Mapamundi de cuentos - Aventuras en la Antártida para atraer a los niños

Fabulosos relatos del Polo Sur para que los niños se interesen por los animales que ahí habitan

Fabiola Hernández Pérez, Periodista y editora
En este artículo
  1. Mapamundi de cuentos acerca de la Antártida - Un nuevo hogar
  2. Mi aventura helada - Cuento corto sobre el Polo Sur
  3. Daniel y su inesperada amistad - Relato corto para aprender más de la Antártida
  4. Unas cuantas curiosidades acerca de la Antártida y el Polo Sur

Hablar de la Antártida o el Polo Sur suena a que no hay nada más que hielo... ¡nada más lejos de la realidad! A nuestra serie mapamundi de cuentos llega aventuras en la Antártida para atraer a los niños, son tres relatos que están llenos de misterio, de amistad y de lecciones para la vida. Además, encontrarán una serie de curiosidades que les harán interesarse aún más por este frío y fascinante sitio que no es un continente como tal. Sin duda, será una de las grandes aventuras con las que tu hijo se sentirá identificado.

Mapamundi de cuentos acerca de la Antártida - Un nuevo hogar

Mapamundi cuentos de la Antártida

En el brillante y helado Polo Sur, un pequeño pingüino llamado Alejandro vivía muy feliz en su hogar, todo el tiempo estaba con sus papás y su hermanita Samantha, pero siempre había soñado con visitar la lejana y misteriosa Antártida de la que el abuelo hablaba todo el tiempo. Casi nadie iba para allá y se decía que había una curiosa especie que andaba en dos patas, ¡por eso quería ir!

Un buen día, el pequeño Alejandro decidió emprender su gran aventura. Con su mochila llena de su pescado favorito y una brújula el abuelo le había dado, se lanzó al mar helado y nadó con todas las fuerzas de sus pequeñas aletitas. El viaje fue largo y frío, pero la emoción de Alejandro nunca disminuyó. Nadó muchísimo hasta que vio una enorme masa de hielo blanco.

¡Era la Antártida! Con sus patitas suaves, deslizándose en el hielo, comenzó a andar. Encontró más pingüinos allá y Alejandro se sorprendió al verlos, '¡Todos se parecen a mí y yo no sabía que podían vivir aquí!', pensó. El pequeño pingüinito disfrutó de la belleza de la Antártida, y descubrió que aquella especie de dos patas se llamaba 'seres humanos' y se la pasaban tomándoles fotos.

Alejandro amó el frío intenso y todo el paisaje tan blanco, que decidió que era hora de emigrar: se quedaría en la Antártida. Un par de pingüinos que casualmente irían al Polo Sur se ofrecieron a decir a la familia de Alejandro que ahí se quedaría. Alejandro aceptó y desde entonces se quedó en la Antártida, aunque llevaría en el corazón al Polo Sur, que siempre sería su hogar.

Mi aventura helada - Cuento corto sobre el Polo Sur

Cuento infantil sobre el Polo Sur

En un pequeño pueblo cerca de las montañas vivía un niño llamado Mateo, él era muy aventurero y le fascinaba la nieve, el hielo y el frío. Era irónico porque nunca había salido de su pequeño pueblo. Un día se decidió y quiso explorar el Polo Sur. Su papá era un investigador en aquel territorio y solo venía a ver a Mateo un par de meses al año.

A la siguiente visita de su papá, Mateo le pidió que lo llevara con él. Su papá aceptó y le regaló un mapa. 'Esta es la Antártida, ahí se encuentra el Polo Sur', le dijo con una sonrisa, 'el lugar de tus sueños'. Mateo, emocionado, empezó a planear su aventura. ¡Imaginaba el momento de viajar días y noches en el mar, hasta llegar a aquella tierra de hielo y nieve!

Mateo se emocionó mucho al pisar la Antártida para llegar al Polo Sur, jugó con pequeños pingüinos, observó las focas, y se hizo amigo de una gentil ballena. Cada día, su papá le explicaba todo acerca de los animales que ahí se estudiaban. A Mateo le gustó mucho, pero comprendió que no podía quedarse como su papá, extrañaba demasiado su casa.

El niño regresó a las montañas con su familia, pero con la satisfacción de haber cumplido su máximo sueño de conocer la Antártida y el Polo Sur. Mateo aprendió muchísimas cosas, pero lo que más recordaba es que no importa qué tan lejos vayas o cuántas aventuras puedas vivir, siempre habrá algo muy especial en el lugar que llamas hogar para siempre regresar.

Daniel y su inesperada amistad - Relato corto para aprender más de la Antártida

Cuento sobre la Antártida para niños

Había una vez un niño muy curioso llamado Daniel que odiaba el frío, ¡en verdad lo detestaba! Su mamá era una famosa investigadora en la Antártida, lo que resultaba irónico porque a su hijo no le gustaba para nada el ambiente. Un día, su mamá le pidió que la acompañara a conocer la Antártida. El abuelo de Daniel, había sido marinero, por lo que había dejado un antiguo mapa y una brújula.

Daniel emprendió la travesía junto a su madre y tras unas semanas de viaje, llegaron a la tierra helada. Daniel estaba enfadado: ¡odiaba sentir frío! De pronto, vio un pequeño grupo de pingüinos, pero se dio cuenta de que no podían pescar porque una ballena muy grande los asustaba. Cada que se acercaban a la orilla la ballena los hacía retroceder.

Daniel, muy valiente, decidió ayudar. Aún con el frío quemándole tomó una gran red, atrapó muchos peces y se los llevó a los pingüinos. La ballena en realidad no quería atacar a los pingüinos, sino que quería jugar con ellos, así que al ver a Daniel decidió ayudar también acercando más peces. Desde ese día, la ballena y los pingüinos pescaron juntos, y Daniel quiso estar más tiempo con ellos.

Daniel aprendió a disfrutar de la Antártida, pero lo que más le gustó fue pasar tiempo con su madre. Estuvo un par de semanas más y ella le encomendó vigilar a un pequeño pingüinito que había mostrado mucha valentía, además de que le llamó la atención que cargaba una mochilita. Al acercarse, Daniel se encariñó con él y al ver su mochila notó su nombre: Alejandro. ¡Era su nuevo amigo!

Unas cuantas curiosidades acerca de la Antártida y el Polo Sur

Curiosidades del Polo Sur

Después de estos cuentos cortos es hora de conocer unas cuantas curiosidades acerca de la Antártida y el Polo Sur, los cuales son lugares fascinantes y misteriosos, llenos de secretos y maravillas por descubrir:

  • Es el desierto más grande del mundo. Aunque se cree que un desierto es arenoso y muy soleado esto no es así, sino que es un lugar con pocas precipitaciones, como la Antártida recibe menos de 50 mm de precipitación por año, eso la convierte en un desierto.
  • Solo se hace investigación científica. Esto según el Tratado Antártico, firmado en 1959, el cual establece que la Antártida solo es para fines pacíficos y la investigación científica. Tampoco se permite la minería o la explotación militar.
  • No hay habitantes permanente ni husos horarios. Solo hay bases de investigación y científicos que trabajan todo el año y no existen husos horarios. Los investigadores suelen seguir la hora del país que patrocina la base o el de su país de origen.
  • Tiene una peculiar vida animal. ¿Sabías que en el Polo Sur no hay osos polares? Ellos viven únicamente en el Polo Norte, en el hemisferio sur solo hay pingüinos, focas, krill y ballenas.
  • La Antártida y el Polo Sur no son lo mismo. El Polo Sur está dentro de la Antártida, pero no son lo mismo, son dos puntos diferentes. El Polo Sur es el lugar más meridional de la Tierra y en invierno es de los lugares más fríos en la Tierra, con temperaturas que descienden por debajo de los -80 grados.
  • Hay un día y una noche polar. En la Antártida, hay un día que dura 24 horas completas durante el solsticio de diciembre y una noche que también dura 24 horas, pero esto es durante el solsticio de junio.

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