdf