El cloro de las piscinas y los niños

Un exceso de cloro en las albercas puede causar asma y problemas pulmonares en niños

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En este artículo
  1. El peligro y los riesgos del cloro en las piscinas de niños
  2. Los primeros síntomas de exceso de cloro en la alberca
  3. Otros problemas de salud en niños asociados a la piscina
  4. Disfrutar de la piscina con seguridad en verano y el reto del año

La natación es uno de los deportes más completos y uno de los más favorables para el crecimiento de los niños, no hay dudas. Tanto es así que los bebés empiezan a practicarlo desde la más temprana edad y son admitidos en las albercas desde los 6 meses. Además, la piscina es un entretenimiento genial en verano. Sin embargo, el exceso de cloro que pueda contener el agua de las piscinas puede llegar a perjudicar a los niños.

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica advierte de que el exceso de cloro en las piscinas puede causar asma y dañar los pulmones de los pequeños.

El peligro y los riesgos del cloro en las piscinas de niños

Asma en niños por el cloro de las piscinas

El riesgo, según los expertos, es mayor para los nadadores, monitores de natación y personal de mantenimiento, por su prolongada y frecuente exposición al cloro. Sin embargo, también puede afectar seriamente a los bebés y a los niños pequeños de dos o tres años que, en temporadas de calor, pasan largas horas en la piscina o acuden a cursos intensivos de verano, debido a que sus pulmones aún están en plena fase de desarrollo.

La función respiratoria de los niños, en este periodo de crecimiento, es más proclive a reaccionar de forma irregular ante un elemento irritante como es el cloro. La inhalación de cloro ataca a la pared de los pulmones y expone a los pequeños a los riesgos de contraer asma.

Los expertos alertan de que las concentraciones de 150 mg. por metro cúbico son muy peligrosas, incluso en exposiciones cortas, y que pueden inflamar los pulmones con acumulación de líquido.

Los primeros síntomas de exceso de cloro en la alberca

El exceso de cloro en piscinas para niños

El primer síntoma que se puede observar en un niño afectado por el exceso de cloro es la irritación de las mucosas oculares, de la nariz y de la garganta, hasta que se produce un dolor agudo. Esa irritación puede, incluso, producir una tos refleja, y posteriormente, el vómito. En casos extremos, puede producir un edema pulmonar.

Según recomienda la Sociedad Española de Neumología, no existen motivos para que los padres se alarmen más de la cuenta. Con solo estar atentos y controlar tanto el nivel de cloro de la piscina a la que acuden sus hijos como el uso que hacen de ellas, es suficiente. No hay razón para prohibir a que los niños disfruten de la piscina.

Otros problemas de salud en niños asociados a la piscina

Problemas de salud en niños en las piscinas

Ya sea durante el verano como en el uso de piscinas durante el resto del año, debemos conocer algunas de las enfermedades más comunes que pueden darse, para estar atentos a sus síntomas en los niños. Estas son algunas de ellas.

- Conjuntivitis o irritaciones en los ojos
Tras pasar mucho tiempo en la alberca, es habitual que los niños salgan con los ojos enrojecidos. Esto se debe, como ya te hemos adelantado, al cloro. Además, este se junta con el sudor de las personas que están dentro de la piscina (incluso con el pis, caca, suciedad, células muertas, desodorantes...), lo que puede resultar muy irritante para nuestras mucosas.

- Otitis
La otitis es una de las infecciones más asociadas a las piscinas. De hecho, es posible que hayas oído hablar del 'oído de nadador', para nombrar a la otitis externa. El exceso de humedad puede irritar el conducto auditivo, lo que provoca que sea más sencillo que se produzca una infección. Para prevenirlo, se debe secar con cuidado el oído de los niños cuando salgan de la piscina usando una toalla.

- Infecciones por hongos
¿Te suena el pie de atleta? Es una de las infecciones más comunes durante el verano.

- Enfermedades diarreicas
Algunos de los gérmenes que pueden llegar a provocar diarrea, no se eliminan con el cloro. Esto hace que esta sea uno de los problemas de salud más frecuentes en las piscinas. Si quieres leer más sobre el cripto, uno de estos gérmenes, no dudes en consultar el informe de Centers for Disease Control and Prevention de Estados Unidos.

Infecciones y enfermedades en verano para niños

- Problemas en la piel
Los bebés y los niños suelen tener una piel más sensible, lo que puede provocar que, tras pasar largos periodos de tiempo en la piscina, sufran sarpullidos o eczemas. Es posible que hayas oído hablar de foculitis del jacuzzi, que está provocado por un germen que puede llegar a causar ronchas en la piel.

- Resfriados, faringitis o procesos bronquiolíticos
Gracias a las piscinas con cubierta, los niños pueden practicar natación durante todo el año. Sin embargo, si hay una temporada del año en la que utilizan mucho la piscina es el verano. Y al hablar de las enfermedades que pueden sufrir los niños durante el periodo de más calor, los expertos señalan a las provocadas por un mal uso del aire acondicionado.

La Asociación de Neumología y Cirugía Torácica del Sur advierte de que los cambios de temperatura (sobre todo cuando esta se establece por debajo de los 20 grados centígrados) favorecen los resfriados, faringitis y problemas en los bronquios. Por ello, se recomienda no bajar la temperatura más de los 22,5 grados centígrados, siendo la temperatura ideal entre los 24 y los 26 grados (con una humedad relativa entre el 35% y el 60%).

Disfrutar de la piscina con seguridad en verano y el reto del año

El cuidado con el cloro en la infancia

Para disfrutar de la piscina, siempre hay que hacerlo con seguridad. Por eso, los padres siempre debemos tener en cuenta los siguientes consejos de seguridad para evitar accidentes.

- Siempre que los niños estén en la piscina (tanto dentro del agua como fuera) deben estar bajo la supervivencia de un adulto. En solo un segundo, puede ocurrir un accidente que puede tener las peores consecuencias.

- En el caso de tener una alberca en casa, podemos poner una valla para evitar que los niños caigan sin querer y se ahoguen.

- Enseñar a los niños a nadar desde que son muy pequeños. Si los niños saben, al menos, flotar, tendrán más recursos para reaccionar en caso de que caigan por accidente en el agua.

- Los flotadores y los manguitos deben usarse, pero siempre con seguridad (y solo los modelos adecuados).

- En el recinto de la piscina, no se debe correr, ya que el suelo puede estar resbaladizo.

- Debemos tener conocimientos de primeros auxilios para saber qué hacer en caso de que ocurra un accidente.

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